Título: Una velada
inolvidable
Género: Romance
Pareja: MatsuTego [Matsumoto Jun x Tegoshi Yuya]
Fandom: Arashi y NEWS
Palabras: 4,459
Tipo: One-shot
Resumen: Una velada mágica no
termina con una mañana mágica.
Nota: Dedicado a Yare, ¡Feliz cumpleaños! No olvido el otro fic, pero me inspiré para este hoy y pues nada, para ti, con mucho cariño ¡Te quiero, mujer!
Nota: Dedicado a Yare, ¡Feliz cumpleaños! No olvido el otro fic, pero me inspiré para este hoy y pues nada, para ti, con mucho cariño ¡Te quiero, mujer!
“Una belleza poco común”, fue lo
primero que pensó el pelinegro al entrar al bar y divisar entre las diferentes
personas que ahí se encontraban a una persona que estaba en la barra, al
centro, sin voltear ni mirar fijamente nada, como si solo “existiera”, como si
posara para un cuadro, casi inmóvil, pero con una silueta perfecta. La persona
causante de su intriga tenía un aspecto cansado, pero demasiado llamativo. Era
un hecho que cualquiera que entrase a ese lugar no desviase su mirada aunque
sea un momento a detonar los detalles que tenía: su cabello rubio era en
especial lo que más llamaba la atención, pero ciertamente su ropa: pantalones
vaqueros algo justos, un suéter sin botones o cierre que solo tenía puesto encima
de color palo de rosa y una botas tipo
militar también ayudaban a fijar la vista.
El pelinegro en cuestión se acercó a
la barra, se sentó cerca de la esa “belleza poco común”, con suerte lograría un
poco de diversión, y pidió dos tragos, uno para sí mismo y otro para la silueta
casi inmóvil que se encontraba ahora a menos de un metro de sí.
El barman no tardó en atenderlo y
extendió los tragos primero al pelinegro y luego a la “belleza casi
inmóvil".
- Un trago nunca cae mal ¿O sí? –El pelinegro
sonrió con ligera coquetería, ladeando sus carnosos labios e intentando parecer
lo más amigable posible. Vista de cerca, esa persona le parecía que tenía
facciones aún más finas y sobretodo, atractivas. Sí, definitivamente querría
tener diversión con esa noche con esa deslumbrante compañía.
La rubia cabellera se movió, y el
chico examinó a detalle cada movimiento, desde el cabello que estaba
delicadamente peinado en dos trenzas tejidas a un lado de su cabeza, y el resto
alborotado hacia el lado contrario, era un peinado medio moderno, sin duda, los
prendedores que incluso tenía eran color amarillo con la finalidad sirviesen de
camuflaje entre el color de las hebras del cabello. Su rostro por esa razón
quedaba a la vista, un perfil interesante; nariz pequeña, labios delgados, pero
perfectamente definidos, ligero brillo en ellos. Sus mejillas y pómulos estaban
algo levantados, sin embargo eso le daba finura a su rostro. Y sus ojos… En un
instante pudo ver el color de estos; café claro, casi ámbar, estaba seguro de
que dependiendo de la luz podrían llegar a parecer más oscuros o incluso color
caramelo: Y Jun Matsumoto supo que definitivamente tenía que atacar.
Siguió observando, pero algo en el
cuello de “esa belleza” le llamó la atención. Pero restó importancia pues al
fin, su compañía respondía a su comentario.
- Acertaste… creo que quiero tomar –Sonrió
y la luz que desprendió su sonrisa forzada llegó misteriosamente a Jun, confundiéndolo
un poco más de lo que ya estaba: era una voz aguda, claro está, pero no tan
aguda como la había esperado, el pelinegro esperaba una voz melodiosa y casi
infantil, como de una chica dulce, pero medio ruda por su vestimenta e imagen
que le daba. El color palo de rosa del suéter que traía esta persona quizás lo
habría distraído.
La voz era más masculina que
femenina. Pero eso no le importó mucho al pelinegro.
El primer trago de ambos se acabó
pronto y el segundo y tercero desaparecieron aún más rápido. Y ahí se dio a
notar que de repente, los bonitos ojos color casi ámbar empezaban a sentirse y
verse húmedos… la primera gota salada corrió velozmente por la mejilla: tan
rápido que no le dio tiempo de disimular.
