Título: Cristal
Género: AU
Pareja: TegoShige [Tegoshi Yuya x Kato Shigeaki]
Fandom:
NEWS
Palabras: 3,600
Tipo: Two-shot
Capítulo: 1/2
Resumen: Yuya es ágil,
eficiente, tiene carisma y ha ganado experiencia… En un empleo que no le gusta
el todo ¿Así estará cerca de cumplir su verdadero sueño?
Era su tercera llamada de atención,
sabía que esa situación lo podría llevar a perder su empleo, el cual, a decir
verdad no era muy glamoroso y sinceramente, de fácil reemplazo. Yuya no era
vital para la disquera en la que trabajaba. Lo sabía. Y aun así se había
arriesgado una tercera vez.
Su trabajo, realmente consistía en
ser el asistente de uno de los managers de la misma disquera, a veces
simplemente llegaba, se presentaba y esperaba indicaciones que no eran muy
diferentes de “tráeme un café”, “ve a dejar esto a recursos humanos”, “necesito
que canceles los eventos de hoy, salió un imprevisto”, otras andaba de un lugar
a otro consiguiendo firmas, y había días en los que no hacía nada, ya que no
era temporada de “trabajo”.
Esos pequeños espacios de “nada” era
lo que lo tentaban a hacer algo por lo cual le llamaban la atención. La primera
vez que lo hizo, fue con éxito, nadie más que uno de las artistas de la empresa
se dio cuenta, pero el no dijo nada. La segunda vez consiguió su primera
llamada de atención. La tercera y cuarta oportunidad también fueron con éxito,
sin embargo la quinta vez, ganó su llamada de atención.
¿Qué es lo que hacía?
Se metía a uno de los estudios de
grabación, usaba parte del equipo con el que se contaba, y empezaba a cantar.
Yuya no había nacido para ser asistente en una disquera, él sabía que había
nacido para brillar en un escenario, cantar y tener sus propias canciones. Él
quería ser una de las estrellas de la disquera, quería demostrar su talento
nato.
El manager para el que trabajaba le
había dejado claro que necesitaba más que su voz para conseguir algo en la
industria de la música y aunque no lo quería desanimar, él no le podría brindar
el apoyo que necesitaba.
- ¡Lo siento mucho! –Decía Yuya con
una marcada inclinación hacia la persona que lo estaba regañando, el cual era
uno de los encargados de los estudios de grabación.
- ¡Es la tercera vez! –Exclamaba el
hombre, con cierto enfado.
- ¡Lo siento mucho!
- Creo que será la última…
El cómo la voz pareció apaciguarse y
también el cómo se hacía más lejana le llamó la atención al joven, por lo que
levantó un poco su vista, se sentía nervioso, porque ahora ese encargado,
hablaba con su jefe directo, el manager para quién trabajaba: Sakurai Sho. Era
casi un hecho de que lo iban a despedir.
Se enderezó un poco, marcando con
demasiada fuerza su puño izquierdo, quería golpear algo ¡Solo quería ser
escuchado! ¡Quería una oportunidad! ¿Realmente era tan malo querer una
oportunidad en el mundo que siempre soñó, en el de la música? ¿Tenía que vivir
conformándose?
Sakurai se disculpó también con el
encargado de grabación, y asumió la responsabilidad, diciendo que no se
repetiría. El encargado suspiró, pensando en que no habría logrado despedir al
chico atrevido que se las daba de cantante en sus estudios.
El manager llamó a su asistente. No
lo miró mal, solo negó con la cabeza y le dio la indicación de ir a su oficina
principal en la cuarta planta por unos papeles que necesitaba para la sala de
juntas en el segundo piso. Mencionando la urgencia de esta tarea porque ya
habían llegado los invitados a la sala de juntas.
