jueves, 14 de febrero de 2019

Estrella


Título: Estrella
Género: Romance
Pareja: TegoMass [Masuda Takahisa x Tegoshi Yuya]
Fandom: NEWS
Palabras: 2,049
Tipo: One-shot
Resumen: Aquella estrella tan resplandeciente ¿La que quiero ser?
Nota: ¡Feliz día de San Valentín a todas!



- Massu… ¿El cielo que vemos nosotros justo ahora mismo es el mismo que se ve en todo el mundo? –Un chico con dudoso gusto para vestir, con un cabello que parece desconocer la función del peine y el cepillo, preguntó a su acompañante, otro más con algunas fallas en su vestimenta pero evidentemente menos graves que el que enunció la pregunta.

- No seas tonto. Claro que no es exactamente el mismo.

- ¿Ahora alguien estará viendo un cielo diferente?

- No diferente del todo, pero no ven lo mismo que nosotros.

- ¿Qué ves tú?

- Un montón de estrellas en desorden.

- ¿Y te gustan?

- Mucho… Me gustan las cosas que brillan.

- Algún día seré una estrella que brille mucho.

- ¿Tú? ¿Y para qué quieres ser una estrella algún día?

- Para gustarte mucho –Sonrió con sinceridad el chico que había preguntado al otro, tenían 16 y 17 años correspondientemente. Ya eran más que niños, pero estaban muy lejos aún de ser adultos.

***

Los dos chicos se conocieron en una academia de baile. Uno había entrado porque quería tener mayor oportunidad al momento de presentarse y aprobar la audición de una empresa de talentos, y el otro porque quería simplemente una actividad física que no le ensuciase considerablemente, había practicado desde su tierna infancia la natación y quería algo distinto.

Yuya Tegoshi era un energético chico de ojos avellana, inusualmente grandes para ser japonés, era muy expresivo y ruidoso, no era muy bueno para seguir el paso de alguien pero tenía un estilo particular que podía llamar la atención fácilmente. Yuya no era muy alto, ni mucho menos el más apuesto, pero algo si tenía: mucho carisma.

Takahisa Masuda por otra parte era un chico ligeramente más alto que el promedio de su edad, sus ojos eran más pequeños que los del contrario y tenía un sentido único del baile, proponiendo (a su corta edad) algunos pasos para la clase entera, sorprendiendo a su instructora más de una vez. Su gran punto  favor era lo creativo que podía ser.

De haberse encontrado en la escuela o cualquier otro lado, jamás se habrían hablado, pero siendo que eran solo 5 chicos en la clase de baile (de 20 integrantes), se llevaron bien de manera instantánea, porque además, eran los más cercanos en edad. Yuya era expresivo y muy alegre, a veces distraído, Takahisa era más reservado, pero bromista con su amigo de la clase de baile y sobre todo muy protector al mismo tiempo.

***

Yuya no consiguió entrar en la empresa de talentos, aunque lo intentó tres veces, y al notar su notoria tristeza por eso, Masuda no dudó en invitarlo al viaje familiar que cada año organizaba su familia.

Fueron a una pequeña casa que tenía la familia Masuda cerca de la montaña, pasaron noches de acampada y ahí, aunque inició siendo un chico bastante desanimado por no conseguir lo que había deseado, terminó por adorar el paseo con su amigo y su familia.

La madre de Masuda lo trató como si fuese su hijo también, el padre de este se llevó a los chicos a una excursión para encontrar algunos animales (el pobre señor nunca esperó que ambos resultaran tenerle pánico a los insectos y algunos reptiles), y la hermana de Masuda no se cansaba de decir que Yuya era un chico agradable, tanto que hasta más de una vez hacía sus tareas por él (lavar los trastes, tender las camas, hacer los bocadillos para la tarde, entre otras cosas).

- Tegoshi ¿Estás bien? –Dijo Masuda cuando faltaban unos días para regresar a Tokio, el viaje familiar casi culminaba.

- ¿Eh?

- Digo, lo de la empresa… la academia de baile…

- Oh. –Yuya hizo una pausa, la verdad es que desde el primer día ya no había pensado en aquel tema –Creo que estoy bien,  Massu.

- ¿Seguro?

 - Sí.

- Pero era tu sueño. Querías ser una estrella y brillar –Dijo Masuda medio en broma, pero mirando al menor con seriedad.

- Aún quiero ser una estrella.

- ¿Lo vas a intentar de nuevo?

Yuya negó suavemente, pero sonreía sincero. Masuda lo sabía ya, el menor ya tenía un plan de qué hacer. Y para su sorpresa, su amigo afirmó rotundamente que no dejaría las clases de baile “No seas tonto, Massu ¿Dónde te podría ver si no son en esas clases?”.

***

Tres años más pasaron. Cada uno debía elegir sus carreras, primero Masuda, por ser mayor, él quería inclinarse por alguna especialidad artística o deportiva. Tegoshi le aconsejaba que escogiera el ramo que más le apasionase. Fue mucha sorpresa saber que Yuya estaba seriamente interesado en la psicología, y cuando menos lo esperaron, ambos ya estaban yendo a la universidad.

Tegoshi, sin embargo, se seguía uniendo en cada oportunidad que tenía al viaje familiar del otro. Hubo un año en que incluso tuvo que tramitar su pasaporte y su visa para poder ir con la familia a su viaje. Pero los Masuda no tenían problema, y Yuya tampoco.

Dejaron eventualmente la academia de baile. Ya eran los mayores ahí, y realmente tampoco ya tenían tiempo. Sin embargo, cuando lo hicieron, su instructora les pasó un par de volantes que les llamaron la atención.

“Grupo de baile profesional”, es lo que decía el volante, y ambos se miraron uno al otro. La instructora los había recomendado y les sugería que fuesen, si bien, su academia de baile no tenía renombre ni reconocimiento internacional, si les podía dar cartas de recomendación a nombre suyo, como bailarina profesional.

***

Al principio fueron a ese grupo de baile solo por el compromiso de su instructora, cada uno tenía clara su carrera universitaria, pero tan pronto entraron, descubrieron que lo que habían aprendido a lo largo del tiempo, realmente les ayudaba, y al haber practicado por tanto tiempo juntos, tenían muy dominado el baile en sincronía, en espejo y por supuesto de pareja.

Fueron la sensación tan pronto presentaron su audición, y de alguna extraña manera, los integraron de inmediato a la siguiente presentación. Yuya era el más gustoso de los dos, porque al parecer podría empezar a trabajar nuevamente en eso de ser una estrella. Massu no perseguía ese sueño, pero tampoco le desagradaba en lo absoluto ayudar a su amigo a hacer realidad su sueño.

Su primera presentación les dio un baile en espejo. Y la segunda un solo a cada uno. Para la tercera lograron liderar dos de las diez piezas presentadas, y cuando menos lo esperaban ya estaban siendo parte de las caras principales del grupo de baile.

Tuvieron que aprender mucho más, algunos de sus compañeros habían estudiado danza, o cosas relacionadas con la expresión corporal, ellos con sus carreras no podían aportar mucho al grupo, pero de algo estaban seguros, no lo iban a dejar en ese momento bajo ninguna circunstancia.

***

- ¡Tenemos una presentación importante!

- ¡Es tradición familiar!

- ¡Ya es mi trabajo, no es que no quiera ir con ustedes!

- ¡Jamás habías cancelado esto, Takahisa! ¡Estoy muy decepcionada de ti!

- ¿Qué? ¡Madre, es solo un viaje!

- ¡Es nuestro viaje!

- Lo sé, pero es mi trabajo… Mío y de Tegoshi. Los dos vamos a protagonizar 4 de los 6 bailes de esta ocasión.

- ¿Y cuándo piensas conseguir un empleo de verdad?

- ¿Qué?

- ¡Vamos! ¡No vas a ser bailarín toda tu vida, Takahisa! ¡Ni siquiera estudiaste eso! ¡Dejaste la carrera de diseño de moda para bailar!

- ¡Pensé que me apoyaban!

- ¡Solo porque estabas ayudando a Yuya!

La madre de Takahisa, y en general su familia habían tomado una postura algo extraña, si bien cuando este les comentó que empezaría a bailar de manera profesional pensaron que era una broma, tras todo el tiempo que ya había dedicado a eso y sobretodo con su amistad con el chico que conoció años atrás en la academia, creían ahora que su hijo había perdido el camino.

