martes, 15 de noviembre de 2011

El destino lo quería así (Mini-One-Shot)

Hoy los chicos de TegoMass cumplen 5 años de su debut en Suecia, mi lo celebra con este Mini-One-Shot



Estoy enamorado y mi madre tiene la culpa, escogió ese día para tenerme, en ese hospital precisamente hace ya diecinueve años, donde casualmente inició mi vida y también sin que los supiese en ese momento, mi historia de amor.

Ese día, según me contaron, mi madre compartió su habitación con otra señora que se encontraba también embarazada, los cálculos indicaban que el hijo de esa señora nacería ese mismo día, es decir, el mismo día que yo, mi madre al saber esto, hizo amistad con la señora esta y su esposo, se cayeron muy bien y congeniaron rápido, cuando por fin a ese bebé se le ocurrió nacer.

Eran ya las dos de la tarde, y ese bebé ya había nacido, todo salió muy bien, se encontraba bien, y a las cinco de la tarde de ese día nací yo, y he ahí un problema que raramente nuestros padre son habían pensado, el nombre, mi madre no sabía ni que decir, y la otra familia tampoco, así que se pidieron consejo mutuo, siendo así que a el lo llamaron Takahisa y a mí Yuya, al tiempo no dimos cuenta de que nos quedaron muy bien nuestros nombres.

Como la relación entre la familia de Takahisa y la mía se dio muy bien empezaron una serie de visitas entre ambas familias, cuando no íbamos a su casa ellos venían a la nuestra, naturalmente Takahisa y yo nos llevamos muy bien.

La madre de Takahisa suele decir que cuando teníamos entre dos y cuatro años hacíamos todas nuestras travesuras juntos, y a pesar de tener la misma edad, de los dos, yo siempre fui un poco más pequeño físicamente, entre las cosas que hacíamos eran; rayar paredes, romper cosas sin querer, jugar en lugares ‘prohibidos’, escondernos, recortar todo –incluidos los billetes y cosas así- jugar ene l baño y muchas cosas que eran nuestra diversión, nos  decían que, éramos como hermanos, felices nosotros lo afirmábamos.

Por conveniencia familiar decidimos que iríamos a la misma escuela básica, pues habíamos cursado juntos el jardín de niños en el kínder de la vecindad, además queríamos estar juntos, enfrentar algo nuevo juntos, como lo habíamos hecho todo hasta ese momento.

Ambos destacamos en el fútbol, pero creo que fue más bien por estar juntos que el quiso ser parte del equipo de la escuela, los seis años estuvimos muy unidos tanto en el club como en nuestro salón de clases, pues siempre tuvimos la maravillosa fortuna de estar juntos en nuestras clases.

Al entrar a la educación media casi nos separan, pues querían que yo fuese a un colegio privado, sin embargo no quise ir, fue mi capricho seguir yendo a la misma escuela de Takahisa, así que quedamos en el mismo salón de nuevo, y curiosamente también coincidimos con algunos amigos de la educación elemental.

Recuerdo que, fue ene  primer año de este nivel cuando a mi gran amigo Takahisa le llegó el primer amor, una adorable chica de nombre Mariko, era muy linda y muy lista también, era el primer lugar de su clase, -no iba en nuestro salón- recuerdo muy bien que cuando lo supe decidí apoyar incondicionalmente a Takahisa, ¿Ese era el deber que tenía como amigo, no es verdad?

Sin embargo, no fue tan buena idea, pues el noviazgo no duró mucho tiempo, por mucho fue de un mes, y ella fue quien se atrevió a cortarlo.

Y por ese motivo yo nunca la lograre perdonar, recuerdo muy bien que, ese día Takahisa no fue a la escuela, y por preocupación y consecuencia yo tampoco, estuvimos toda esa mañana en mi casa, el llorando y yo consolándolo impotentemente, me juré a mi mismo que jamás en mi vida me permitiría que yo dejase llorar a Takahisa de nuevo así.

En el segundo año iba todo muy bien, ocupábamos el primer y segundo lugar en aprovechamiento alternadamente, también ese año Takahisa se cambió de equipo deportivo, ahora estaba en básquet, dejándome a mí en mi fútbol. Fue bueno  pues así yo me volví capitán del equipo y el del de básquet, logramos buenos lugares para la escuela cuando lideramos los equipos.

Sin embargo estábamos separados, pero esa no fue más que la mejor cosa mala que sucedió ese año.

Ese año, el padre de mi amigo Takahisa falleció en un terrible accidente automovilístico, fueron días sombríos, y mi amigo cayó emocionalmente hablando, era una marioneta humana, sin embargo, lo ayudé como pude a superar eso, pues egoístamente yo extrañaba verlos con su dulce y siempre reconfortante sonrisa cálida.

En las vacaciones de invierno mis padres fueron el problema.