Yuya asintió y se dirigía ya casi
corriendo a la oficina de su jefe cuando este le dijo que tendrían que hablar
seriamente después de lo sucedido. La expresión de Yuya que por unos momentos
fue de alegría y alivio, se tornó preocupada, su jefe era una persona muy
amable, considerada y paciente, pero por la forma en que le mencionó lo último,
pensó en que quizás había tocado el límite.
***
“Yuya es eficiente. Es rápido. Tiene
carisma. No tiene errores mayores en los documentos que le encargo, es dinámico
y tiene buenas propuestas a soluciones de problemas imprevistos. Conoce bien el
edificio, tiene buena relación con los demás aunque no creo que sea amigo de
nadie… Encontrar otro asistente será muy difícil…”, pensaba Sakurai en lo que
iba hacia la sala de juntas, su invitado ya estaba ahí, por lo que saludó
formalmente una vez que atravesó la puerta.
- Un gusto conocerle en persona,
Kato-sensei.
***
A pesar de no demorar en llegar a la
oficina del manager, si tardó un poco en encontrar los papeles encargados, y
sumando la preocupación de perder su empleo no llegó tan pronto a la sala de
juntas, en la cual, ya había iniciado la reunión, entró discretamente y fue a
tomar lugar a la espalda de su jefe, dando un paso a la derecha para hacerle
entrega de los papeles. Procedía a retirarse cuando, su mirada se cruzó con el
personaje con el que Sakurai tenía la reunión.
Sus piernas se tensaron un momento,
incapaces de moverse, su respiración se cortó por segundos, sus ojos reflejaron
la sorpresa con marcada exageración, por otra parte, sus manos no encontraban
lugar para colocarse, se sentía torpe. Torpe como muy pocas veces se sentía.
El afamado letrista Kato Shigeaki
estaba teniendo una reunión con su manager.
Sakurai se percató de la reacción de
su asistente y le pidió quedarse para hacer la toma de notas de los acuerdos de
la reunión y como respuesta en un tono más alto y nervioso del que le hubiese gustado
demostrar, accedió. El letrista dibujó una sonrisa divertida y curiosa en su
rostro, cosa que logró poner al pobre asistente más nervioso.
¿A qué se debía esa reacción de
Yuya?
A la misma razón por la Sakurai
mantuvo en secreto esa reunión de su asistente hasta ese día. A Yuya le
fascinaba Kato Shigeaki, en cierto sentido.
Los gustos musicales de Yuya siempre
habían sido variados, desde las baladas más románticas hasta el rock más
escandaloso posible, pero había un patrón que no descubrió hasta tiempo después
de que la música le interesó con más firmeza y en un sentido más profesional.
La letra de las canciones.
Ya sea con metáforas o conceptos
completamente elaborados para sus canciones favoritas, tenían algo en común:
todas las canciones que habían significado algo en sí mismo o que le habían
llevado a reflexionar, se debían a un solo letrista: Kato Shigeaki.
El talento de Kato se había
descubierto cuando este era muy joven. Siendo hijo además de una afamada
cantante, ganó popularidad cuando esta decidió cantar un poema que a su pequeño
de 10 años le habían dejado como una tarea de colegio. Ese poema, que su hijo
había hecho sin un objetivo mayor a cumplir su tarea se convirtió en el inicio
de su carrera como letrista.
Con el tiempo, por curiosidad y el
interés que esto generó se encontró escribiendo poemas y canciones que a lo
largo del tiempo ya sea su misma madre o algunos amigos de esta cantaban.
Cuando Shigeaki cumplió sus 15 años ya había escrito alguna canción para más de
16 artistas diferentes. Y fue cuando decidió que quizás podría dedicarse a
escribir.
Curioso es que sus notas en
literatura, o japonés no eran las mejores, y no se imaginaba a sí mismo
escribiendo cosas como libros o cuentos, pero decidió que estudiar la
Literatura y creación literaria sería lo mejor para él, ya que de escoger algo
más musical, sentía que no podría seguir desarrollando su talento.