- Hey… Ninguna chica debería llorar –Comentó
con suavidad Matsumoto, más que por real interés, era porque quería lograr algo
y si su “cita potencial” empezaba a llorar todo se iba a ir al traste. Y
definitivamente ya le había puesto demasiada atención como para dejar ir la oportunidad.
- ¿Eh?
- Ya te digo, una chica no debe llorar.
Nada vale las lágrimas de una chica. O quizás sí, pero solo si se tratan de lágrimas
de felicidad, pero aún es cuestionable, para mí–Explicó Matsumoto, eso de
verdad que lo creía.
-¿Perdón? –Las pequeñas lágrimas se
detuvieron, pero más que por los motivos del llanto, por la confusión que le
daba el que un extraño hablase así.
- Por favor, no soporto ver a una
chica llorar. No a una tan linda como tú.
- Creo que estás equivocado.
- ¿Eh? ¿No estabas llorando?
- ¡Eres un grandísimo tonto! ¡Eres
igual que el tarado que me hizo llorar hace un momento! –Gritó la belleza rubia
– ¡Eres realmente ciego!
- Espera, ni tú nombre sé… ¡No
tienes derecho a decirme esas cosas! ¡Yo solo te quiero animar!
- ¡Tratándome como a una chica de
una conquista rápida no me va a animar!
- ¿Qué? ¡Te acabo de conocer!
¿Pretendes que vaya en serio contigo?
- ¡No te enteras de nada!
- ¿Qué?
- ¡Qué soy hombre, idiota! –Dijo en
un grito que llamó la atención de medio mundo en el bar. Y acompañado a su
grito, el rubio tomó la mano del pelinegro y la colocó en su pecho totalmente
plano –Y espero que eso sea suficiente, porque no te daré el gusto de
manosearme algo más.
Matsumoto se quedó helado.
Confundido. Avergonzado. Pero más que otra cosa intrigado. Quizás en otro
momento hubiese intentado olvidar el asunto de inmediato. Pero no. Esta vez no.
Ahora tenía verdadero interés en la belleza poco común que había encontrado…
ahora entendía la razón por la que la encontraba tan poco común (considerando
los estándares de belleza que solía exigir para sus potenciales parejas) el
gusto que desarrolló por esa persona: era un hombre que valía la pena. El primer
hombre que había atraído en serio a Matsumoto en su vida.
***
El rubio se dispuso a irse, se
notaba cabreado en serio, pero eso le hacía más gracia a Matsumoto, quería
seguirlo y conocerlo. En cuanto el rubio salió del bar, Matsumoto hizo lo
propio segundos después: como si fuese un acosador, raro en él por cierto, lo
iba a seguir.
Caminó cerca de dos cuadras, no fue difícil
seguir a ese chico, su cabello y su suéter lo hacían resaltar entre la multitud
con facilidad, o quizás era que Matsumoto por primera vez en su vida había sido
rechazado abiertamente y tan rápido. ¿Le había dado en el ego? Puede ser. Pero lo
cierto es que quería saber más de ese rubio.
Llegaron a un nuevo bar, esta vez el
pelinegro optó por una mesa en vez de la barra, lugar al que el rubio fue
directamente.
- ¡Keii-chan! –Se logró escuchar en
palabras del rubio hacia el barman que lo atendió de inmediato.
- ¿Qué sucede, Tego-chan? –La voz
amable del barman le llamó la atención al pelinegro pero se dispuso a escuchar.
- ¡Tenías tanta razón!
- ¿Eh? No me digas que…
- ¡Shige resultó ser un idiota peor
que Ryo!
- ¿Eh? ¡No puede ser! Shige-chan se
veía muy amable, buen chico y serio ¿Cómo puede ser que sea peor que Ryo?
- Ryo al menos fue claro desde el
principio en que quería jugar conmigo. Shige me engañó.
- ¿Te engañó?
- Si, lo encontré con su compañera
de fotografía en pleno acto en el local donde trabajan.
- Lo siento, Tego-chan. De verdad
pensé que iban a funcionar.
- Yo también lo pensé… -El rubio
suspiró. –Dame algo, lo que sea, Keii-chan.
- Vale… aunque algo tienes más.
- O me conoces demasiado… o soy demasiado
obvio.
- Ambas cosas son correctas conmigo.
- Un idiota pensó que era una chica
y empezó a coquetearme.
