Título:
La cita de cada
viernes
Género:
Romance
Advertencias:
Mundo alternativo(¿?)
Parejas: Tegoshi Yuya x Masuda Takahisa
[TegoMass]
Fandom: NEWS
Palabras: 1880
Tipo: One-shot
Resumen:
Nunca trabajar en
viernes por la noche. Esa es la regla de Tegoshi, y nadie cambiará eso, ni su
propio jefe… Tenía siempre la necesidad de cumplir con su cita desde que no era
más que un estudiante.
Estaba sirviendo un café de muy mal
humor, se acomodó el moño de cabello antes de ir a dejarlo a la mesa dónde
estaba ese cliente que se lo había pedido. Tomó una orden más y regresó a la
ventanilla detrás del mostrador azul con decorados de un tono más claro de
azul.
Se había peleado bruscamente con su
jefe.
No mucho después fue a dejar la
orden pedida e hizo pasar a un par más de clientes dirigiéndolos a una mesa y
dándoles el menú: No había descanso, ese era el precio de tener un puesto en la
cafetería más popular de toda la ciudad.
Paseó un mucho después por los
vestidores y llamó por teléfono; por primera vez no llegaría temprano en
viernes su casa y encargó a su mejor amigo que pasara de favor a darle de comer
a su mascota.
Encontró a su jefe en la puerta de
su vestidor y le miró con recelo, el otro le alcanzó a agarrar por la muñeca:
“Te dije ya como puedes salir
temprano hoy” Murmuró en su oído.
“No me voy a rebajar a eso” Usó su
voz normal, no esa melosa con la que atendía y servía a todos los clientes de
la cafetería, su voz varonil que solo le conocían sus allegados y por desgracia
su jefe.
“Tego-chan… Sabes que quieres salir
temprano hoy. Y si cumples lo que digo… Te iras temprano si quieres todos los
días.”
No pudo evitarlo y cacheteó a su
jefe, le miró con un casi odio declarado yendo a trabajar de nuevo, no le iba a
costar un despido, sabía que su jefe, Koyama estaba realmente encaprichado con
él, lo supo desde que obtuvo el trabajo de mesera, sí de mesera. La cafetería
había solicitado un mesero, él se presentó a por el trabajo y… Ahora era él era
una mesera.
Koyama era el heredero del verdadero
dueño de la cafetería, así que tomaba todas las decisiones del personal; y era
un completo fetichista. No le importó que Tegoshi no tuviese experiencia alguna
ni tampoco que había personas con mayor capacidad, le importó que ese chico que
quería el trabajo de mesero tenía una cara demasiada linda como para no ponerle
una peluca y un vestido.
¿Por qué aceptó Tegoshi? Porque era
un trabajo bien pagado y tenía que pagar ya la inscripción al siguiente
semestre de la Universidad. Además le encantó la promesa de que jamás iba a
hacer el turno de viernes por la noche.
No, Tegoshi no tenía una novia.
Tegoshi no tenía otro trabajo. Tegoshi no quedaba deshecho al fin de semana
como para que le diesen esa noche libre. Tegoshi no hacía más que quedarse en
casa esa noche, despierto ya hasta tarde ¿Por qué?
Porque cuando iba al instituto, un
viernes en la noche escuchó de casualidad mientras terminaba una tarea, un programa
muy peculiar de radio, no era de la música de rock que tanto adoraba, ni
tampoco era una emisión radiofónica de algún partido de fútbol, mucho menos un
reportaje de noticias deportivas; se traba de nada más y nada menos que un
programa de radio que pasaba una que otra canción al tiempo en que el locutor
contaba chistes, intentaba adivinar una que otra adivinanza mandada por algún
radioescucha, daba consejos de moda y hasta de amor a otras tantas personas que
le escribían contándole sus secretos anónimamente.
Y desde entonces canceló citas,
salidas, películas y demás por escuchar siempre ese programa de radio; todos
los viernes ya entrada la noche.
Pero ese día le habían dejado
trabajar hasta muy tarde en la cafetería (que por cierto, era de 24 horas de
servicio). No le molestaba realmente trabajar tan tarde, cualquier día estaba
bien; salvo el viernes, su preciado viernes era intocable por las noches.
“Tengo una cita” Se dijo así mismo “Una
cita cada viernes…”
Y como tonto; estaba enamorado de la
voz de ese programa de radio. Y sabía perfectamente que trabajar ese viernes
significaba perderse por primera vez esa emisión; faltar a su cita de cada
viernes.
¿Era tonto? Por ese programa de radio
había roto con una novia, también había dejado de lado a un par de amigos y
ahora había cacheteado a su jefe (que merecido se lo tenía por asquerosas
insinuaciones anteriores). Pero no podía evitarlo; “Master Hits” era su vida, y
su locutor; “Masuda Takahisa” un amor platónico inexplicable.