Lo impactante de su carrera, al
menos para Yuya, era que mientras él había logrado salir del instituto y
comenzar una carrera en psicología que abandonó a la poco antes de terminar,
Kato había culminado sus estudios y trabajaba con mayor reconocimiento que
antes… cuando los dos tenían la misma edad.
La vida de ambos era como muchas,
variada, y aunque a Yuya en un principio le molestó en demasía las dimensiones
de la diferencia entre ambos, cuando descubrió que no podría odiar no competir
contra el letrista, ya que a fin de cuentas adoraba lo que este escribía, decidió que lo iba a admirar y seguir en su
carrera, poniéndose como meta lograr que el letrista le escribiese una canción
algún día.
Sin embargo, para Yuya el haber
conocido así a Kato le había sorprendido mucho. Algunas veces había hablado con
su jefe de hacer que colaborase con algunos de los artistas que Sakurai
manejaba, pero siempre había quedado como un posible, un quizás, o un
“Kato-sensei tiene muchas responsabilidades y encargos, no puedo pedirle que
escriba algo para nuestros artistas, Yuya, al menos no tan repentinamente, él
es alguien ocupado”.
La reunión sin embargo, tenía ese
fin, lograr que Kato Shigeaki colaborase con la disquera en la producción de
tres sencillos de los tres artistas más populares de esta, dos de ellos,
manejados por el propio Sakurai, por ello era él quién estaba haciendo el
trato.
***
Yuya ocultó tanto como pudo su
emoción de estar en reunión con alguien a quién podría llamar “meta”, alguien a
quién admiraba, alguien por quién se sentía en cierta manera deslumbrado.
- Creo que no queda nada más por
aclarar, Kato-sensei. Yuya, por favor lee los acuerdos generales para verificar
los términos en los que se hará el contrato ¿De acuerdo?
La mirada del letrista se posó en el
asistente, intentó parecer de confianza pero la curiosidad pudo más y en sus
ojos se reflejó, por lo que aunque Yuya disimuló perfectamente, se sintió
apenado. Procediendo a leer con voz clara y formal hasta cierto punto.
- El Letrista Kato Shigeaki se
compromete a la producción de tres sencillos, uno para los siguientes artistas:
Domoto Koichi-san, en el onceavo mes del año en curso, la unidad temporal de
Sakamoto Masayuki y Nagano Hiroshi en el doceavo mes del año en curso y
finalmente, ya sea para el tercer mes del próximo año, con Kanon o el próximo
debut de la disquera, pero para el cuarto mes del próximo año. Las ganancias
del letrista, Kato Shigeaki serán discutidas en la reunión del próximo 26 de
septiembre, respetando como se debe las formalidades conocidas de la disquera.
El contrato se firmará en la última semana del noveno mes del año en curso.
- ¿Alguna inquietud, Kato-sensei?
–Preguntó el manager al darse cuenta de que la mirada de este, seguía posada en
el asistente, que seguía con la mirada clavada en sus notas de la reunión.
- ¿Eh? No. Solo que me preguntaba,
¿Por qué un talento de su empresa es quién toma notas de las juntas? ¿No sería
mejor un asistente? –Preguntó con cautela el letrista.
- ¿Talento? –Sakurai sonrió
ligeramente- Tegoshi Yuya es mi asistente, no es un talento de la disquera.
- Oh, lo siento. Su voz me sonó
familiar, quizás estoy cansado.
Lo que Sakurai no previno fue la
sonrisa estúpida, confiada y llena de satisfacción del asistente, demasiado
obvia y que sacó al letrista una sonrisa discreta, como de complicidad. La
reunión concluyó en pocos minutos después, ya que el letrista tenía otro
compromiso al grado de no poder ni aceptar el café que se le ofreció.
***
El gusto, desafortunadamente no le
duró mucho a Yuya, pues en cuanto el letrista se fue, recordó que quizás era su
último día de trabajo, al momento en que regresaba para hablar con Sakurai
sobre su conducta respecto a la situación antes de la junta.