El llamado Keii-chan se empezó a
reír con ganas, y terminó por decir que eso era culpa de “Tego-chan” por ser
tan bonito y usar su suéter rosa. Tegoshi recriminó que el color no debía
importar, y que no tenía opción porque el color original de esa prenda era
blanco… pero por un error de lavandería
ahora era rosa: era una pena dejar de usar la prenda solo por eso, cuando
estaba prácticamente nueva… Y dicho sea de paso, el rosa le quedaba bien.
- ¿Y era guapo?
- ¿Qué?
- Quién te coqueteó.
- No lo sé. No me fijé en él.
- Entonces lo era. Y mucho. Quizás
era tu tipo ¿Me equivoco, Tegoshi Yuya?
Ahora Matsumoto tenía información
valiosa: Yuya Tegoshi era el nombre del rubio que le había llamado la atención.
Punto a parte, tenía interés en hombres, y por lo oído, estaba soltero, recién
había roto con alguien, con el tal “Shige”. Y había un “Ryo en su historial”. Parecía
un buen partido. Y sobre todo porque ahora, después de notar el silencio del
tal Tegoshi, supuso que evidentemente si “era el tipo” del rubio en cuestión.
Acercarse ahora sería peligroso. Por
lo que esperó un poco a que el llamado Tegoshi tomara un poco, a que hubiese
menos gente en el bar y en especial, esperó a pensar ¿Qué rayos iba a hacer?
Matsumoto era bisexual. Lo había
sabido desde siempre, pero normalmente sus conquistas solían ser femeninas únicamente,
su gusto por hombres era extremadamente difícil de complacer, solo un chico le
había gustado lo suficiente en su vida pero jamás logró nada con él, era un gusto
del pasado por lo que fuera de modelos de algunas marcas de ropa que seguía, no
encontraba lo suficientemente atractivos a los hombres, nadie más que ese rubio
medio gritón.
Bien, decidido estaba: lo iba a
intentar.
***
- Lo siento.
- ¿Uhm?
- Lo siento por lo de hace un rato…
Yo no quise ofenderte.
- ¿Eh? –Tegoshi estaba bien bebido.
- Pero en verdad, creo que no
deberías llorar por nadie.
- ¿Cómo sabes que yo…? –Tegoshi no
lo había reconocido… aún.
- Tal vez solo debes tener más
cuidado de cómo eliges a tus parejas.
Tegoshi procedió a reírse con ironía
pero asintió aplaudiendo y mirando al pelinegro, habían pasado casi dos horas
de que habían llegado a ese bar, debían ser la una o las dos de la mañana.
- Lo sé, pero normalmente me dejo
llevar por la apariencia…
- ¿En serio? –Cuestionó levantando
una ceja el pelinegro.
- Me dejo llevar por un hombre
atractivo, las palabras bonitas me endulzan en oído y termino en cama de
alguien. No soy muy listo ni difícil. –Se estaba riendo de sí mismo el rubio.
- Creo que solo eres ingenuo.
- Justo ahora me están endulzando el
oído. ¿Vamos a tu apartamento o a un hotel? No estoy seguro de poder llegar a mi
casa.
- ¿Eh? ¿Acaso crees que yo…?
- No me engañas en lo absoluto~ –La voz
coqueta de Tegoshi, potenciada por el alcohol eran una prueba difícil para
Matsumoto –Tú me quieres llevar a la cama, y yo estoy tan bebido que seguro pensaste
que sería fácil… pues lo es~. Vámonos~.
Matsumoto se sintió incómodo por lo
que solo atinó a decir “Bailemos ¿Vale? Ya veremos que hacemos luego”.
***
Bailaron… raro. De todo un poco,
algunas piezas de baile libre, otras simplemente de diversión o de fiesta,
brincando y dando vueltas. Entre tantas se colaron baladas que sin pena Tegoshi
se apresuraba a abrazar al pelinegro, bailando acompasadamente, disfrutando de
la compañía. Matsumoto por otro lado no podía negarse al contacto del rubio. Eran
reflejos los que tenía. ¿Qué si estaba bebido también? Poco, puede ser. Pero
con seguridad tenía mucha más consciencia que Tegoshi.
- Mi nombre es Yuya, Tegoshi Yuya.
- Yo soy Jun, Matsumoto Jun.
- Que nombre tan elegante.
- Mentiroso.
- Me gusta, Jun es un buen nombre.
- ¿Gracias…? Les informaré a mis
padres que el rubio más lindo que he conocido en la vida cree que mi nombre es
bueno.
