sábado, 9 de febrero de 2019

Amigo secreto


Título: Amigo secreto
Género: Romance
Pareja: AriYama  [Arioka Daiki x Yamada Ryosuke]
Fandom: Hey! Say! JUMP
Palabras: 3,460
Tipo: One-shot
Resumen: No, a él no le gusta compartir su comida. Sí, a él le encanta robarle su comida.
Nota: Este One-shot fue hecho como regalo de cumpleaños a un amiguito fan de esta pareja hace un par de años. Ahora decido compartirlo, aunque evidentemente sigue perteneciendo a ese amiguito :’D

No, a él no le gusta compartir su comida. Sí, a él le encanta robarle su comida.

Son pequeños detalles de los que nadie podría darse cuenta pero, ahí están, ocasionando una sonrisa juguetona, un puchero o quizás solo una mirada de resignación. Otras veces provocan una risa espontánea, un golpe amistoso en el hombro o una broma en respuesta. Pero el detalle será de importancia mientras provoque una reacción.

Es curioso pensar en lo mucho que puede significar una acción, en buena o mala manera. ¿Quién no ha sufrido una escena de celos de su pareja? (si es que la han tenido, claro está…) ¿Quién no ha sonreído como bobo al notar que alguien le ha dado un regalo especial?

Definitivamente Ryosuke no esperó ser tan afortunado con el primero de sus regalos de Navidad.

Para variar un poco y renovar los fuertes lazos de amistad entre los integrantes de JUMP, un ingenioso Yabu decidió organizar la dinámica del “Amigo Secreto” en la navidad de ese año. Repartiendo los nombres cuidadosamente mediante una pequeña rifa, cada uno compraría una serie de regalos durante dos semanas para “su amigo secreto”, obviamente no diario; de manera aleatoria con la condición de juntar 7 regalos, para el último entregarlo la noche de Nochebuena o en su defecto en la mañana de Navidad, dependiendo el caso y gusto de cada uno.

Ryosuke lo tomó bien, es decir, le había tocado Hikaru y pensó que comprarle cosas alusivas a su bajo, prendas de ropa y unas cuantas cosas de broma estarían bien, así que no se complicó demasiado, en una tarde fue a comprar los 7 regalos para pensar bien cómo y qué días se los daría o haría llegar.

Decidió que el primero sería a través de Yabu, dándole una camiseta con un diseño curioso que pensó que sería adecuada para él. Llamó al mayor y le pidió que metiese el regalo en la mochila de Hikaru. Yabu lo hizo encantado, le gustaba la idea de que su dinámica de regalos tuviese efecto. Sin embargo la concentración de Yamada era tal en su trabajo y en saber cómo iba el progreso de la entrega de su regalo, que se sorprendió mucho al llegar a su casa y descubrir que tenía como paquete un pequeño postre de fresas.

No es que para alguien sea misterio que a él le gustaba esa deliciosa y roja fruta, pero si le sorprendió que fuese el primer obsequio. De cualquier manera no quería darle tanta importancia, llevaba buenas relaciones en su grupo y sabía que cualquiera podría ser el autor de aquel presente, por lo que procedió a “hacerle los honores” correspondientes al postre, preparando un café para degustarlo mejor.

Su café estaba listo. El postre ya acomodado en un platito y el chico tenía ya el tenedor en la mano, listo para darle el primer mordisco. Alto. Un ruido. Más bien un timbre. Alguien llegó. El postre tendría que esperar.

Un animado Daiki entró a la residencia como si fuera su casa tras percatarse de que la casa era abierta. Ryosuke solo suspiró y lo dejó ser, sin embargo había olvidado su pequeño postre. Cuando quiso llegar a ver, su amigo ya había mordido el postre y se estaba comiendo una fresa directamente.

- ¿No hay problema o sí, Yama-chan?

Yamada odiaba que le quitaran su comida, pero también sabía que a Daiki le gustaba hacer eso, así que solo sonrió y junto a él se comieron lo que quedaba del postre. ¿A qué iba Daiki? Tal vez solo a comer, porque no hizo otra cosa después, antes de irse ese día.

***

El segundo regalo que Yamada recibió consistía en un cupón para comer dos tazones ramen en una tienda cercana a la agencia, no es que fuera especial fan del ramen, pero tenía hambre y decidió que no pudo haber sido una mejor oportunidad que usar su regalo. Por un momento consideró guardar el cupón para luego ir con la persona que le obsequió tal cupón, pero a ver que expiraban dos días después, consideró que mejor sería ir a comer.