Al llegar a la oficina, Sakurai se
sentó en su sillón, invitando al menor a sentarse también, esperó unos segundos
antes de empezar a pronunciar su discurso. Era parecido al que le dio después
de la primera y segunda llamada de atención. Pero su tono voz era más severo.
- No puedo despedirte, Yuya. No
ahora que necesito cerrar el trato con Kato-sensei. Necesito que te quedes
hasta que tenga su firma, y quizás el primer sencillo terminado. ¿Por qué?
Porque necesito agilidad, compromiso y dedicación para esto, es quizás uno de
los tratos más importantes en mi carrera y en la de los artistas implicados. Te
necesito.
Yuya calló, entendía la situación
pero eso ¿Qué significaba?
- Estarás trabajando para mí hasta
noviembre de este año. Te aviso con tiempo por dos razones: creo que así podrás
encontrar otro empleo o al menos guardar el dinero que se te pague por estas
últimas semanas de trabajo para después. Y la otra, porque me daría más
problema ponerme a buscar otro asistente justo cuando un trabajo tan delicado
se viene.
No esperaba en parte esa
consideración de su jefe pero ¿Realmente era tan malo querer cantar y haber
usado uno de los estudios de grabación que de por sí nadie estaba usando en ese
momento? No era como si hubiese obstaculizado algún trabajo pendiente, pero
parecía que la simple acción de algo que “no le correspondía” era algo muy
malo.
Hacer otra cosa no parecía posible,
más que aceptar. Agradeció la amabilidad de su jefe y volvió a su rutina
diaria. Ese día salió temprano y decidió ir como siempre, a comer al
restaurante de su mejor amigo de toda la vida: Koyama Keiichiro, un poco de
ramen no estaría mal, además tenía que contarle con detalle todo su día.
***
- ¿Conociste a Kato Shigeaki?
¿Hablas en serio? ¿Cómo es que no sabías que iba a ir a tu disquera si hasta
con tu jefe se reunió? ¿No se supone que eres su asistente?
Las preguntas salieron de manera
casi atropellada de los labios del mayor de los jóvenes, que después de cerrar
se habían quedado conversando, para el dueño del restaurante era como un sueño
lo que el contrario le contaba, ya que había seguido a Yuya prácticamente desde
que el mayor de ambos, Keiichiro había iniciado su educación de instituto.
Yuya contestaba con calma, realmente
había tenido ya el día para asimilar su gran acercamiento al letrista, pero en
su mirada aún se reflejaba el brillo de la emoción.
- Ya que vas a trabajar un tiempo
con él… -Empezó a Decir Keiichiro, con un afán medio insinuador y positivo,
como siempre solía ser él- ¿Por qué no intentas cantar para él? ¿No crees que
acaso podría ver tu talento y hasta ayudarte a grabar alguna canción?
- No creas que no lo he pensado,
Keii-chan pero… Aunque hoy pensó que yo
era un talento de la disquera, creo que no estaría interesado en algo así. Hoy
fue él mismo quien insistió en no ayudar en un disco debut, si no en el de
alguien ya con carrera. No creo que en especial quiera escribir algo para
Kanon-san, simplemente no quiere escribir un debut.
- No propongo que sea el quién haga
la letra de tu canción, solo que te escuche, con su influencia podría ser más
fácil para ti…
- Me gustaría, sí, pero no quiero
aprovecharme de esa manera de Kato-sensei, además… Él tiene mucho trabajo, y no
creo que realmente le interese algo como ayudar a un asistente de manager a
debutar.
- ¡Sé más positivo, Yuya! ¡Tienes
poco más de un mes para conquistarlo con tu voz!
Yuya se avergonzó porque eso sonó
más a otra cosa que a convencerlo de que tenía un talento para cantar.