Tegoshi soltó una risa escandalosa,
seguía bailando con el pelinegro, estaba cómodo y aunque gracias al baile de
hacía unos momentos había recobrado poco
la cordura, igual se aprovechaba de su estado.
- Más te vale, Tegoshi lo aprueba y
eso es difícil.
- ¿Tegoshi?
- ¿Sí, Matsumoto-kun? –Sonrió coqueto
el rubio.
- No me llames así.
- ¿”Matsumoto-kun”? o ¿”Jun-kun”?
- Solo Jun. Después de esto, no creo
que sea hay problema en no sentirnos cercanos ¿No lo crees, Tesshi?
- ¿Cómo lo supiste?
- ¿Qué?
- Me gusta que me llamen Tesshi.
- Que mal. Pensé que era el primero
en llamarte así.
- No, pero la persona que me llamaba
así ya no está aquí, así que si serías el primero ahora.
- Tesshi.
- Jun.
- Vámonos a otro lado –Susurró en su
oído y el rubio asintió.
***
Caminaron por las calles vacías,
eran cerca de las 3 de la madrugada. El viento estaba ligeramente frío. Muchos
lugares estaban cerrados ya y otros más parecían tener ambiente propio. No querían
meterse en ningún lado. Solo pasear.
- Creí que eras un idiota, Jun. Me
alegra que no.
- ¿Y eso?
- Confundirme con una chica. Digo,
no es la primera vez que me pasa, pero creo lucir lo suficientemente masculino
como para no ser confundido.
- ¿Eh? ¿Desde qué momento te diste
cuenta que…?
- Cuando me dijiste tu nombre, algo
hizo conexión en mi cabeza al verte de cerca y escuchar tu nombre.
- Lo siento entonces. Pero en mi
defensa… luces realmente… lindo.
- Vaya, gracias.
- ¿No hay alago para mí?
- No, tú ya sabes que eres justamente
mi tipo ¿No? Chismoso-que-escucha-conversaciones-ajenas-Jun. Las palabras sobran.
Caminaron un rato más, llegando a un
parque en el que hablaron un par de horas más, se preguntaron sus profesiones,
sus aficiones, sus gustos, las series que les gustaban, la música que más los
hacía felices, las películas que les interesaban, incluso las escuelas a las
que fueron, amigos dignos de mención. Anécdotas graciosas y vergonzosas. De
dónde eran originalmente y dónde vivían. Bailaron sin música nuevamente, rieron
y más de una vez se abrazaron.
Se dedicaron a platicar hasta que el
sol apareció y mató la noche. Al notar que la luz natural comenzaba a darle
color a todo y eliminar las sombras azules y negras del ambiente, supieron que
debían despedirse.
Yuya no tenía trabajo ese día, pero
Jun sí, por la tarde, por lo que a penas y tendría tiempo de darse una ducha y
dormir un poco.
Se miraron uno al otro. Matsumoto
era más alto que Tegoshi, pero eso ayudaba porque cuando lo abrazó, sus cuerpos
se lograron acoplar mejor. Se miraron por unos momentos ¿Cómo cerrar esa maravillosa
velada que había empezado por una confusión? La respuesta era tan obvia que les
soltaron una discreta risa: un beso, casualmente el primero pese a toda la
cercanía que habían tenido.
Y en cuanto habían decidido que
debían besarse y comenzar con la
historia más bonita del mundo entre ellos dos… El miedo llegó. “¿Y si Tesshi realmente
no quería eso?”, pensó Jun. “¿Y si Jun no quiere besarme y solo siente lástima
por mis malas experiencias?” corrió en la mente de Tegoshi la pregunta
mencionada, pero por los dos pasó la misma duda y la más importante al mismo
tiempo “¿Y si no funciona?”.
Se separaron sin tocarse. Sabían que
había terminado y la posibilidad de volverse a encontrar era nula.
***
Había pasado una semana de la velada
de ensueño. Tegoshi andaba a pie por la calle pues tenía práctica sabatina de
soccer, eran aproximadamente las 9 de la mañana… Y el rubio se desvió, tomó una
calle contraria a la de siempre: tenía tiempo y quería hacerlo.
Se encontraba parado frente a un
edificio de 14 pisos pintado con tonos mármol. Se veía tan caro y tan elegante.
Contó desde la planta baja hasta el séptimo piso, y de ahí contó de izquierda a
derecha dos ventanas. Ese era el apartamento de Jun.
“¿Piensas en mí, Jun?”
Se quedó ahí unos minutos, hasta que
se dio cuenta de que ya era tarde y tenía que correr para lograr llegar a
tiempo a su práctica. Ese día escogerían a quienes serían titulares en el
próximo torneo local que tendría lugar y el deseaba estar entre los 11
elegidos.
Se concentró en el juego, pero tan
pronto supo que había obtenido lo que quería… el pelinegro que había conocido
hacía una semana volvió a su mente.
***
Jun era locutor de radio. Fuera de
las grabaciones para su programa de hora y media no tenía mucho que hacer. Aunque
por esa razón le gustaba involucrarse en la producción de su mismo programa, y
ocasionalmente era solicitado para ayudar en el aspecto creativo de otro tipo
de medios: desde otros programas de radio o televisión, o incluso de
presentaciones en vivo de algunos artistas.
Ese día, dos semanas después de la
velada mágica decidió hacer un recorrido diferente al usual para llegar a su
apartamento. Decidió ir en dirección contraria 4 calles, doblar a la izquierda
y finalmente entrar a un vecindario calmado. Dio con el edificio casi de
inmediato, era una zona potencialmente familiar, por lo que solo había un
edificio de apartamentos grande. Era color azul cielo, con detalles en blanco,
de 9 pisos. Dirigió su vista hasta el último y en una de sus ventanas de este,
distinguió un adorno poco común de una estrella de 4 picos color rosa. Ahí era
el apartamento de Tesshi.
Se quedó mirándolo un momento. No
era la primera vez, ni tampoco la última que se paraba ahí.
“¿Podríamos encontrarnos una vez
más, Tesshi?”.
***
Una y otra vez la historia de estos
dos se repitió, visitándose a escondidas. Sin pasar nunca de la entrada del
edificio de cada uno. Siempre deseando que el otro lo tuviese dentro de sus
pensamientos aunque sea una vez. Y aunque al principio no pareció ser gran
cosa. Terminó por serlo, porque el ánimo de ambos empezaba a decaer.
Tesshi dormía constantemente sin
sueño, no lograba descansar en lo absoluto, se sentía triste, y aunque “Keii-chan”,
estaba seguro de que eso era por su reciente ruptura con Shige, la verdad es
que realmente no tenía nada que ver.
Jun por otra parte comenzaba a
levantarse y hacer las cosas sin motivo alguno. Las hacía y cumplía con su
trabajo por cumplir. No se sentía motivado o inspirado.
Ambos se sentían como si se hubiesen
rendido antes de empezar, pero hay que decir que eso era una primera vez para
cada uno. Tesshi siempre persiguió a quién le gustaba, como había externado a
Jun, era “algo fácil de conquistar”. Jun por su parte dejó de pensar en ciertas
chicas que le gustaban, e incluso los modelos que solía pensar que eran
atractivos, ya no lo eran más, intentó ir al bar de “Keii-chan” un par de
veces, no para ver a Tesshi, sino para distraerse, pero evidentemente esa no
era una buena idea.
***
- Escuché que Tegoshi parece medio
muerto.
- ¿Qué quieres decir?
- Anda con el ánimo por los suelos. ¡Vaya,
Shige! nunca pensé que lo traías tan enamorado.
- ¿De verdad está tan mal?
- Fui a su partido de hace una
semana, que pésimo papel hizo, la verdad.
- No sabía que había dañado tanto a
Tegoshi… pensé que para él también había sido algo superficial.
- Pues ya vez que no. Anda mal en
serio. Ni su amigo Keii-chan lo sabe animar.
- Tal vez podría volver con él ¿No
lo crees?
- ¿Te gusta aún?
- ¿Y a quién no le va a gustar?
La conversación fue entre el tal
Shige y un amigo de Jun, estaban platicando de eso mientras Jun se ocupaba de
buscar el plan de producción para la sesión fotográfica que le habían
solicitado. Y ¿Cómo se sintió? Con la sangre hervir. Ese era el Shige que había
engañado a Tesshi. A su Tesshi. Y si era verdad lo que decían… Su Tesshi no la
estaba pasando nada bien.
Entregó de mala gana el plan y no se
molestó en explicarlo. Solo argumentó que si tenían dudas era mejor hacer
modificaciones propias porque no tenía tiempo ya de trabajar en ese proyecto.