Era increíble cómo se enamoró de una
voz. No le importaba realmente la apariencia de ese chico, porque conocía según
él; “su alma”. Su voz, sus pensamientos, hasta tenía idea de su sentido de la
moda, creía conocer todo acerca de “Masuda Takahisa”, incluso su afición por la
buena comida que en más de un programa se había dado a notar.
Y era celoso de ese amor platónico.
Si una chica de casualidad también
escuchaba ese programa y le conocía se llegaba a armar una buena discusión de quién
era más “fan” de Master Hits. Y era obvio; Tegoshi ganaba. Si alguien llegaba a
decir algo en contra de su locutor favorito o de su programa favorito se volvía
automáticamente un enemigo de Tegoshi.
No permitía que en su presencia
alguien dijese algo como “Masuda-kun me encanta”, “¡Soy el/la más grande fan de
Master Hits!” o “Masuda-kun es mi novio”… De todas las frases, la última era la
peor, pues Tegoshi había llegado a un punto en que se creía la propia pareja de
Masuda: La cita de cada viernes consistía en prender su radio y escuchar su voz
a la misma hora, sonriendo, riendo y disfrutando por lo que decía el buen
locutor. Llegaba al extremo de sonrojarse por cosas que “Masuda diría a su
novia”.
Esa era también, una de las razones
por las que aceptaba ponerse ese traje de servicio al estilo francés. Sí de una
Maid, el uniforme de la cafetería. Quería ser “la pareja perfecta de Masuda”.
Aún si eso implicaba usar un vestido, recibir miradas tanto de clientes como de
su jefe nada cómodas o cosas de ese estilo;
“Practico para ser la mejor pareja de Masuda”. Ese siempre fue su
pensamiento.
…
La noche llegó y los clientes
disminuyeron, Tegoshi era la única “mesera” en turno, no era necesaria otra
más. Y eso le enojaba más.
Y se le ocurrió… Fue al estéreo que
ambientaba la cafetería con música clásica y no le importó. Rápidamente buscó
esa estación que miles de veces había escuchado, la estación que conocía tan
bien como la palma de su mano; aquella que en su casa siempre estaba
sintonizada; Y la voz de Masuda lo maravilló a él, y extrañó al par de clientes
del lugar.
De nuevo fue al mostrador, sonrío
tomando asiento; nadie requería de sus servicios en ese momento y se dedicó a
disfrutar; No era nada raro viéndolo desde el punto de vista de un cliente,
pues no aparentaba nada más que una jovencita que ponía cara risueña al
escuchar la bonita voz que ahora inundaba la cafetería.
Y es que su cara al escuchar a
Masuda, se transformaba a una completamente enamorada.
Fue mágico ese tiempo en que Tegoshi
escuchaba el programa, embelesado, y totalmente absorto en ese mundo; en esa
cita donde solo hablaba Masuda… Cuando acabó; Tegoshi estaba tan feliz que con
una sonrisa de oreja a oreja dio la cuenta a los últimos clientes aparentes de
esa noche.
Así pasó; hasta llegar ya al sábado,
Tegoshi se aseguró de que nadie revelase de su travesura para no “faltar a su
cita” y se disponía ya a irse; le quedaba una hora más de turno, es decir
atender a los que fueran a por su café matutino.
Atendió un par de mesas y una
compañera llegó a ayudarle. Y atendió un par más, ya faltaban dos minutos para
el término de su turno y… El alma se le calló a los pies. Literalmente; tiró la
charola que llevaba la taza vacía de café...
La voz que pedía el menú a su
compañera no era otra más que la que conocía mejor que la propia…
Volteó sin poder dar crédito: era
mejor que en sus sueños: Masuda Takahisa era perfecto. Nunca pensó realmente
que un hombre le atraería tanto algún día, pero… Masuda Takahisa con su voz le
conquistó y alguna vez pensó que realmente no le importaría su físico… Pero de
haber sabido que estaba tan bien físicamente… Quizás habría reconocido antes
que se había enamorado de él.
Cuando su compañera fue hacia el mostrador
en espera de la decisión de Masuda Takahisa; Tegoshi no tardó en rogarle que le
dejara atenderle, le prometió la propia de toda su noche y la que Masuda le
diese… Cualquier cosa para poder estar cerca de ese amor platónico. Y para su
suerte; esa compañera accedió.
“Soy Yuuko, ¿Qué le voy a servir,
amo?” De esa frase dicha, solo le agregó el nombre como de costumbre; era parte
del servicio dirigirse al cliente como “Amo”. Pero es cierto que usó un tono de
voz que incluso practicó antes, un tono especial para ese locutor que le tenía
medio loco.
Masuda pidió con una deslumbrante
sonrisa un café con una orden de galletas.
Y Tegoshi no tardó en traer su
orden. Masuda se maravilló con el servicio, y cuando “Yuuko” dijo: “Vuelva
pronto, amo”, el locutor no dudó en responder:
“Por supuesto”.
