domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Siempre será asi? (6/23)

Me he tardado un día más, epro por eos traigo el doble capi, pues este lo debí publicar ayer, pero por cuestione spersonale sno pude...
En verdad lo siento pero creo ha quedado bien.


                                                                Capítulo 6

Los días iban pasando con mucha normalidad, la herida que tenía Tegoshi cicatrizó lentamente pero luego a estuvo bien, en el hospital al que lo llevé, pasó mucho tiempo en el consultorio, pero cuando finalmente salió,  y para mi sorpresa sonriente, el doctor mencionó  que se cuidase y que regresase en caso de algún otro problema o molestia, al llegar a nuestra ‘casa’ vimos un buen rato televisión.

Todo iba muy bien, una perfecta relación amistosa,  nuestras personalidades tan distintas se complementaban sorprendentemente, él era una luz, un destello, una esperanza que nunca ha de morir, yo en cambio, era una sombra, la oscuridad, el lado pesimista en muchas ocasiones, más si en embargo había equilibrio.

¿Teoría del Ying-Yang?, ahora que lo pienso es muy posible, una combinación perfecta mental, una increíble complementación, sincronía y armonización, era poco tiempo, muy poco en realidad, pera era ya tan necesario, casi ya éramos parte del otro, nos veíamos como la contraparte del otro, Un necesario equilibrio.

Ya cumplimos un mes de vivir juntos en armonía en el dormitorio.

Hasta las clases ya me son mucho más interesantes que antes, he empezado a hablar con compañeros de mi curso y a poner más empeño en mis proyectos, amabas cosa por que Tegoshi así me lo pidió.

-…Entonces eso pasó en mi clase de filosofía el día de hoy, fue un debate muy entretenido.

-¡Me alegro por ti!

-Nee… ¿Y tú?

-¿Yo qué?

-¿Cómo que ‘qué’? Pues en tu salón de clases, tus compañeros, tus profesores, tus clases, todo eso, ¿Por qué nunca me cuentas nada de eso?

-Ah a eso te refieres…

-¿No me tienes esa confianza?

-¡No!, para nada, no es eso, aquí eres en quien más confío.

-¿En serio?

-Si…

-¿Y bien?

-Es qué a parte de ti, yo no tengo amigos.

-¿Eh? ¿No tienes amigos?                                                

Casi todo el dormitorio se enteró, le pedí que bajase la voz, le expliqué entonces que casi nadie, o es más nadie sabía gran cosa de mí, él me escucho atento, claro que le mencioné que el era la persona que más sabía de mi persona, y preguntó muy extrañando y contrariado:

-¿Por qué?

Me tomo por sorpresa, ‘¿Por qué? Bien ni yo lo sabía, era claro que había escogido mi carrera al azar, que entré a la Universidad a cursar cada semestre y pasaba bien las materias pues no tenía otra cosa que hacer o en que pensar o ocupar mi mente y tiempo, nunca en mi vida se me ocurrió ir con la idea o intención de hacer amigos, nunca lo tomé como una prioridad, así que nunca me ocupé de socializar con la gente de mi entorno con el propósito de conocerla, pero estaba comprobado, y por mucha gente, que se puede estudiar, trabajar y tener amistades al mismo tiempo, así que ¿Por qué yo no también?

Tras analizarlo un rato en silencio le dije que haría lo posible por que para la siguiente vez que platicásemos, yo también pueda contarle algo interesante, él visiblemente se alegró,  y la verdad yo también; pues al fin tenía una especie de meta u objetivo.

El primer día que lo intenté, o bien la primera vez que pude hablar con alguien fue con el guía que me hizo conocer a Tegoshi; Nakamaru-san, pensé en el por ser tan sociable y pacientes con los demás, y como lo supuse, me fue bien con esa elección, pues a partir de ese día empecé a conocer a muchísima gente, gracias a este nuevo amigo, pero de todos el más importante y cercano siempre fue Tegoshi.