Se disculpó con los contrarios y procedió a tomar control por primera vez desde
aquella noche de la situación: iba a ir a ver a Tesshi.
***
Su estudio de trabajo, quedaba lejos
de la casa de Tesshi, por lo que decidió ir en taxi, todo debido a su prisa:
dejó las llaves de su auto en la oficina. Una vez en el taxi, dio la dirección
y dio inicio el recorrido más largo de su vida por llegar a un lugar, no solo
por la distancia realmente, sino por la desesperación y miedo de volver a ver
al rubio.
“¿Y si el ya no piensa más en mí? ¿Y
si de verdad ese tal Shige lo tiene mal y quiere regresar con él?”
Tan pronto esos pensamientos
aparecieron, Jun cayó en cuenta de que se había enamorado de Tesshi, y que de
tener razón, lejos de complicarle la vida, lo alentaría a ser feliz, incluso si
tenía que ser con el estúpido de Shige, que jamás había tratado en realidad,
pero que ya odiaba.
***
El rubio disfrutaba (en medida de lo
posible) de un partido de fútbol transmitido en la televisión, se quería
inspirar y lograr centrar su atención en esa pasión que tenía, su trabajo
realmente era ser comentarista de ese deporte, pero el practicarlo le gustaba muchísimo
más. Por lo que la liga local de fútbol si eran preocupación para él.
Pero cualquier cosa le recordaba su
velada con Jun. Se recriminaba no haber sido lo suficientemente valiente de
haberlo besado, de haber iniciado algo con él… porque era obvio que entre los
dos se gustaban, al menos en ese momento. Porque ahora debido a la ausencia del
pelinegro, podría apostar a que seguro este ya se había olvidado de él.
Sonó el timbre de su puerta, alguien
lo buscaba en su edificio. No esperaba a nadie, por lo que se imaginó que sería
Keii-chan para intentar animarlo de nuevo. Así que procedió a aceptar la visita
y contestar que podía subir y entrar al apartamento.
Pero no era Keii-chan. Se trataba de
Jun. Y al abrirse la puerta, todo pareció detenerse. Como si fuese magia se
trasladaron a la perfecta velada que habían vivido, y se quedaron mudos hasta
que Jun, tras unos segundos de silencio incómodo decidió dar un primer paso.
- Yo… Eh… Tesshi. Hola ¿Cuánto
tiempo? ¿Puedo pasar? –Jun no tardó en registrar la sorpresa del rubio, pero
también lo mal que se veía. ¿Era su ilusión o había adelgazado?
- A-Adelante, Jun… No esperaba verte
de nuevo, digo, verte aquí.
-Tenía que verte.
- ¿Eh?
- Supe que estabas mal.
- ¿Keii-chan te dijo?
- No, ese tipo no confía en mí. No
está seguro de conocerme, creo, no me recuerda. ¿Le hablaste de mí?
- No –Admitió Tegoshi. Y no lo hizo
porque hablar del asunto con Keii-chan solo iba a hacer más evidente la necedad
de este por querer ver de nuevo a un chico que conoció en una sola noche, cosa
que no quería ventanear con nadie. Jun sin embargo lo entendió como si su
encuentro con Tesshi no hubiese sido relevante.
- Ya… Eh, bueno… yo pasaba por aquí.
Pensé en decirte “hola”. Y ver cómo estabas.
- Oh… entiendo. Hola. ¿Ya me viste
no?
- Hola… si, bueno, ya te he visto.
Silencio incómodo de nuevo.
- ¿Sólo eso? ¿Ya te vas entonces? –Tegoshi
se estaba odiando por lo que estaba diciendo. Pero no quería tener a Jun cerca.
Se empezaba a sentir incómodo, como si el aire le faltase, como si los nervios
se apoderaran de él y el miedo también de perderlo mezclado todo junto. Algo
nada estable, hay que mencionar.
- No… Yo vine a otra cosa.
- ¿Qué pasa?
- Me encontré con Shige.
La cara de Tesshi palideció. ¿Qué
rayos habría dicho Shige de él? ¿Jun lo odiaba ahora? No se le ocurría razón
para eso… pero tampoco se le pasó por la mente alguna razón como para descartar
la idea. Por otra parte Jun interpretó mal la reacción, pensó que quizás tan
solo escuchar el nombre mencionado, Tesshi se sentía mal de haber terminado la
relación con ese tal Shige, a fin de cuentas era la razón por la que se había
emborrachado la noche en la que se conocieron.