Y a partir de entonces, Tegoshi
siempre pidió el turno de viernes por la noche para poder atender a Masuda cada
sábado por la mañana antes de irse a su casa, así pudo tratar aunque sea un
poco a su amado locutor…
“Tegoshi”
“Dígame, Koyama-san”
“Estás despedido”
La razón fue que después de un par de meses el traicionero
cocinero de la cafetería contó su travesura de cambiar la música de la
cafetería para poder oír a su locutor. Tegoshi se enfadó como nunca primero;
porque ya no podía tratar a su amor platónico, no podía más ser esa adorable
mesera que le llevaba sin demora su café con galletas o pastel o cualquier cosa
que pidiese... Y segundo: porque Koyama tuvo el descaro de pedirle un “favor
sexual” a cambio del empleo.
Enfadado y triste iba pateando una
lata camino a su casa; era miércoles y suspiró pesado… No se había despedido de
su locutor…
La lata se detuvo golpeando a
alguien: Tegoshi volvió a sentir que el alma se le caía; golpeó a no otro que
Masuda Takahisa, se puso rojo, no solo por encontrarlo así, o por haberle
pegado, sino porque estaba vestido de chico, y era la primera vez que lo veía estando
vestido como un chico normal.
“Lo siento”.
“¿Te han despedido, Yuuko?” Preguntó
Masuda con un tono de voz tranquilo.
“Eh… Sí, me despidieron de la
cafetería…” Contestó distraído, cayendo en cuenta; Sabía Masuda que Yuuko era
un chico.
“Eso es bueno, ahora no me sentiré
incómodo de pedirte que vayamos a comer algo” Masuda le sonrió. Era como que
magia y no muchas palabras fueron de explicación, ahora Tegoshi tenía no solo
un amor platónico. Tenía un novio con un programa de radio… Y no solo una cita
cada viernes con la radio… Si no también una cada miércoles por la noche con
ese locutor que tanto tiempo lo tuvo loco.
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En fin, un nuevo one-shot.¿Inspiración? Que Yuuko salió a comprar goods en el concierto de Hiroshima (???????) xD Eso y que yo soy adicta al Masterhits :P
Disfrutenlo y dejen comentarios(?)
Espero ser el primer comentario ò_ó
ResponderEliminarPues nada, ha sido precioso *-* Me fascina como has trabajado la idea, como es que ese enamoramiento tan en si bastracto llevó a Tegoshi a enamorarse de un locutor de radio, solo su voz le enamoró hasta que justo llegó a conocerte~ Ha sido muy intenso a la hora de leer, comprender que es lo que le pasaba a Tegoshi y justo después de que le despidiesen ha podido quedar con su amor platónico xD~ Y ahora de lo mas feliz teniendo citas con su novio locutor.
Me ha encantado leerlo <3
La idea como ya te había comentado nace de que mi mami me había dicho que antes las mujeres se enamoraban de un locutor; la llegada de la televisión acabó con esa idea xD
EliminarPero me ha encantado manejarla, la profesión de locutor de radio siempre me ha gustado y no creo que sea mi unica hsitoria con un locutor xD
Gracias por leer~ <3
Me encantó! Que lindo que el sueño de Tegoshi se hizo realidad! ♡ ;_;
ResponderEliminarY ese Koyama resultó ser todo un loquillo (?) XD. Pero eso le pasa a Tegoshi por ser bonito (?) XDDD
*-* gracias por compartir esta linda historia!
Quise poner a un Keii-chan maloso :3 jamás le había dado ese rol xD
EliminarNo es nada, gracias por leer :3
Buajajaja, me mataste con tu fic... Koyama se ha vuelto el desgraciado de la historia, que se interpone en la relación de Tegomass! LMAO X''D
ResponderEliminarEres rápida y muy buena para escribir! Sigue así, me encantan todos los fics que compartes ^^
Solo un poco rápida xD pero se hace lo que se puede ^^
EliminarGracias por leer Naty :3
Me ha encantado mucho en verdad es muy bonito tu one-short ^w^ me encanta leer bueno es obvio que Yuuko es todo una belleza y pues Massu es muy lindo y un amor bueno gracias por escribir en verdad maravilloso :D a Sip porfa quiero seguir leyendo tu otro fic de enseñame las estrellas en verdad me ha encantado ^^ bueno hasta la próxima
ResponderEliminarTego es lindo o linda dependiendo de como actue a cada momento. Así que Yuuko es una preciosidad(?).
EliminarTengo que terminarlo, lo sé pero paciencia que a veces me es dificil sobrellevar una historia mucho tiempo...~
jejejejejejejejeje la personalidad de Tegoshi me dio miedo xD, tipo fag de tegomass ^^" ...
ResponderEliminarla historia me encanto, ese Keii fue todo un loquillo y hentai, pero creo es normal xD ... bueno, Tego es tan deseable que cualquier jefe se lo hubiera pedido, jijijijijijijijijij.
Y Massu amor que lo reconocio siendo chico ♥
me mato lo ultimo n//////n
Massu es un amor y es atento, le gustó Tego de trasvestí (???)
EliminarEl amor obsecionado de Tego es lo que más me gustó a mi xD
Gracias por leer Anix :3