miércoles, 23 de octubre de 2019

Hanamuke


Título: Hanamuke
Género: Romance
Pareja: TegoMass [Masuda Takahisa x Tegoshi Yuya], KyoJe [Kyomoto Taiga x Jesse Lewis]
Fandom: NEWS & SixTONES
Palabras: 3,727
Tipo: One-shot
Resumen: Como cuando tienes que cantar como un regalo.
Nota: ¡Feliz día de anuncio de fecha de debut, SixTONES! Hago el fic como celebración a que SixTONES al fin debutan y yo los amo~, así que mezclo mis dos OTP. Puede que de ahora en adelante lo haga mucho. En fin, escogí una canción que amo de TegoMass, una con la que quería escribir un fic desde hace una eternidad y al fin me ha salido~.


Era una ceremonia demasiado discreta, había pocos invitados, probablemente no habría nadie si fuera decisión del rubio, pero el pelirrojo quería tener a alguien cerca para el gran día, de todos modos, le agradecía, estar en ese lugar era importante, y haber sido invitado por el mismo rubio le hizo mucha ilusión al chico, recordando vagamente la conversación que tuvieron por mensaje y posteriormente el encuentro que, aunque había sido breve, lo recordaría toda su vida.

Sacó el móvil, como si lo necesitara para recordar cada una de las palabras, aunque, siendo honesto, las recordaba vívidamente.

[Mensaje nuevo de Senpai]
“Hola. Tengo que verte para darte algo en persona ¿Podemos quedar para comer?”

Tecleó la respuesta tan pronto como llegó el mensaje, siempre tenía tiempo para responderle a él.
“Mucho misterio tratándose de Senpai. Claro. ¿A las 3 está bien?”

[Mensaje nuevo de Senpai]
“Por supuesto. Paso por ti después de la hora de ensayos”.

Fue solo una palabra su respuesta, pero realmente no significaba nada, el acuerdo de verse como sea, siempre le emocionaba.
“Bien”.

***

- ¡Taiga! -El jovial tono de chico mayor era notorio, siempre le sonreía al menor. Para cada encuentro que había organizado en su amistad y su relación de Senpai-Kohai se habían procurado hacer cercanos, para gusto del menor y extraña confianza del mayor -Te queda bien el rubio. -Dijo entre risas al momento en que el menor se había subido al automóvil.

-Nunca tan bien como a Tegoshi-senpai -Contestó en respuesta y de manera natural empezaban a charlar, cosas del trabajo, cosas de sí mismos o bien, del perro tan adorable que estaba jugando en el parque a lado de la calle mientras esperaban por el pase para seguir al lugar donde irían a comer.

Tan pronto llegaron al lugar, Taiga comenzó a notar cierto nerviosismo en su Senpai, cosa completamente extraña y se empezó a preocupar del motivo de ese encuentro, generalmente quien pedía quedar para salir era él mismo, así que eso le daba algo más de misterio al asunto, pues en cuanto llegaron a su mesa, Tegoshi se mostraba inquieto.

Antes de que pudiera decir algo llegó una alegre mesera quién se presentó como Kaori, y les pasó la carta del lugar, asegurando que regresaría en poco tiempo a tomar la orden, los dos rubios entonces procedieron a recorrer con la mirada hasta que algo llamase lo suficiente su atención. Silencio, pero silencio cómodo.

Kaori les tomó la orden y fue cuando Tegoshi suspiró mirando a su Kohai y al fin tomando el tono serio que lo solía caracterizar cuando algo que requería atención especial empezó a hablar.

- No tengo cómo mentirte o explicar por las ramas algo que ya sabes.

Taiga captó al instante de qué se trataba.

- ¿Qué sucedió? ¿Rompieron de nuevo? -Preguntó con poco tacto el menor, a fin de cuentas, conocía bien el historial de la pareja de su Senpai, más de una vez había dado más de un consejo que según había notado con el tiempo, había funcionado.

- Oye, dame un poco de crédito -Se empezaba a quejar el mayor, pero luego soltó una risa discreta de sí mismo -No es nada malo esta vez.

- ¿Entonces?

- Es que me casaré con él.

- ¿Eh?

- Así como lo oyes, voy a sentar cabeza con él. Suficiente drama de noviazgo, estoy listo para el drama de la vida de casado -El mayor de los dos sonrió, aunque la chispa de pena se notaba en su cara. Haber dicho todo eso de esa manera le resultaba embarazoso.

- ¿Felicidades?

- ¿En tono de pregunta? -Levantó una ceja con un aire medio burlón, pero mantenía su sonrisa apenada.

- No, ¡Felicidades! Siempre le he dicho, Masuda-senpai y usted son una pareja que está hecha para estar juntos siempre.

- Vaya, que bonitas palabras. Me das más crédito del que merezco ahora. Espero que sea así… Ya sabes, Massu y yo somos un mundo diferente cada uno, él es como un sol, brillante, positivo, resplandeciente, atrayente y yo soy como… -Tegoshi empezaba a hablar atropelladamente como era su costumbre cuando hablaba de su novio, (ahora prometido), era la razón por la que Taiga estaba seguro de que era la opción correcta para su senpai, pero tenía que detener a este en su platica o si no se quedaría callado escuchando el monólogo de por qué Masuda Takahisa es el hombre perfecto para Tegoshi Yuya…

- Senpai…

- ¡Lo que me lleva a esto! -Sin pena ya en su sonrisa, aunque si contrariado de ser interrumpido, sacó de su chaqueta una tarjeta envuelta en un plástico transparente, venía atada con un listón fino color rosa pastel con degradado a dorado, se la entregó al menor.

- Sería muy feliz si pudieras venir a la boda, Taiga. -Tegoshi se sinceró, con una expresión que, si bien no era una sonrisa, era muchísimo más sincero que aquella típica mueca de un rostro, Taiga supo que no había manera en que se negase a ir. Y tampoco es como si no quisiera. -Eres literalmente uno de mis 3 invitados, todos los demás serán de Massu. Quiero que estés ahí.

La comida transcurrió y Taiga aseguró que iría, aún si eso implicase faltar a una actividad de SixTONES, aunque realmente eso no era necesario y Tegoshi le sugirió que pidiera el libre ese día desde ese instante para asegurar que nada se atravesase. A su manera Tegoshi demostraba como ese chico que tenía frente se había convertido en uno de sus mejores amigos.

- Por cierto -Dijo Tegoshi al dejar a su acompañante frente a su casa -La invitación trae dos boletos, lleva a quién sea que quieras… aunque, tengo un mensaje de mi prometido -Tegoshi levantó los dedos en el aire haciendo unas cómicas comillas que encerraron sus palabras – Quiero escuchar “Hanamuke” en la boda.

***

Taiga recordó esas palabras, y el pánico que le dieron en ese momento, Tegoshi sabía que hacía al decir esas palabras, pero consideró prudente hacerlo porque… el también quería esa canción en su boda.

¿Qué significaba?

Pues que Tegoshi Yuya no era el único rubio vuelto loco en drama continuo con un pelirrojo.

***

El baile era un fuerte de su grupo, habían pasado años siendo bailarines de todos los grupos de la empresa como para bailar mal, por lo cual, sus ensayos no eran realmente largos, más que nada recibían la nueva coreografía la ensayaban un par de días y pasaba a ser parte de su repertorio. Si bien ensayaban los suficiente, no era un reto tan grande, cuando solo tenían ensayo de baile, salían, relativamente temprano.

SixTONES tenían esa ventaja, pero por lo mismo, era difícil quedar con alguien sin que los demás se terminaran por enterar, Taiga tuvo que ser extremadamente cuidadoso de que nadie lo viese. Nadie quería más dramas en el grupo.

Drama era la palabra correcta. Los altibajos de la relación de Taiga con “ese pelirrojo” eran motivo de desconcentración para el grupo entero. Sus motivos de drama eran variados, desde una mala mirada, una contestación rara, algún comentario hacia la “apariencia femenina” de Taiga, un chiste mal entendido… desde cosas banales hasta cosas más serias como los celos. Alguna vez llegaron a dividir al grupo entre las opiniones de quién tenía razón.

Juri llegó a sugerir que si no sabían tener una relación causarían la desintegración del grupo. Y eso asustó tanto a los dos que jamás volvieron a hablar de ello con el grupo, por lo cual Taiga se lo estaba pensando demasiado, pero si su senpai se lo había pedido… no tenía opción.

Taiga esperaba que todos se fueran para hablar con Jesse, ese “pelirrojo” que tenía fama de bobo. No solo tenía la fama, si lo era, pero antes de que pudiera darse cuenta, este había sido el segundo en salir de la sala. Taiga se convirtió entonces en el tercero. Y le tocó ver algo que no esperaba en lo absoluto.

- Toma. De verdad, me gustaría que fueras -Una voz profunda se pronunciaba, con tranquilidad, la reconocía al instante.

- Senpai ¿En serio me está invitando?

- Por supuesto, es una fecha importante y necesito que estén personas igual de importantes.

- No sabía que yo era…

- Me ayudaste esa ocasión.

- No fue mucho, solo dije un par de cosas que…

- Sí, yo sé, un par de cosas, pero ese par de cosas fueron lo que salvó mi relación con Yuya, Jesse. Por eso te quiero ahí. Porque por ti pude solucionar todo con ese chico de cabeza hueca y por fin estamos siendo sinceros.

- Senpai…

- Y sabes. Quiero un regalo.

- ¿Cuál?

- Quiero escuchar “Hanamuke” en mi boda.

- ¿Eh?

- Asegúrate de que ese sea tu regalo para mí. ¿De acuerdo?

- ¿Me está pidiendo que me encargue del sonido de su boda…? -Preguntó ligeramente confundido el chico y el mayor solo se palmeó un poco la cabeza y se empezó a reír discretamente.

- Me doy cuenta de que no soy el único bobo aquí.

Masuda se despidió, y Taiga, quién había espiado toda esa conversación, pudo ver en manos de Jesse una tarjeta idéntica a la que él tenía que le había dado Tegoshi. Jesse había sido invitado a la misma boda que él.

Y el mensaje era aún más claro. Tendrían que hablar.

***

Encontrar momento para hacerlo fue una travesía y la boda se acercaba, poco a poco la noticia se había corrido entre los integrantes de los diferentes grupos, varios habían sido invitados, pero todos iban con la leyenda de “invitados de Masuda”, Taiga se consideraba algo especial porque el era de los pocos que habían sido invitados por Tegoshi.

Faltaban pocos días para el gran día, y fue cuando fue el pelirrojo quién decidió hablar con Taiga.

- Taiga, tenemos que hablar.

- Lo sé.

- Terminamos yo lo sé. Pero tengo que pedirte que me acompañes a algo.

- ¿Eh?

- Mira, yo sé que soy el único de este grupo que fue invitado, así que podría llevar a quién yo quisiera, pero te he escogido a ti.

- ¿Eh?

- Y yo soy el lento.

- Te estoy invitando a ser mi acompañante para la boda de Tegoshi y Masuda-senpai.

- ¿Por qué yo? -Quiso saber, dentro de todo el drama de su relación, Taiga no podía negar que, si siempre regresaba con él, era porque a fin de cuentas estaba perdidamente enamorado de él.

- Porque nadie puede reemplazarte. Y quiero cantar contigo ese día.

- ¿Quieres cantar en una boda de dos de los mejores cantantes que hemos conocido?

- Si, y contigo.

Taiga sabía bien que no era la razón que quería oír, pero gracias a eso, podría cumplir con ir a esa boda, con la persona que más quería, aun si no fuera en el plan que hubiese querido en ese momento, por lo que solo asintió en respuesta, con una ligera curvatura en sus labios que escondieron lo mejor posible sus emociones del momento.

***

La boda transcurría con normalidad, pocas personas de la empresa habían ido, la pareja estaba radiante, la ceremonia había sido sencilla y la fiesta no parecía exactamente de una boda, pero lo era a fin de cuentas, en su mesa, Taiga y Jesse había compartido con otros talentos de su empresa, pero no había pasado de una plática amistosa, todos asumían que el invitado había sido Taiga por parte de Tegoshi y el acompañante era Jesse, y este no se molestó en decir lo contrario. No tenía mucho caso y lo importante era la feliz pareja.

Vino el discurso por parte Koyama, el líder de NEWS, no es de extrañar que ya estaba llorando al momento de empezar a hablar, y de lo feliz que estaba, Tegoshi se reía un poco de su líder, pero agradecía con la mirada. Luego palabras de los padres de los novios, posteriormente, de Kato, también miembro de NEWS, que hizo gala de su gran léxico para decir en resumen “me alegro mucho por ustedes dos”.
Taiga estaba que se lo comían los nervios, había ensayado la canción con Jesse un par de días antes en el karaoke, y lo que ahí había pasado no le gustaba ni pisca.

Musical y técnicamente, no había problemas en la canción, el ensayo fue perfecto, un par de veces fueron necesarias, no es como si fuese la primera vez que cantaban juntos, pero si era la primera vez que la cantaban desde que habían roto. Y era algo cruel sentir la falta de sentimientos en esta.

La canción trata de una boda, de una dulce pareja que logró encontrar el amor eterno y la felicidad, pero no es la felicidad de quién canta, sino de una pareja externa, alguien que no pudo conseguir el amor de esa persona y ahora ve como esta se casa con otra… Y no queda otra más que desear su felicidad.

La falta de contacto visual, sentimiento y armonía que tanto había trabajado con Jesse en otras canciones se sentía demasiado en esta canción y fuera de que le preocupaba no alcanzar la expectativa con su senpai, en este “regalo”, es que le preocupaba el grado al que había llegado con Jesse.

***

¿Cuál era todo el drama de que había escapado?

Él y Jesse se entendieron desde jóvenes, se acompañaron en varias cosas, se confiaban muchas más, y al ser adolescentes pasando tanto tiempo juntos, no fue de extrañar que en alguna ocasión llegaron a más de un abrazo.

El primer beso fue una revolución, una avalancha que siendo honestos no sea detenido hasta el momento para ambos, fue una revelación también. Y el estar influenciados por ese entonces por una reconciliación de Tegoshi con su pareja, decidieron intentarlo.

Pero eran muy inexpertos, muy jóvenes y muy ignorantes para saber lo que el amor era.

El miedo de decirlo a los mayores (sus padres, amigos cercanos), de enfrentar el río de sensaciones que solo estar cerca uno del otro causaba, el vértigo que causa el primer amor, así como la presión de la escuela, el trabajo y la familia en ámbitos que una persona normal se desempeña…

Colapsaron en celos. Colapsaron en inseguridades.

“Me gustas porque pareces una chica”. Le rompió el esquema una vez a Taiga y lo hizo odiar al pelirrojo con tantas ganas que pensó que su odio quemó todo su “amor” por él.

“Eres demasiado estúpido como para salir conmigo”, fueron palabras hirientes que Taiga dijo en otra ocasión después de una broma tonta de Jesse después de un estresante día para Taiga, y naturalmente las cosas no salieron bien.

Jesse le pertenecía a Taiga, y Taiga a Jesse, pero los dos eran demasiado inmaduros para admitirlo y una boda, era literalmente el peor escenario para ambos.

***

- Es hora.

- Sí.

- ¿Nervioso?

- Algo. Solo vamos a cantar para nuestros máximos ejemplos a seguir.

- Cierto. Pero es su regalo… Taiga, hagámoslo bien. -Conversaron justo antes de subir a la pequeña tarima que había como pequeño escenario donde antes habían dado lugar discursos a la pareja. Jesse le dedicó una sincera mirada a Taiga y este asintió. Era a fin de cuentas una interpretación, una especie de actuación. Se pararía a cantar, a fingir esas emociones. No era mal actor, y Jesse tampoco, podrían hacerlo.

Y la canción comenzó, el sonido de las campanillas, un instrumental extra y empezó la letra, “te deseo la felicidad eterna”, salió de labios de ambos, mirándose a los ojos, con ternura y devoción, como si fuese un discurso del uno al otro. Era un día especial como decía la canción.

“Una canción de despedida para ti”, se escuchó una perfecta armonía, madura y realizada, pero al mismo tiempo tan dolorosa, tal como la canción exigía, la entonaron con dedicación y la música inundó el lugar, los novios se miraron entre sí sonriendo, pero no solo entre sí, sino para los intérpretes también.

Empezó Jesse, la canción había tomado un rumbo más dulce y maduro al mismo tiempo, procuraba cerrar sus ojos para poder dejar que su voz hiciera el trabajo de expresar sus sentimientos, “me siento un poco solo”, cantó ladeando su rostro y por el rabillo del ojo miró a su compañero de canto quién esperaba su turno en los siguientes versos, y este comenzó, mirando hacia la pareja, “la luz del futuro guió tu camino”, dijo señalando el rubio a la pareja y posteriormente encontró su mirada con el chico pelirrojo a su lado para lograr la armonía del siguiente verso.

Y cómo dolió. El coro era en dueto, pero a una sola voz, tenían que lograr un equilibrio perfecto para no desentonar el sentimiento de la canción.

Las palabras salían de sus bocas, era cierto, ese día era un día feliz, pero no se sentían así, la canción los estaba llevando poco a poco a un camino algo pesado para ambos, pero no podían demostrarlo. Y nuevamente Jesse continuó “Estoy un poco celoso, has encontrado a la persona perfecta”, y a Jesse le pesó, no porque sintiera celos de alguno de los novios, sino sentía celos de que ellos si se habían encontrado y sobrepasado sus dramas, y él… pese a que estaba tan cerca de su persona amada, no podía decirle nada.

¿De verdad se puede vencer cualquier problema si están juntos? Taiga miró con duda al pelirrojo al momento de cantar ese verso, sus senpai eran prueba de que sí, ¿Era acaso su juventud la que les impedía llegar a eso? Taiga y Jesse tenían la edad en la que sus senpai, en su momento vivieron sus dramas más intensos. ¿Era obligatorio pasar por eso?

Eran buenos amigos, pero no podían soportar lo que cantaban, el coro era cruel, porque deseaban estar juntos, ser felices juntos. ¿Y qué pasa si Taiga encuentra quién lo comprenda como Tegoshi encontró a Masuda? ¿Y qué pasa si Jesse encuentra quién se ría de las bromas tontas de Jesse, así como Masuda encontró a Tegoshi?

Y si para eso ¿Se debían decir adiós?

Se miraron, aunque no les tocaba cantar juntos, era el puente de la canción y sus voces se estaban quebrando, “Quiero amar a alguien como lo haces tú”, se dijeron a los ojos, con dolor y amor, y se dieron cuenta de la razón por la que les pidieron cantar juntos.

Hanamuke es una canción de despedida y resignación de alguien que deja ir a su amor, prometiéndose ser feliz.