Tuvieron una fuerte discusión que llegó a pelea, yo nunca pude comprender bien el por qué, pues siempre estaban y se portaban muy cariñosos entre sí, sin embargo fue una muy dura y fuerte pelea.

Para no salir lastimada, y evitar también que me lastimen a mí, mi madre optó por agarrarme con algunas cuantas cosas e irnos a casa de mi abuela, la cual vivía muy cerca de casa, pero era un lugar seguro, ella nos recibió muy bien y con los brazos abiertos.

Yo recuerdo que esa noche pedí el teléfono prestado y antes de que me dieran permiso, ya estaba marcando el número que me conocía de memoria, a él yo le conté todo lo que pasó, lloré, le estaba contando todo a quien más confiaba, y este me escuchó muy pacientemente, dando palabras de aliento y finalizando con esto:

-Todo estará bien, si de algo te sirve… yo no te dejaré nunca, así que por favor no llores más ¿De acuerdo?, preocuparás a tu pobre familia, ve a dormir, piensa en cosas buenas o que te gusten demasiado, mañana nos veremos,  hablaremos y quiero verte sonreír ¿Esta bien?

Y así lo hice, tal como él dijo, sólo que, curiosamente me dormí pensando en él, y como consecuencia soñé con él, no era la primea vez, pero recuerdo bien ese sueño, ciertamente no esperaba soñar con él pero… no me molestó en lo más mínimo.

Levantó mucho mi ánimo esas palabras, pues se que fueron dichas con sinceridad, y creo que en ese momento fue cuando sucedió.

Terminamos con honores y muchos amigos la educación media, sin embargo vino otro problema: las mudanzas.

Mi abuela siempre me apoyó, de lo que doy gracias, y también quería mucho a  Takahisa, al cual llamaba de cariño ‘Tee-chan’, como lo llamaban también mi madre y la de él, era un cariño mutuo, pues al no tener abuelas que viva cera Takahisa veía a mi abuela como suya, eso aunque no suene mu relevante lo es, ya que gracias a ella conseguimos seguir juntos.

La madre de Takahisa quería ir a trabajar a Osaka, pues ahí ella tendría posiblemente más oportunidades, y encontró un muy buen lugar para vivir, considerando que vivíamos en Tokyo era un problema.

En cambio mi madre quería probar suerte en Hokkaido, estas dos mujeres nos querían llevar con ellas, en cuanto yo lo supe me asusté.

Tenía 15 años entonces, y mi mejor amigo de toda la vida siempre fue Takahisa, no estaba dispuesto  a dejar que nos separasen, por mero capricho de nuestras madres; tras una muy larga discusión con ellas obtuvimos parte de lo que queríamos, o bueno si era lo que queríamos pero con un ligero cabio.

Nuestra intención en un principio fue vivir juntos en alguna de las casa –la mía o la de él, no importaba cual fuese- y estar tranquilos, pero nuestras madre son querían que fuese así, y ahí fue cuando mi abuela entro en el asunto,  pues ella misma ose ofreció a cuidarnos  darnos alojo en su casa, y aunque al principio no parecieron muy convencidas, pero aceptaron al reflexionar que seguramente sería un verdadero lío los papeleos de traslado de colegio, uniformes y cosas así.

-Son la terquedad encarnada –nos dijeron en esa ocasión.

Desde que comenzamos a vivir en la misma casa, a vernos con más frecuencia de la acostumbrada, fue cuando me di cuenta, fue la cosa que hizo que lo que sucedió en mi regresara y me hiciera como soy y lo que soy.

Ingresamos al mismo instituto para variar, y para nuestra buena suerte quedamos en el mismo grupo como en todos los años anteriores, como siempre estábamos juntos, un día una compañera nos dijo:

-Parecen hermanos, y si no lo son, juraría que son algo más.

Takahisa pareció no entender, pero yo sí.

Hace ya un año que terminamos el instituto, y estamos ahora ya en lo que es la universidad, y hasta hace relativamente poco pude sincerarme, darme al fin cuenta de que Takahisa había hecho mucho por mí, por mi bienestar, por mis caprichos, y todo eso y mucho más, por eso ha hecho que hoy tenga decisión en declararme.

No tengo miedo de decir que soy gay, pues me gusta mucho Takahisa, y sé que puedo asegurar que es puro amor y cariño, pues desde hace ya tiempo que siento esto por el, sólo que, nunca lo había admitido.

Hace diecinueve años nacíamos, hace cinco sé lo que siento por él, hoy es nuestro cumpleaños, hoy es quince de noviembre, fecha que siempre celebramos juntos, sin excepción.

-Taka…

-Dime –Yo callé, dudé y lo besé.

Un beso sencillo, un rose, pero correspondido.

-¡Feliz cumpleaños! –dijimos juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario