Título: Intercambio de cartas
Género: Romance, cómico
Pareja: TegoMass [Tegoshi Yuya x Masuda Takahisa]
Fandom: NEWS
Palabras: 1,457
Tipo: One-shot
Resumen: Emma hace una travesura
Nota: ¡¡Feliz cumpleaños Naty!
Nota: ¡¡Feliz cumpleaños Naty!
Emma no lo había hecho nada con ideas
destructivas o malas, en lo absoluto. Emma solo había estado jugando y en parte,
había sido culpa del chico por haber dejado algo tan valioso en la mesa de
centro de su sala, un lugar que se encontraba al perfecto alcance de la
adorable perrita.
Regañar a Emma no serviría de nada.
Yuya veía con ojos llorosos una
carta que había escrito hace mucho tiempo, (o bien, los pedazos que quedaban de
esta) más o menos, por el tiempo de su segundo debut. La había escrito más por obligación
que por voluntad propia, ya que le había tocado, junto a cierta persona
especial para él, participar en una sección de un programa en el que solían
aparecer regularmente.
“Intercambio de cartas”.
Yuya recordó con claridad cómo es que
esa carta había visto la luz, cuánto batalló consigo mismo para escribirla, y
al mismo tiempo lo mucho que le había gustado, aún si su contenido no fuese tan
largo, pero todo su contenido era muy valioso, para él… y sabía que para la
persona a la que iba dirigida también.
Se preguntó así mismo por qué había
conservado ese pedazo de papel. Realmente no era la gran cosa, no era un papel
especial, no tenía decorados, ni si quiera era de color, poco faltaba para
haber sido una hoja arrancada de un cuaderno y para rematar tampoco había usado
alguna tinta fina para ella. Era solo una carta en un papel cualquiera escrita
con algún bolígrafo común.
Pero era “esa carta”. La carta que
lo había hecho feliz, la carta en la que por primera vez materializó sus sentimientos.
Y por eso no podía evitar sentirse mal. Aún se lamentaba haber deseado
cambiarla de lugar, en la gaveta del armario donde guardaba fotografías y
recuerdos de sus días de secundaria estaba bien… ¿Por qué la había sacado de
ahí? Emma jamás la habría encontrado ahí.
Sonó el timbre. Y ahí recordó por
qué sacó tan valioso recuerdo.
Al abrir la melena de cabello rojo
brillante, alborotado al estilo “me acabo de levantar” , se hizo presente,
deslumbrando una brillante sonrisa, que podría, según varias fans, y él mismo
rubio, podría salvar al mundo de toda la maldad existente.
- Massu… llegas puntual
- Siempre soy puntual… Más si es por
ti.
Yuya sonrió dejándolo pasar, la
bonita Emma procedió a saludar al recién llegado, y aunque al pelirrojo a veces
todavía lo ponía nervioso la presencia de la “adorable hija” del rubio, le
levantó en brazos para acariciarle la cabeza y la volvió a colocar en el piso.
- La encontré. Estaba, tal cual
recordaba en mi carpeta de graduación del instituto. Me pregunto por qué la
dejé ahí… ¿Tú has encontrado la tuya?
Yuya sabía a qué se refería. Y no
quería contestar.
- Creo que… lo de las cartas es…
- La perdiste. Yuya ¿La has perdido?
Ya sabía que no podía confiar en que conservaras algo así… No te preocupes, no
es nada.
- No, no es que la haya perdido o
botado… es diferente.
- ¿Dónde está?
- En la mesa.
El pelirrojo desvió la vista a la
mesa del comedor y al no ver nada, procedió a la mesa de centro, y lo único que
vislumbró fueron pedazos de papel cortados de manera descuidada, algunos más
grandes otros húmedos, unos más bajo la misma mesa, por tal motivo no tardó en
hacer conjeturas.
- ¿Tuviste un ataque de ira y
mordiste tu carta?
Yuya lo miró completamente atónito y
empezó a reírse con ganas, acercándose a su novio, y llevarlo a sentarse ambos
en el sillón más grande de la sala del menor.
- Ya sabes de mis problemas para el
manejo de la ira…
- Pero mira que morder algo así…
Pensé que era importante.
- Lo era… digo ¡lo es!, es solo que
me descuidé un poco porque quería ponerle una mica o algo para que no…
- ¿Y perdiste el control de ti mismo
atacando la carta? –Massu levantó una ceja y Yuya negó al fin.
- Emma la jaló, supongo que mientras buscaba la dichosa mica que le quería poner, cuando lo quise hacer encontré a Emma con un pedazo de papel en su ropa…
- Emma la jaló, supongo que mientras buscaba la dichosa mica que le quería poner, cuando lo quise hacer encontré a Emma con un pedazo de papel en su ropa…
- ¿Tenía algo escrito?
- ¿Eh? ¿La carta? ¡Obviamente!
- No, bueno, sí… Me refiero al
pedazo de papel en la ropa de Emma.
- ¿Eh? ¿Qué tipo de pregunta es esa?
- Una pregunta nada más.
- Estás molesto.
- No lo estoy, no es como si Emma hubiese
querido romperlo a propósito, sé que te cela mucho, pero ya aceptó que yo soy
su padre también así que… solo quiero saber qué pedazo de papel había en la
ropa de Emma.
Tegoshi no supo si reírse ante el
comentario del mayor, mirarlo con sorpresa, o simplemente responder ante lo que
el mayor le pedía saber.
-大好きだよ.
- La última parte entonces.
- ¿Eh?
- “Para Masuda Takahisa. Massu.
Hola, este es Tegoshi Yuya.” – Empezó a entonar Massu, con suavidad– “Para ser
honesto, escribir una carta como esta es algo vergonzoso, pero ya que se ha
presentado esta oportunidad, quiero disculparme contigo por una cosa. Siento
tanto haberte llamado “Massu” con tanta familiaridad cuando nos encontramos por
primera vez. Creo que sentí afinidad hacia ti, tal vez, pero… por ser una persona
tan amable con alguien “egoísta sin ninguna mala intención” como lo soy yo,
creo que eres una persona en realidad maravillosa. Ya que debutamos juntos como
NEWS, hemos podido cantar muchas veces juntos. Así que cuida de mi de ahora en
adelante…”
El mayor miró al contrario con la
intensión de que este culminara lo que había recitar, como si de un poema de
dominio público se tratase, como si fuese la letra de alguna canción famosa o
simplemente algo que le había salido del corazón. Yuya no podía creerlo.
Repitió entonces las últimas
palabras de esa carta que hace tanto había escrito…大好きだよ.
Yuya culminó esa acción acercándose
al mayor, besando los labios que le habían recordado con precisión sus sentimientos
de su yo de 19 años. Sentimientos que habían cambiado solo para incrementar. Y
dicho sea de paso, un poco más ahora que se había dado cuenta de que el mayor,
aún recordaba con tanta precisión esas palabras.
- ¿Cómo es que aún lo recuerdas? Te
la leí solo una vez.
- ¿Cómo no recordar la vez que te
confesaste? –Respondió el mayor con una sonrisa divertida.
- Pero aun así… memorizar algo así…
Massu eres genial.
Masuda quería disfrutar un poco de
esas palabras, pero terminó por empezar a hacer la risa boba que lo delataba
cuando hacía una mala broma, un mal chiste o alguna cosa rara que casualmente solo
él y unas cuantas de sus fans encontraban gracioso.
- Bueno… Me la sé porque las escuché
muchas veces.
- ¿Eh?
- Escuché esa carta tantas veces
como fue posible… porque quería creer en que las últimas palabras eran ciertas.
- ¿Me grabaste?
- ¿Yo? Para nada, pero fue fácil
conseguir el vídeo de nuestro intercambio de cartas –Se encogió de hombros– Fue
para el Shonen Club de todos modos ¿No?
Yuya guardó silencio y pasó a buscar
en un segundo a otro en las ropas de Massu la carta del mayor, manoseándolo un
poco de paso. Quería, necesitaba encontrar la carta del contrario, podría
memorizarla también, si el pelirrojo lo había hecho, él quería hacer lo mismo,
era algo valioso para ambos, a fin de cuentas, gracias a ese intercambio
empezaron a verse de manera diferente hasta culminar en la pareja que ahora
eran.
Pero Massu fue más rápido, por raro
que parezca. Y le dio su propia carta a la pequeña Emma que se había asomado
por ahí hacía poco y sin mucha duda, esta empezó a jugar con los pedazos de
papel, hasta destrozarlos por completo.
- ¿Por qué has hecho eso? –El rubio
estaba entre molesto y curioso.
- Porque creo que deberíamos hacer
nuevas cartas.
La sonrisa se dibujó en ambos, y
aunque se sintieron de lo más cursis y tontos, yendo a la papelería a comprar
un papel bonito, bolígrafos especiales y micas para cada carta, se dieron
cuenta de que quizás era una manera más sencilla de poder expresar algunas
cosas que se querían decir, cosas como las que en un principio Yuya decidió
escribir antes que decir.
“Vivamos juntos”. Fue lo que
escribió Massu como final de su carta, que le leyó a Yuya esa misma noche.
“Te amo”. Fue lo que Yuya escribió al
final de la suya, y de alguna manera para ambos, las dos frases significaron lo
mismo.
Yuzu, muchas gracias por tan bello regalo!!! La verdad que no me lo esperaba, casi shoro X'D Por supuesto que me encantó, está súper bonis y no se por qué, pero me dio nostalgia, mucha <3 ; ;
ResponderEliminarAaaah, de nuevo, muchas gracias, eres una gran amiga, tqm!! <3 <3 <3 <3
No ha sido nada, me gusta escribir cosas bonitas para personas bonitas <3
EliminarYa sabes que igual te quiero muchísisisisimo <3