- Él sabe… qué estas mal.
- ¿Eh?
- Planea regresar contigo, al
parecer aun le gustas.
- ¿Qué?
- Te lo quería decir… eh ¿Somos
amigos, no?
El rubio estaba confundido y gritó.
Gritó sin razón, solo para librarse del lio que sentía en la cabeza. ¡Shige era
lo último en sus pensamientos! Ya hasta había olvidado la razón por la que
empezó a salir con él. El grito fue porque ya no lo soportaba más. El haber
sido engañado por Shige pareció un chiste comparado al escuchar ese “¿Somos
amigos, no?” de Jun.
Y lo comprendió. Tesshi estaba
enamorado de Jun.
- ¡No lo soporto ya!
Y el rubio sin contenerse ni un
minuto más, se abalanzó sobre el pelinegro. En un segundo presionaba sin mucha
consciencia sus labios contra los del otro. No era un beso apasionado, o si
quiera sentimental, era un beso desesperado. Tesshi comenzó a llorar en ese
instante, había echado a perder otra buena relación. Estaba seguro de que Jun
lo veía como amigo, lo había dicho recién y su reacción fue ¿Besarlo? Qué
inteligente, Tegoshi.
Jun por otra parte quedó atónito,
tanto que responder el tacto le fue imposible. Parecía tan irreal, hacía unos
segundos se juraba que el tal Shige y su Tesshi iban a estar en una relación, y
ahora, recibía un beso apretado y desesperado del rubio.
Nada tenía sentido. Y al separarse. Los
dos lo dijeron de todos modos: “Estoy perdidamente enamorado de ti”.
***
- Dime entonces.
- No. Tienes el ego demasiado grande
para que yo me atreva a decir algo.
- Eso no es justo.
- ¿Por qué?
- Porque cuando yo te conocí a ti no
me cansé de decirte lo bonito que eras, lo mucho que me gustabas y la razón por
la que te confundí con una chica. Merezco saber qué te gusta de mí.
- La pregunta real es “¿Qué no me
gusta de ti?”
Jun se empezó a reír y besó la
frente del rubio, estaban acostados en la cama sin hacer nada más que platicar,
estaba seguro de que un día haría que el rubio le recitara lo que le gustaba de
él, pero mientras esa respuesta valía la pena. Esa sería otra velada
inolvidable para ambos, no por otra cosa, solo por el hecho de estar juntos.
Oye hasta me dieron ganas de seguir leyendo xD
ResponderEliminarLo amé x 10000
Gracias por esto yuzu 💜💜💜💜💜
Te quiero millones
Te quiero mucho!!
EliminarYa sabes que esto fue por tí y gracias a tí :'D
Aún te debo lo otro ^^
Ara ara me parecio un poco extraña la pareja sin embargo es buena, no solo la pareja la historia es wow
ResponderEliminary si yo también confundiria a tego con mujer. 💖💖💖💖 espero leer mas de esta historia. Gracias por escribir!!!
¡Gracias por leer y comentar!
EliminarSi, fue algo extraña la pareja ¿Pero verdad que quedan bien juntos? xD
Por kamisama
ResponderEliminarLa verdad me quede boquiabierta
Continualo, que pasara con shige
Que haya un par de otro News con Arashi onegaiiii
No sé si pueda dar continuación pero me alegra mucho que te haya gustado :'D
Eliminar¡Gracias por leer y comentar!
Que pareja mas extraña jamas me la hubiera imaginado si no la veo aqui, pero me gusto y también voto por continuacion y por la idea de Claudia podria ser Massu y Sho jajajaja
ResponderEliminarYo la traigo en mente desde el This is MJ con Tegoshi xD
EliminarMe alegra que te hayas dado el tiempo para leer y sobretodo por compartirme tu comentario xD
gracias me super encanto, lo viví todo la emoción del amor, fue todo super bonito, la pareja algo inusual pero super tierno todo, fue realmente genial.
ResponderEliminar"lo esperaba de ryo pero de shige?, aun yo no me lo puedo imaginar xD
gracias por tu trabajo, esta super genial :3
Creo que resultó muy romántico al final xD
EliminarHahahaha nunca había usado a Shige de "villano" fue mi primera vez en el año xD
¡Gracias por leer y comentar!