Y es que sus senpai lo habían logrado, se habían logrado prometer ser felices… juntos. Diciéndole adiós a sus versiones adolescentes. A sus versiones inmaduras. Tegoshi se despidió de su yo enamorado del Masuda que lo perseguía día y noche, y se enamoró del que lo cuidaba y le hacía frente. Masuda dejó atrás al niño mimado y egoísta, y aprendió a amar a ese chico tan frágil pero tan intenso.

Ese era el mensaje de Tegoshi y Masuda para los dos intérpretes.

Taiga empezaba a llorar al final de la canción, y Jesse no tardó en rodearle con sus brazos, invitándolo a terminar juntos la canción, mirándose, sonriéndose, ¿era “Resignación”?

“Sé más feliz que nadie en este mundo por favor, juntos”. Cantaron cuando la canción iba a finalizar, y sonrieron a la pareja de casados y luego, a sí mismos.

KyoJe había terminado. Por las buenas.

***

Recibieron la ovación de aplausos, a fin de cuentas, sus habilidades musicales eran bastante bien reconocidas, se hicieron una reverencia uno al otro, Taiga conteniendo sus lágrimas que habían empezado a salir de antes, y Jesse sonriendo francamente, bajaron de la tarima y pasaron a felicitar a la pareja de manera personal.

- Taiga, ahora ¿Estás bien? -Preguntó Tegoshi cuando estos se abrazaron en esa felicitación.

- Si… Gracias, senpai.

- No te niegues la felicidad, Taiga, eres mucho más maduro que yo. -Dijo en un susurro el rubio mayor.

Taiga asintió mientras que escuchaba que Jesse también recibía un consejo de la pareja, se adelantó a su mesa y pensó que ahora que había cumplido, podía irse, sin despedirse ni nada, de hecho, se había despedido en el escenario. Era hora de pasar página. No hay mejor punto de partida.

***

- Creo, Jesse, que la princesa está yéndose porque ha entendido todo mal. -Dijo Masuda medio en broma, cuando veían como “la princesa” mencionada, estaba desapareciendo por la puerta de entrada.

- Corre ahora, Jesse, ese niño es peor que yo… -Comenzó a decir Tegoshi, pero antes de que alguien más dijera algo por contradecirlo, Jesse hizo caso. No podía ser un idiota como siempre. Era real lo suyo con Taiga o al menos eso quería creer y hacer en dado caso de que no fuera realidad, hacerlo así y si les quedaban mil dramas por vivir, no podía estar más ansioso por pasar cada uno; juntos.

El chico a grandes zancadas persiguió al que se había ido, la pareja de novios se quedó en su boda, su parte estaba hecha, ahora tocaba a los jóvenes dejar sus problemas atrás y madurar o simplemente, ponerse un punto final.

- ¡Taiga! ¡Taiga! ¡Taiga!

- ¿Eh? ¿Pero qué? -Taiga volteó extrañado de escuchar su nombre en esa voz en particular, pero no hubo tiempo de reaccionar, porque los labios que más de una vez había probado antes, que más de una vez lo hicieron fantasear y perderse estaban sobre los propios.

- No es una despedida de nosotros, es una despedida al drama ¿sí? -Dijo Jesse, probablemente lo más inteligente que en su vida había podido pronunciar. -No quiero pensar en que te estoy perdiendo, no quiero más cosas innecesarias, no quiero pensar que el ser humano más hermoso del mundo fue mío y lo dejé ir, Taiga, tenemos que ser nosotros mismos, tenemos que…

- Eres asquerosamente cursi, idiota. -Dijo Taiga en tono de broma, pero esta vez el besó al pelirrojo -Cállate. Y solo… no me vuelvas a hacer llorar al cantar.

Jesse asintió. Asintió mil veces, y se lo llevó. Porque le costaría complacer al rubio, pero estaba dispuesto a eso, y Taiga supo que sí, KyoJe había terminado, esa estúpida fase de cosas raras se había esfumado, eran solo Taiga y Jesse, un par de bobos que lo iban a intentar, pero de verdad.



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