- ¿No crees que este es el sueño de Yuya? ¿No crees que solo estás con él por verlo cumplir algo que él quiere pero tú no?

Takahisa se quedó mudo un momento. Pero al final decidió algo esa noche: era tiempo de dejar la casa de sus padres.

***

En cuanto Tegoshi supo de la situación fue a hablar con los padres de su amigo, pero lo cierto es que ellos se habían dicho todo. No estaban enojados con Yuya o con el propio Takahisa, simplemente consideraban que la situación iba a tener consecuencias difíciles de solucionar.

Tegoshi apreciaba mucho a la familia Masuda, pero se sintió traicionado al saber eso… de verdad pensaba en que ellos más que nadie los iban a apoyar.

- ¡Vivamos juntos, Massu!

- ¿Qué?

- Nuestras salas de ensayos me quedan muy lejos de casa, y tú necesitas un hogar.

- ¿Qué dices?

- Podríamos vivir juntos. Buscamos un apartamento cerca de nuestras salas de ensayos, a nuestros gustos y maneras, sin reglas de tus o mis padres.

- Tus padres no nos dicen nada.

- Porque ellos saben que debo ser una estrella. Y ahora están convencidos de que tú también.

Masuda estaba aterrado de vivir con su amigo, pero al mismo tiempo aliviado. No quería compartir piso con un extraño, y mucho menos vivir solo, así que vivir con su amigo y compañero de baile sería lo más idóneo para él. Consiguieron un apartamento pequeño, tres habitaciones, cocina integral y baño: eso era todo lo que necesitaban.

***

¿Qué si les costó trabajo? Puede que no tanto como alguien más lo podría imaginar. ¿Sus familias los apoyaron? A final de cuentas poco a poco y a su manera. ¿Qué si ganaron fama? A paso lento pero seguro.

Sus nombres se hicieron conocidos. Un estilo único. Ropa llamativa. Movimientos sensuales, rítmicos, curiosos. Coreografías sorprendentes. El dúo era conocido en el medio artístico poco a poco. Llegaron a ser bailarines de un par de cantantes en sus giras. Aún pertenecían al grupo de baile profesional, pero sus trabajos en solitario eran muchísimo mayores.

Llegaron a viajar al extranjero, presentándose tal vez solo en pequeños escenarios o incluso pequeños teatros. No eran ni remotamente los número uno en el mundo, pero si eran nombres conocidos.

Se fueron creando de imagen y personalidad. Y cuando eso ocurrió… Desaparecieron del medio.

Algunos empezaron a decir que los dos bailarines tan únicos habían muerto en un accidente. Otros se atrevían a decir que habían huido a un lugar donde se pudiesen unir legalmente en matrimonio (muchos medios apuntaban a la supuesta homosexualidad del dúo), algunos más decían que ahora solo eran productores bajo seudónimos.

¿Qué les pasó a Tegoshi y a Masuda?

***

- Así que así luce el cielo aquí... –Susurró Tegoshi, miraban el cielo nocturno desde una cabaña rodeada de nieve. Debía ser algún pueblito perdido de Canadá. Ninguno de los dos había prestado atención al letrero de bienvenida. Hacía más frío que en Japón, por lo que se mantenían dentro de la cabaña, a lado de una chimenea, cubiertos por una manta sobre los hombros.

- No se parece a Japón.

- No. Se ve más amplio aquí.

- Las estrellas son las mismas. Pero se siente como si se hubiesen movido o cambiado ¿No?

- ¿Te siguen gustando las estrellas?

- Por supuesto.

- ¿Y yo?

- Eres mi estrella favorita.

Tegoshi se acurrucó ahora en los brazos de Masuda. La estrella que quiso ser no era exactamente una que resplandeciese desde un escenario, o la que miles de personas viesen, simplemente quería ser una estrella ante los ojos de Masuda, cuando este le dijo esas palabras, después de su actuación en Roma, la sexta presentación en el extranjero que habían conseguido, Yuya decidió dejar el baile profesional.

No es como si se hubiesen enamorado siendo niños en una academia de baile nada más al verse, más bien eran chicos que se habían vuelto amigos poco a poco, volviéndose sí, una estrella resplandeciente en la vida del otro, por lo que retomando la vieja tradición de la familia Masuda viajaban de un lugar a otro, viendo las estrellas del cielo… Y la estrella que tenían a lado. Tan cerca, tan brillante, tan pura y sobretodo, la que los hacía sentirse realmente observados, y amados.



lunes, 11 de febrero de 2019

Aplicación


Título: Aplicación
Género: Romance
Pareja: KamiShige  [Kamiyama Tomohiro x Shigeoka Daiki]
Fandom: Johnny’s WEST
Palabras: 1,915
Tipo: One-shot
Resumen: Porque estamos en la era de la tecnología.
Nota: ¡Feliz cumpleaños atrasado, Anahí! Te quiero un montón, y espero que te guste, y que no haya quedado raro esto (¿?)


- ¿Y no te da miedo, Shige?

- ¿Por qué debería?

- Cualquiera podría hacer un perfil falso.

- No es como si me estuviese casando, ¿sabes?

- Pero igual… no creo que un Idol deba andar en esas cosas.

- ¿Qué podría pasar?

- ¿Una fan loca?

- Sé distinguir a las locas, Ryusei.

El caso era que Shige había estado presumiendo que se había abierto un perfil (con algunos datos medio falsos) en una aplicación que tenía como finalidad hacer citas. ¿La razón? Cuando descargaba juegos en su teléfono, entre las sugerencias apareció el nombre de la aplicación y le pareció divertido.

La aplicación era sencilla, se subía una fotografía, se colocaba un nombre en clave, la edad, animal y color favorito…Y la magia se hacía, de repente uno podría ver diversos perfiles de más personas, buscar preferencias por los datos ingresados y se podían enviar mensajes directos.
Shige había estado jugando al principio, mandando mensajes a todo mundo, como si de bromas se tratase, hasta que empezaron a salirle en sugerencias algunas chicas que consideraba bonitas. Si bien coincidía con la idea de que una aplicación  no lo iba a unir a su pareja ideal ni en un millón de años, pensó en que quizás si podría conocer a alguien interesante.

Al pasar de los días le fue encontrando maña a la aplicación y hasta un poco de vicio a esta, veía chicas bonitas y a veces les comentaba a algunos de sus compañeros de grupo si es que intercambiaba algún tipo de comunicación con estas, si le gustaban o si las dejaría en paz, más que cualquier otra cosa, era un juego más entre los otros que tenía descargados en su teléfono móvil.

***

Cuando el logotipo de la aplicación apareció en la pantalla de su teléfono, apareció el logotipo indicativo de “hombre/mujer”, seleccionó uno  y después le pidió datos para completar el registro, supuso que poner su nombre no sería adecuado para su verdadera intensión.

Nickname: Snow_White
Edad: 25 años
Animal favorito: Gatos y Perros
Color favorito Verde.

Quizás estaba mal, si bien no tenía intención alguna de poner datos enteramente reales… Mentir en su sexo no era algo que estuviese bien.

Colocó como foto de perfil una foto que se había tomado en una caseta de purikuras con ese te fin, le había dado una apariencia dulce y muy amable. Se gustó a sí mismo y esperó.

“¿Qué tan desesperado estas por su atención, Tomohiro?”.

***

[ShiDai te ha dado un corazón… Aceptar / Cancelar].

Cuando el chico leyó la notificación casi grita de emoción, conocía bien ese nombre de usuario. Habían pasado casi seis días desde que abrió el perfil, y aunque no había hecho gran cosa en la aplicación, no esperaba ser encontrado por “esa persona”, tan pronto.

En parte le alegró, por otra, le preocupó porque eso quería decir que Shige realmente le hablaba a todo mundo en esa aplicación. Presionó entonces el botón de “aceptar” después de haber esperado 2 horas con cinco minutos de que le había aparecido aquella notificación, no quería parecer demasiado ansioso por contestar. Sabía por experiencia con la misma aplicación, que esto le abriría una ventana de chat con el chico en cuestión. La frase usada generalmente para iniciar una conversación ahí era “Gracias por el corazón”, al menos por lo que había notado en su poco uso de la misma.

Escribió el mensaje y cerró inmediatamente la aplicación… No esperaba tener una respuesta instantánea, era poco más de media noche, y Shige a esa hora, solía jugar otro tipo de cosas. Lo sabía porque más de una vez había quedado con él en su casa y eso hacía.

[Mensaje nuevo de ShiDai]
¡Eres tan bonita!

[Mensaje nuevo de Snow_White]
Gracias, que amable.

[Mensaje nuevo de ShiDai]
¿Qué haces?

[Mensaje nuevo de Snow_White]
Veo televisión.

[Mensaje nuevo de ShiDai]
¿Qué ves?

[Mensaje nuevo de Snow_White]
AGENT WEST

Y por un momento “Snow_White” sudó frío. Si era eso lo que hacía, pero eso iba a poner en evidencia parte de sí. O ya de perdida, haría que Shige se alejase de su chat, debido a que como medida de precaución, seguro se alejaría de sus fans en esa aplicación, eso es lo que él haría… Pero olvidaba que “ShiDai” podría ser demasiado idiota. Por lo que pudieron continuar la charla al menos dos horas más. Y lo cierto era que ambos disfrutaron de esa conversación.

***

- ¡Chicos! ¡Adivinen qué!

- ¿Eh? –Puso interés Akito de manera casi inmediata.

- ¿Qué?

- Ayer hablé con una fan de WEST.

- ¿Eh? –Todos se quedaron boquiabiertos.

- ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cómo te atreviste? –Todos preguntaban al mismo tiempo menos Kamiyama, quién no pudo evitar sonreír visiblemente alegre, afortunadamente todos estaban tan metidos en lo que Shige les iba a contar que nadie le prestó atención a ese gesto.

- Es preciosa. Digo. Su foto lo es.

- ¿En tu aplicación? –Hamada interfirió.

- Sí, ¿en dónde más? –Dijo con naturalidad el chico que se caracterizaba por tener una enorme sonrisa, la cual estaba ahora en su rostro.

- ¿No tienes idea de lo malo que seria que una fan descubriese que eres tú en realidad? –Prosiguió Hamada. Estaba preocupado por Shige de verdad.

- Fui extremadamente cuidadoso, no dije quién soy.

“Si claro, cómo no”. Pensó Kamiyama, y agradecía que qué bueno que haya sido él con quién Shige había estado platicando la noche pasada, porque de lo contrario toda la conversación estaría en redes sociales, revistas de chismes y demás debido a la falta de tacto de Shige al hablar. No había dicho nunca “Soy Shigeoka Daiki del programa que estás viendo”, muchos comentarios se podrían interpretar de manera parecida.

De todos modos fingir ser una entusiasta fan de Johnny’s WEST era muy sencillo para él, así que en ese aspecto, sabría que decir y cómo decir las cosas.

***

Sin querer se hicieron de horarios para platicar. “ShiDai” y “Snow_White” tenían muchas cosas en común, parecían amigos de toda la vida, de repente “ShiDai” le contaba su día a día (intentando omitir el hecho de que era un Idol, cambiando palabras de “sesiones de fotos” por “clases”, y otros ejemplos burdos), y lo que “Snow_White” hacía, era inventarse una vida que no existía: trabajaba en una cafetería a tiempo parcial y estudiaba danza en una academia especial.

“Snow_White” era muy dulce a perspectiva de “ShiDai” y quizás eso en otra persona le habría parecido algo no muy atractivo, sin embargo, sentía una conexión única con esa chica, como si se conociesen desde hace años. Y aunque se regañó por no poderlo evitar antes, sintió que poco a poco sentía más que amistad por esa chica.

La aplicación ya solo servía como un chat entre ellos dos, Shige ya no veía más chicas coquetas con filtros extremadamente blanquecinos o de gatos, ahora solo miraba siempre si tenía notificación de “Snow_White”.

Por otra parte, Kamiyama empezaba a sentirse culpable porque si bien estaba consiguiendo lo que quería, le dolía en el alma engañar de esa manera al que siempre había considerado su mejor amigo, la persona en quién más podía confiar y al mismo tiempo, el chico del que se había enamorado.

Una cosa tenía muy clara: Shigeoka Daiki se estaba enamorando de “Snow_White”, no de Kamiyama Tomohiro, y ese problema era algo que ya había pensado desde que descargó la aplicación en que podía presentarse, lo encontró tan remoto que pensó que no valía la pena preocuparse por él, ahora mismo, creía que nunca agradeció más estar equivocado.