Keiichiro se dio cuenta de la reacción del menor, así que le hizo burla
diciéndole “No sabía que te gustaba también en ese sentido…” Le costó un buen
golpe en la nuca de parte de Tegoshi, pero su cara lo valió, tenía cierto
reflejo de vergüenza en sus mejillas.
***
El segundo encuentro con Kato
Shigeaki fue más calmado y breve que el primero, la junta pasó sin problemas,
sin embargo no pudieron persuadir al letrista de escribir el debut que la
disquera quería, por lo que al final se firmó contrato para con Domoto Koichi,
la unidad de Sakamoto y Nagano, y el talento femenino de Kanon.
Se determinó también que en la
siguiente reunión tendrían que conocerse los talentos que cantarían las
canciones a cargo de Kato-sensei, así que se empezó a programar y organizar
especialmente por Yuya.
- Ya veo porqué es su asistente,
Sakurai-san… Tegoshi-san es realmente eficiente.
El comentario llenó de orgullo a
Tegoshi por unos momentos, pero en parte también lo desmotivó ligeramente, de
todas las personas que podría haber conocido en ese medio, él era quién menos
le gustaba que dijese que era un buen asistente. Yuya era más que un asistente.
Quería ser mucho más. Para Kato Shigeaki quería hacerse notar como otro tipo de
persona.
La reunión con los artistas que
cantarían las canciones de Shige fue exitosa, logrando gran afinidad en
especial por parte de Domoto Koichi, quién sería el primero en sacar su
sencillo. Tegoshi estaba en todas las reuniones atento a cualquier cosa que su
jefe o alguno de sus compañeros necesitaran.
***
- ¡No tengo ni la más mínima
oportunidad de que me escuche, Keii-chan! ¡Shige no me escucha ni me mira!
–Exclamó con exasperación tras haber bebido un poco tras la primera jornada de
prueba para la letra en la que trabajaban para la canción principal del
sencillo de Domoto Koichi.
- ¿Shige? –Empezó a reír
burlonamente Keiichiro, quién estaba a su lado, tomando junto a él, aunque no
tanto como el menor.
- Así lo llama Domoto-san, al
parecer se llevan bien. –Comentó en respuesta el más joven.
- ¿Entonces estás celoso?
- ¿Celoso de que otro obtenga su
atención? ¿De que trabaje bien con Domoto-san? Realmente… no es tanto eso,
quiero simplemente que me mire un poco, puedo cantar mejor que Domoto-san, lo
sabes ¿No?
- No diría que mejor… -Tegoshi
empezaba a ver mal a Koyama- Solo que tú cantas diferente, eres más dulce.
- Entonces a Shige le gustan las
cosas amargas.
- De verdad te gusta mucho ese
letrista
- Solo quiero…
- Creo que no solo quieres que vea
tu talento, de por si tu admiración por él me parece extraña...
- No te hagas ideas raras es solo
que quiero llamar su atención lo suficiente.
- ¡En ese caso hazte más llamativo!
- ¿Llamativo?
Lo que Keiichiro quería decir era
que fuese más activo frente al letrista, demostrara con pequeños detalles que
podría hacer más… Pero para Yuya, estando ya algo borracho su idea de llamativo
vino del letrero del mismo establecimiento en el que habían estado bebiendo.
En su día libre, fue a una estética,
contabilizó lo que según él no significaría un gasto demasiado fuerte para su
economía futura y pidió la decoloración más extrema que pudo haber solicitado.
Quizás fue algo exagerado y se estaba arrepintiendo cuando el peróxido le hacía
efecto en la cabeza, pero al final no desistió.
Para la siguiente reunión su cabello
fue sensación, o mejor dicho foco de atención, literalmente: el color amarillo
le quedaba, no era un rubio natural, pero no se veía mal. Logró medianamente su
cometido, obtuvo la atención del letrista todo el primer día en que se encontraron
tras el cambio de Yuya. Pero lo justo es decir que Yuya tuvo la atención de
todo mundo, es decir, era imposible no verlo.