Mientras iba rumbo a la tienda, recordó que debía dar su regalo a Hikaru, sin embargo pensando en que aún había tiempo, decidió concentrarse en la comida que le esperaba. Comerse dos tazones de ramen parecía un reto no muy difícil de cumplir.

Entró a la tienda, y aunque fue reconocido por la chica que atendía, pareció no tener importancia, a esa tienda iban seguido varios talentos de la empresa por la cercanía y lo cómoda que era, por lo que se solicitaba discreción de manera implícita. La chica iba a tomar la orden, Yamada tenía su cupón en la mano pero un sonriente Daiki entró también al local y con mucha naturalidad se fue a sentar a la mesa de Yamada.

Sería una falta de respeto no usar el cupón cuando evidentemente Daiki ya lo había visto.

- ¡Qué suerte! ¡Hoy invitas tú, Yama-chan!

- Sí… Creo que sí –Sonrió Yamada, entregó el cupón y la chica fue a corroborar su validez, regresando con dos tazones de ramen.

Comieron aminados pero Yamada pensaba en que no sería muy justo para su amigo secreto que dos de los siete regalos Daiki también los disfrutara, sin embargo no podía hacer otra cosa, Daiki estaba ahí en el momento indicado. Ryosuke, estaba tan perdido en ese pensamiento que Daiki acabó primero con su tazón y sin pena alguna agarró un poco de la porción del contrario. Yamada no pudo reaccionar, suspiró y se apresuró a comer lo que le faltaba, no vaya siendo que Daiki se lo acabara. Aunque eso no impidió que este tomara un poco cuando Yamada estaba comiendo o ligeramente distraído.

***

Le gustaba la comida, pero pensaba que tener tres regalos comestibles seguidos era un poco exagerado. Ryosuke había entregado una camiseta, unas cuerdas de bajo, y un casco de broma a Hikaru, (el cual había visto que le había divertido mucho a su amigo, cosa que le hizo sentir realmente bien), y él llevaba recibidos: un postre (que compartió con Daiki), un cupón de ramen (que compartió con Daiki) y ahora, unos onigiris con forma de animales.

Tampoco pudo negarlo. Le gustó el detalle. Un koala, un oso, un perro, un gato, un ratón, una oveja y un pato, todos acomodados en un bento con unos cuantos vegetales. Le recordó a los almuerzos que las mamás hacían a sus niños cuando eran pequeños, porque también cabe resaltar que no había manera de que vendieran ese tipo de onigiris (¿O sí?), quería pensar que “su amigo secreto” se había tomado la molestia de hacerlo. Y realmente se había dedicado a ello.

Le provocó ternura. Le gustó y decidió también que esta vez no podría darse el lujo de compartirlos con nadie. Era su regalo. Además, el Koala era más grande que los demás, cosa que le hizo pensar en que ese amigo se había tomado la molestia de hacer referencia a su dorama de hacía unos pocos años.

Fue a buscar un lugar libre fuera de la agencia, no es como si se  estuviese escondiendo, solo quería un buen lugar, y ese buen lugar fue un pequeño parque, bajo un árbol, tan solitario que se escuchaba claramente su caminar y el cómo se acomodó para comer.

Se comió primero el ratón, pues era el más pequeño y quería dejar el Koala para el final. Después el Pato perdió su forma en la boca de Yamada. No solo era linda la forma en que fue hecho cada onigiri, era algo realmente delicioso. Porque tampoco sabían exactamente igual. Yamada se sentía realmente afortunado.

- ¡Te llevo buscando cerca de media hora! ¿Qué haces aquí, Yama-chan?

- ¿Eh? –No, no era posible, Daiki, con su ropa amplia y casual iba aproximándose a él. ¿Acaso Daiki olía la comida de Yamada a gran distancia? –Solo viene a comer. Pensaba regresar a la agencia después.

- ¿Comer? ¿Qué es lo que…? –El mayor cortó la frase, ahí estaba un gran Koala de arroz. Un gran Koala, cachetón, bonito y con ojitos que gritaban a Daiki “¡Muérdeme ahora!”, ¿Y quién era Daiki para no hacer caso a las instrucciones que le daba la comida? No lo pensó más y con un rápido movimiento se hizo con la oreja del pobre Koala. – ¡Qué rico!