Dejó de ser solo su plática a media noche, empezaron a platicar a todas horas del día, y Kamiyama ya tenía cuidado en dónde y con quién estaba cuando contestaba algún mensaje de  “ShiDai”. Justo iba a responder uno cuando escuchó una voz familiar. Dulce y a la vez, cruelmente familiar.

- ¿Kami? ¿Podemos hablar?

***

Se encontraban en un local de comida rápida, habían ordenado un par de hamburguesas grandes y estaban esperando a ser llamados. No pasó mucho tiempo por lo que quién se paró fue Shigeoka. Algo le daba mala espina a Kamiyama, puesto que este se encontraba demasiado serio, no lo había visto así en mucho tiempo, el sonriente Shige era de todos los días, pero el Shige serio era cosa especial.

Comenzaron a comer y a platicar de cosas sin mucho sentido o relación. Shigeoka no sabía cómo abordar el tema y Kamiyama no tenía idea de qué estaban haciendo ahí.

- Kami

- ¿Sí?

- ¿Recuerdas la aplicación de la que he hablado últimamente?

- ¿La de citas?

- Si, esa.

- ¿Qué tiene? –Kamiyama procuraba permanecer lo más calmado posible.

- Pues… que creo que me enamoré de alguien. –Kamiyama estaba en una mezcla de preocupación, alegría y culpa.

- ¿Eh?

- Yo sé que es tonto. Que uno no debería enamorarse por medio de estas cosas, que es mejor conocer a las personas presencialmente… pero ¿Sabes? ¡Es la era de la tecnología! ¿Por qué no aceptar la idea de que es posible?

- Te ves muy seguro en esto… -Susurró Kamiyama, en verdad que internamente esta vuelto loco, ¿qué debería hacer?

- Es que estoy seguro. No había estado tan seguro de algo desde hace mucho tiempo. Quizás desde que se decidió nuestro debut.

- ¿De verdad te gusta?

- Me encanta. Es una chica adorable. –Sonrió con sinceridad Shigeoka.

- ¿Y por qué me lo dices a mí?

- Porque ya se lo he dicho a ella.

- ¿Y qué te respondió?

- Nada aún. Le mandé mensaje justo cuando te dije que necesitábamos hablar… -Shigeoka sacó su teléfono y miró la pantalla, no había notificaciones que hicieran alusión a una respuesta.

- Ya veo…

- Kami…

- ¿Sí?

- ¿Por qué no ves tu celular?

- ¿Por qué debería? Sabes que no me gusta usarlo cuando salgo con alguien en especial. Es una falta de respeto.

- Yo creo que es una falta de respeto engañar a la gente.

Shigeoka se aproximó lentamente a los labios de Kamiyama, dejando caer la papa frita que este iba a comerse distraídamente mientras hablaban. La cara del pelinegro mostraba seguridad, pero el otro por el contrario estaba hecho un poema muy colorido de emociones, a penas y fue un roce ligero, casi imperceptible, pero lleno de sentimiento.

- ¿Qué? ¿Q-Qué haces?

- Tú eres Snow_White.

Kamiyama se quedó en silencio y casi petrificado.

- Y si miro tu celular ahora mismo, estoy seguro de que en la pantalla aparece mi mensaje.
El otro solo bajó la mirada.


- Estoy enojado de que me mintieras. Pero no seas tonto… Igual te acabo de decir que estoy enamorado de ti ¿No? En persona.

Kamiyama se atrevió a mantener la vista con el contrario.

- No entiendo por qué mentiste, pero gracias.

- ¿Eh?

- Porque gracias a “Snow_White”, me di cuenta de quién siempre está a mi lado eres tú. Quién sabe qué decir, eres tú. Y aunque yo me porte como idiota la mayoría del tiempo, contigo si puedo ser serio y real en mis sentimientos. Eso lo supe platicando con “Snow_White”. Ella me conocía mejor que yo mismo.

- Shige…

- Mira, nunca me imaginé estar en relación con un chico ¿Sabes?  Pero creo que contigo las cosas podrían funcionar. A fin de cuentas ¡Me tomó casi 3 meses saber que eras tú quién aparecía en la foto! 

Shige, después de todo era un idiota.