***
Las reuniones pese a todo
continuaron con normalidad, al menos hasta que Shigeaki tuvo lista la letra,
que fue cuando su parte en la producción de la canción terminaba, así que Yuya
ya no iba a tener más oportunidad para verlo, lo sabía porque según lo dicho
por Sakurai, tendría que ya buscar qué hacer, pues una vez que el sencillo
saliese a la venta, él se quedaría sin empleo.
Motivo por el cual cuando Shigeaki
hizo acto de presencia el día en que harían las primeras pruebas de audio para
con la canción, sorprendió a todo el equipo que colaboraba con Domoto Koichi,
este último saludó animosamente al letrista y Tegoshi sin poder evitarlo puso
mala cara.
Lo interesante sucedió cuando el
letrista escuchó el primer intento del artista con la canción. Su expresión no
mostró desagrado alguno, pero si sorpresa, el resultado no le estaba gustando,
sugirió usar otro ritmo, sugirió cambiar la escala de la voz, el tono… La
canción no quedaba del agrado del letrista.
Realmente su opinión podría no
significar mucho, pero dado que era su propia creación le letra tenía ya una
idea de que quería lograr.
- ¿Podría intentar un tono más
abajo? Al inicio de la letra se refleja un sentimiento de desolación, pero no
me da ese sentimiento, la esperanza es hacia el final de la canción ¿Es que no
ha comprendido la letra, Domoto-san?
Sus palabras no eran groseras, pero
su tono era molesto, casi exasperado, de modo que hicieron más pruebas, ninguna
complació a Shigeaki de manera total. Eso ya estaba preocupando a Sakurai,
quién iba sugerir continuar otro día, sin embargo algo inesperado pasó.
- ¿Tegoshi-san? ¿Tiene experiencia
en el karaoke?
Las palabras significaron un mundo
para el joven rubio quién asintió, Sakurai levantó una ceja sorprendido
¿Realmente creía el letrista que un asistente podría interpretar adecuadamente
la canción que había escrito para Domoto-san?, pero no objetó nada simplemente
dio permiso con un ligero movimiento de cabeza a Yuya de acercarse e intentar.
Tegoshi entró a la cabina de
grabación, sin la letra en mano, no la necesitaba, ya conocía la letra, la
música comenzó, contó los tiempos pertinentes, estaba realmente nervioso, nunca
pensó estar en esa situación, pero era su oportunidad, la que deseaba y no
dejaría que sus nervios o sorpresa lo estropearan todo.
Fueron segundos los que pasaron,
pero parecieron minutos interminables antes de que, Yuya cerrase sus ojos y
comenzara a entonar la melodía como él la entendía.
- Eso es a lo que me refería… -Comentó
Kato con una sonrisa satisfecha.
Saludos!!
ResponderEliminarMe ha encantado esta primera parte del fic, TegoShige no es mi pareja favorita, pero la historia está muy interesante y tan bien narrada.
Por favor continúala pronto. Gracias!!
¡¡Hola!! ¡Muchas gracias por leer y comentar!
EliminarMe halaga mucho que digas eso de la narración, en verdad.
La continuación está casi terminada ¡Esperala pronto! <3
Porfin lo pude leer, me gusta mucho ya quiero saber que pasa, casi no comento soy de esas personas que solo lee pero intentó cambiar eso estaré esperando la continuación y los de mas fic's
ResponderEliminarGracias por compartirlo
¡Gracias por darte el tiemoo de leer y comentar!
EliminarLa continuación viene pronto, la historia la tenía en mente desde hace tiempo, es genial que esté gustando <3
O_O que bueno que ya está la otra parte porque sino me estaría quedando con las ganas sdfghhffds *se va a seguir leyendo*
ResponderEliminarGracias por demostrar tu emoción de leer xD
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