Yamada no pudo más que ver atónito como su preciado Koala, el que guardaba para el final, era desorejado. Y no tuvo más remedio que compartir el resto de sus onigiris con Daiki, con la condición de que no volviera a quitarle un pedazo de su Koala. Odiaba que le quitaran su comida, pero siendo Daiki no podía evitarlo.

Al final regresaron juntos a la agencia. Lo extraño es que Daiki nunca preguntó el origen de los onigiris. “¿Los hizo tu madre o tus hermanas?”, “¿Dónde los has comprado?”, “¿Aprendiste a hacerlos?”, Ryosuke esperaba esas cuestiones, pero para Daiki era más importante llegar a la agencia pues ahora resultaba que se les había hecho tarde.

***

Cuatro. Cuatro Regalos comestibles. Ahora era una hamburguesa. Pero no cualquier hamburguesa. Era una ENORME hamburguesa. ¿Ya dije que se trataba de una hamburguesa?
Lo bueno del asunto es que la recibió de un Chinen risueño, y tras aclarar 5 veces que él no era su amigo secreto, sino solo un mediador, Ryosuke la aceptó, la tenía que comer en el instante ¿Por Daiki y su instinto “Yamada está comiendo y es mi deber ir a comer de su comida”? No, bueno. Tal vez. Pero era más que otra cosa, que la hamburguesa estaba caliente y lista para ser ingerida o amenazaba con perder su forma, su textura y parte de su sabor.

Yamada solo había dado una mordida. Hasta cerró los ojos para degustarla más. Era jugosa, llena de sabor y la carne estaba perfectamente bien cocida. Le encantó. Mantuvo sus ojos cerrados un momento. Disfrutaba el momento.

Por eso no sintió como alguien le daba una mordida a su hamburguesa por el lado contrario. De hecho se dio cuenta porque la risa de Chinen inundó el lugar en el que estaban. Abrió los ojos y ahí estaba un Daiki con los cachetes llenos, una sonrisa satisfactoria y una mirada “inocente”.

- ¡Últimamente eres muy generoso con tu comida, Yama-chan!

No había manera de negarse, otra vez, chistando por lo bajo compartió su hamburguesa con Daiki, el cual no dejaba de sonreír. Tal vez era cierto que la hamburguesa era deliciosa, pero entre bromas y comentarios, Daiki realmente se la estaba pasando bien con el contrario, tenía una sonrisa genuina y como era de esperarse, contagiosa. Yamada no notó cuando quedaron solo él y su amigo, disfrutando de esa hamburguesa. Chinen se había ido. (Por segundos pensó que eso estaba bien, no quería compartir con alguien más su regalo… Pero también pensó que siendo Chinen el mediador del regalo, no quería quitárselo a Yamada).

Daiki no sabía que Yamada estaba compartiendo con él, los regalos de su “amigo secreto”.

***

El quinto y sexto regalos no corrieron con  mejor suerte que los anteriores. Lo bueno fue que Daiki la pasó bien con Yamada comiéndoselos; Pizza y una bolsa de caramelos de fresa.

Ryosuke no se podía quejar del todo, cierto es que le hubiesen gustado algunas cosas como ropa o accesorios, quizás hasta una simple nota, pero todo lo que había recibido había sido de su agrado. Y aunque compartido con Arioka siempre lo había disfrutado. Además eran cosas deliciosas y dignas de ser comidas. Tal vez todas eran compradas, pero lo cierto es que eran de la mejor calidad (aunque aún dudaba del origen de los onigiris, pues seguía sin encontrar dónde vendiesen un Koala tan grande).

Lo cierto es que ya solo quedaba un regalo, y por acuerdo del grupo sería dado en una reunión grupal de Navidad, pese a lo dicho originalmente de que cada uno podría escoger si la noche de Nochebuena o la mañana de Navidad, concordaron que para que fuese una revelación emocionante lo harían todos en nochebuena, antes de las cenas con sus respectivas familias o amigos externos.

La cita era a las 8 de la noche.

Los primeros en llegar fueron Takaki y Yabu, seguidos de Yuto, un distraído Chinen, Daiki con Hikaru e Inoo, Yamada y al final; Keito Okamoto, el cuál alegó que encontró un poco de tráfico por su ruta diaria, por lo que decidió tomar un atajo, sin embargo por fiestas navideñas cerraron la calle y tuvo que esperar un rato para volver a la ruta normal.