Gracias a eso, pude ingresar a la lista de los chicos que se probaría a sí mismos para entrar al club de natación de la universidad, reconocido pues por que este grupo solía ir a participar en varios eventos, cosa que si soy sincero, al que más emocionó fue a Tegoshi.

El día de las pruebas era en un día libre en el que coincidimos, jamás lo olvidaré:

Fue un 11 de noviembre.

A penas le estaba enseñando lo básico al chico en lo que era la cocina, así que ese día sólo me ayudó en tareas sencillas par la preparación de nuestro almuerzo, y también de nuestro desayuno, aún así fue divertido.

Mi amigo tenía la manía de hacer dibujos, figuras o paisajes con la comida, al final, nuestros almuerzos eran amplios bien dotados, grandes y muy bien acomodados, con presentación, como si se tratasen de los bentos de una madre a sus hijos.

Eran bellos, y se veía muy apetecible, Tegoshi tenía talento en ello, una vez preparados los acomodamos en una mochila donde ya estaban algunas cosa mías que seguramente necesitaría, mi bañador, unos gogles, mi toalla y ropa extra por si la llegaba a necesitar, de eso se encargó Tegoshi.

Al llegar ahí vi a Nakamaru, que casualmente era el coordinador –y por lo que veía era también el mil usos de la escuela –lo saludé y le presenté a Tegoshi.

-Nakamaru, ya estoy aquí, y te tomé la palabra, traje a alguien conmigo.

-¿Ah si?

-Si, él, este chico es Tegoshi, Yuya Tegoshi.

Mis amigos se examinaron entre sí, el mayor veía al otro con mucha sorpresa y el menor veía a este con alegría, ambos se sonrieron y se saludaron formalmente, Nakamaru se dirigió a Tegoshi, y le dijo desde donde podía vernos bien, el se fue al lugar indicado a sentarse.

-Ne Masuda, disculpa, una pregunta…

-Dime

-¿Eres gay y este chico es tu novio?

Me sorprendí, pero le contesté tranquilo:

-No es mi amigo, es mi compañero de cuarto.

Parecía no creerme, sin embargo sólo me dijo que me cambiase y que estuviese listo para cualquier momento, le obedecí, pronto la ‘audición’, porque al verdad eso parecía, empezó pasaron varios chicos, y entre Nakamaru y  otros dos chicos los evaluaban, por fin llegó mi turno.

La prueba consistía en nadar en tres estilos diferentes, eran doscientos metros de cada estilo, al parecer por mis nervios lo hice rápido, Tegoshi me animaba, tras salir de la piscina vi a Nakamaru y este me sonrió, creo que fue señal de que lo hice bien.

En lo que pasaban los faltantes fui a con Tegoshi, el cual ya me esperaba con nuestro almuerzo que daba pena comerse, si hubiera una competencia de belleza de bentos, ganaría sin duda, pero a fin de cuentas lo comimos, y esperamos los resultados, un chico nos fue a hablar, y Tegoshi y yo lo logramos reconocer, era Ueda-san, el que estaba fastidiando todo el rato a Nakamaru el día del terremoto, hacia ya un mes.

Era un chico muy agradable, el estudiaba pedagogía, y pues nos preguntó carreras y demás cosas de nosotros, nos hicimos amigos.

Los resultados salieron, y para mi sorpresa me quedé en el equipo, Ueda también había hecho la prueba y se había quedado, nos informaron que los líderes del equipo eran los que nos evaluaron, Yamashita Tomohisa y Akanishi Jin.

Ese día regresamos temprano al dormitorio, eran no más de las tres de la  tarde, Tegoshi olvidó una tapa de uno de los almuerzos y regresó por ella, tiempo después tocaron la puerta:

-¡Tegoshi!.. Tú no eres Tegoshi.

Era el líder del dormitorio, que le informó que nos había llegado un paquete, fui por el a la entrada, lo tomé y lo lleve al dormitorio, decidí abrirlo.

El paquete: ‘Feliz cumpleaños Yuya”, era un pastel de cumpleaños.

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