Se respiraba la emoción. Yamada fue el primero en dar el regalo final a Hikaru; un conjunto deportivo junto a una tarjeta. Hikaru no mostró mucha sorpresa de saber la identidad de su amigo secreto, pero si mucha alegría, se dieron una abrazo y continuó Hikaru.

Hikaru le dio a Chinen como regalo final unos cuantos juegos de vídeo. Realmente Hikaru no sabía mucho de los juegos que le podrían gustar a Chinen, pero este agradeció mucho el gesto diciendo que prometía jugarlos todos antes de año nuevo.

Chinen otorgó a Yabu un gorro, unos guantes y una bufanda: todo tejido a mano, tenía incluso las iniciales de Yabu, este al verlo casi llora pensando en que su pequeño amigo se había esforzado, tal vez no eran las mejores prendas navideñas del mundo, pero el detalle le agradó tanto que se lo puso inmediatamente.

Yabu era el amigo secreto de Keito, y lo que le regaló también fue un bonito detalle; un reproductor de música con varias canciones escogidas con detenimiento para él. Keito se sintió algo apenado pero tras el abrazo susurró en inglés y sol o para Yabu: “thank you”.

Keito le dio a Yuto un set de 5 pares de baquetas personalizadas, venía su nombre con una estilizada letra, que de no ser por Yabu, no hubieran notado que no era una letra predeterminada, era la caligrafía del mismo Keito.

Yuto no se quedó atrás. A él le tocó darle un regalo a Takaki y le dios dos cajas, cada una con calzado de marca. Tal vez no era lo más extravagante pero para Takaki fue adecuado y agradeció de buena manera el regalo, así como los anteriores.

Ryosuke no podía esperar, entre sus opciones de amigo secreto solo quedaban: Takaki, Inoo y Daiki.

Takaki le dio a Inoo un gato. Un enorme gato de peluche. Algo cliché sabiendo que a Inoo le gustaban los gatos pero al reírse y palpar el gato descubrió un par de pases para hacer unos cuantos viajes, ya pagados. El gesto ahora le pareció más generoso.

“¡Tiene que ser Inoo!” Pensó Yamada. Pues no. No era Inoo porque claramente escuchó como Inoo decía que su amigo secreto era el buen Daiki.

No puso atención para nada de lo que Inoo le dio al mencionado. No cabía en la sorpresa. Pero tenía lógica. Siempre estuvo con él cuando degustaba sus regalos. ¿Pero por qué? Reaccionó cuando tuvo que atender a Daiki, pues este ya había agradecido al regalo a Inoo y había comentado que él tenía el último regalo de Ryosuke.

Un álbum de fotos y una cámara fotográfica. “Al menos, ya no es algo comestible…”.

- ¡Siempre es bueno iniciar un nuevo hobby!

Yamada sonrió, no podía enojarse del todo. Así que solo agradeció de buena gana el regalo.

***

La reunión de Navidad de JUMP acabó. Yamada se sentía algo timado. Al final había recibido un buen regalo. Pero no le parecía justo que sí Daiki le había comprado toda esa comida… Se la hayan comido toda estando juntos. Eran su regalo y por mucho que todos los presentes fueran por parte de Daiki no le parecía correcto del todo.

Al final “AriYama”, eran los últimos en irse.

- Yama-chan… -Habló el mayor llamando su atención un momento.

- ¿Si?

- ¿Te molestaría abrir el álbum?

- ¿Qué?

- El álbum… está sellado como nuevo pero no es nuevo. No quería que lo vieran los demás… pero quiero ver que tú lo veas.

Yamada hizo caso, al parecer el regalo era más que un álbum de fotografías y la cámara. Y la sorpresa fue tan grande que casi hace gritar a Yamada. Las primera página tenía un título “Primer regalo” y bajo este unas cuatro fotografías de un Daiki atareado preparando un postre de fresas. El mismo postre que Yamada tuvo como primer obsequio. Pero no solo eso, también había unas dos fotos de ellos dos comiendo ese postre.

El segundo título, era algo similar, ahora era Daiki quién estaba en el local de ramen, preparando los dos tazones que les fueron servidos, y anexadas, fotos de ambos comiendo y disfrutando juntos.

- ¿C-cómo?

- E-eso… fui a la tienda y rogué por qué me enseñaran a hacer un ramen básico, perdona por no hacer algo mejor, y luego le pedí al dependiente que cuando fueras me avisara para que fuese también y nos pudieran servir los tazones…

Yamada continuó: Los onigiris los había hecho Daiki, la hamburguesa también, la Pizza incluso. Todo lo había hecho con mucho esmero ¿De dónde había sacado el tiempo para ello? Yamada no lo sabía pero se sentía cada vez más agradecido. Los caramelos de fresa fueron hechos también por Daiki, de una manera similar a las que en algunas veces habían sido promocionados en televisión.

El álbum estaba casi a la mitad. Con fotos de Daiki haciendo los regalos de Yamada y  posteriormente fotos de ambos riendo y compartiendo el momento. Se veían felices, Ryosuke se sentía aún más feliz que en todas esas fotografías. Más querido que nadie. Ese detalle de Daiki, quién nunca según él podría mover un dedo por alguien más de esa manera, valía mucho más que cualquier otra cosa.

- Esto es demasiado…

- ¿No te gustó? –Daiki levantó su vista visiblemente preocupado.

- No dije eso… Dai-chan…Pero esto es más de lo que habría podido esperar.

- Es que…

- ¿Sí?

- ¡No seas tan lento! Ve a la última página del álbum ¡Tonto!

Daiki se fue, dejó a Ryosuke solo. Y perplejo… “Me gustas”. Era lo que decía la última página del álbum. No era una nota, era la foto de una nota. Una nota escrita a mano por Daiki, no había error, la caligrafía era la de Daiki, la conocía a la perfección.

***

El mayor estaba avergonzado, se arrepentía de lo que había hecho, ¿Cómo había convertido una dinámica de amistad en la forma de declararse a su mejor amigo? ¿Y si ahora lo odiaba o daba asco? Más de una vez le había dicho que no era atractivo e incluso se había alejado de él al querer hacer fanservice… Pero, quería pensar que podría haber algo entre los dos… Pensando en que esas expresiones solo eran en broma.

La Navidad es una época feliz. ¿Por qué arruinarla así?

***

No se sentía enamorado, tampoco encontraba a Daiki personalmente atractivo, ni siquiera había pensado en establecer relación alguna pero le preocupaba bastante saber a dónde había ido el mayor. Se sentía algo culpable. ¿De verdad quería corresponder esos sentimientos? ¿Quería verlo como una broma? No encontró a Daiki esa noche. Tampoco lo vio al día siguiente. La culpa no era culpa del todo. Ahora era ansiedad.

Clavó la vista en el álbum más de una vez, la cámara captó cada momento en que Daiki hurtó un poco de su comida en cada ocasión, pero también captó el momento en que los dos disfrutaban de la compañía del otro. Del brillo de la mirada de ambos. De su naturalidad al estar juntos. Del aura que ambos emanaban. De cómo uno al otro se complementaban.

Yamada estaba muy confundido. “Me gustas”. Una frase había desequilibrado su mundo.

***

Pero ¿Quién diría que las palabras salen solas, que los detalles importan, y que un pocky haría maravillas? Yamada Ryosuke ahora lo comprobaba.

Entender que alguien te gusta no es fácil. Menos si es un amigo que veías como tal. Pero a veces un detalle lo cambia todo. Y el lente de una cámara capta la realidad de las cosas, dicho sea de paso.

Tuvieron que comprar otro álbum. Porque el regalo de Daiki se llenó muy pronto. Pero de cosas muy variadas; los dos comiendo, los dos haciendo caras bobas, bailando e incluso cantando. Pero de lo que se llenó más fueron de besos, en los labios, en las mejillas, la frente o el cuello. La cámara captaba cada uno de una manera más especial y diferente.

Por otro lado, Ryosuke seguía odiando compartir su comida. Daiki amaba quitársela. Y al mismo tiempo los dos sonreían como nunca al compartir un pocky de chocolate. Como novios.


4 comentarios:

  1. Awwww este es un amor bien bonito me recuerda a mi ex pero bueno, ya me dio hambre ire a cenar xD.
    Awww 💟💟💟 son tan tiernos y mas Daiki por robarle comida sigue así quiero saber mas💟👏👏

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    1. Hahahaha, si este fic da hambre xD
      Que alegría que te haya gustado!
      Gracias por leer y comentar!

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  2. Que bonito fue, solo tengo 2 OTP en Jump, pero esta pareja se me hizo muy linda xD

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    1. Es una pareja infravalorada(?)
      A mi me encanta xD es la que les sigue a TM y KS
      Gracias por leer y comentar~~!

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