jueves, 24 de abril de 2014

Secreto a voces


Título: Secreto a voces
Género: Romance
Advertencias: No hay :3
Parejas: Tegoshi Yuya x Masuda Takahisa [TegoMass]
Fandom: NEWS
Palabras: 1880
Tipo: One-shot
Resumen: ¿Después de mucho tiempo ese secreto se confirmará? Aquello que todo mundo supone, pero que siempre parece ser inmediatamente negado a cualquier insinuación.


Desde que el instinto y la costumbre pudieron más que ellos en pleno concierto llevaban discutiendo que harían en todo el tour. No era secreto para nadie, ni los miembros de la banda que cuidadosamente se habían dado cuenta uno a uno en las tres giras, pero con nadie lo comentaban libremente; Porque nadie lo podía probar.

En cada locación, en su habitación de hotel discutían varias veces de como llevarían ellos dos el concierto, dejando de lado un poco la parte de la banda. Querían hablar entre ellos como darían a su manera ese “fan service” tan aclamado. Pero el resultado siempre era el mismo. Nada. Se dedicarían a dar el concierto.

Tegoshi estaba convencido de que el fan service daría algo de emoción al concierto, y no pedía mucho, simplemente ser un poco más cercanos entre ambos. Pero el argumento de Massu era un poco más convincente; era una gira más madura, con canciones con un significado muy diferente y que no pegaba nada con fan service.

“Pero…”

“Quedamos que era un secreto”

“Un secreto de casi 5 años, Massu”

Era algo que todos sabían pero nadie había confirmado. Cuando había una seña clara, al segundo ellos decían o provocaban que se pensase lo contrario.

Tenían una relación desde hacía cinco años de lo más formal y profunda que alguien pensaría; celebraban su aniversario, había regalos especiales, besos, abrazos, mimos, seguido se iban a quedar en la casa del otro aunque hacía dos años que habían adquirido una propiedad entre los dos en un lugar algo alejado de la ciudad para escaparse algunas veces.

Eran el uno para el otro, y aunque nunca se mostraban así, realmente lo eran.

Si a Massu le preguntaban “¿Qué miembro se ve mejor como mujer?”, sabía obviamente la intensión de la pregunta, y no queriendo dar algo que pensar contestaba: Shige.

Si a Tego le decían “¿Con qué miembro te gustaría salir si fueses una chica?” no queriendo que pensasen lo que era real contestaba: Keii-chan.

Estaban todo el tiempo ocultándose, pero todos sabían que se amaban. Quizás porque pequeños detalles inconscientes que no podían ocultarse; como el hecho de que se veían siempre al cantar, gesto que no necesitaban, pero siempre hacían. Cosas como esa armonía al estar juntos o los gestos naturales que no podían controlar al dormir cerca uno del otro.

Massu no era un negado al fan service como muchos pensarían por asco, porque si lo fuese no dejaría que en conciertos diferentes los otros miembros jugaran con él. Pero detestaba el fan service con Tegoshi porque no podía solo juguetear sin querer algo más.

Pero en sus primeros conciertos de la cuarta gira no pudo controlarse, era mucho tiempo después de su última vez como TegoMass en escenarios. Y la costumbre de abrazarlo pudo más con él que su siempre y casi intacto sentido de la prudencia.

Tegoshi fue feliz. “Quizás al fin”

Pero no fue así, actuaban distantes y dedicándose a las canciones enteramente; no dejaba de haber esa armonía entre ellos, pero no estaban abrazados o haciendo cosas que hacían sin miles de personas en frente, una banda y con micrófono en mano.

En la junta que hicieron en Nagoya discutieron.

“Dije que no”.

“Es el último concierto, hagámoslo por las fans, sabes que ellas quieren ver algo así”.

“Pero…”

“Por favor, Massu, tú me prometiste que lo haríamos público”. Poniendo una cara a la que nadie podía decir que no, Massu aceptó a decir que sí. Porque además, tiempo atrás había hecho una promesa con el rubio; hacer pública esa relación cuando fuese lo suficientemente fuerte y no fuese solo un juego o enamoramiento pasajero. Cinco años eran cinco años. Massu estaba seguro, y si Tego también lo estaba, no tenía más remedio que hacerlo.

El concierto final dio inicio, cada canción era especial. Recordaron un par de veces al público que sería el último concierto como TegoMass y prometieron dar lo mejor de sí mismos, haciendo bromas, sonriendo y saludando a muchas fans.

El ambiente como en cada locación tenía algo especial. Un concierto de TegoMass no era como un concierto de Johnnys normales, un concierto de TegoMass tenía una calidad vocal y musical muy superior a cualquier otro. No había baile ni efectos visuales demasiado llamativos. Eran sus mágicas voces las que encantaban ese recinto.

No era raro ya que tras una canción les aplaudieran con ganas, que algunas personas solo cerrasen sus ojos y se dejaran guiar por las melodiosas voces y la armonía que lograban con todos los instrumentos de la banda.

Y el momento llegó.

Una de las canciones más representativas de ese dúo, sin duda era su segundo sencillo, canción que casi les gustaba a un cien por ciento del público. Por lo especial de la letra, por el ritmo tan romántico, por esa sensación de enamorarse nada más al escuchar la canción. Era una canción para enamorados demasiado fuerte, por eso al dúo enamorado le encantaba y la incluían en todas las giras, esa canción era realmente especial.

Así iniciaron ese plan; actuando la canción más emblemática para ese par de enamorados, cada verso lo sentía, y se miraban con esas ganas de besarse, con cariño, con esa dulzura que los caracterizaba.

La primera parte de esa canción iba bien, las fans estaban doblemente emocionadas; era una canción de las consentidas y Massu parecía llevar muy bien su parte… Hasta que llegó esa parte especial, la parte que habían discutido. Un beso. Se darían un beso en frente de todas esas fans, un beso en público, sin pena, para así demostrar que TegoMass era más que un dúo musical.

En micras de segundo Tegoshi pasó de estar emocionado a feliz, y después a ansioso, la canción era lenta pero su corazón nada lo era, Massu estaba muy cerca de él, y sintió pánico. Ahí acabaría su secreto, lo sabía.

Massu reaccionó poco antes de esa parte donde decía que sus labios se aproximaban, y no podía permitirlo, a fin de cuentas no, sabía que Tegoshi se molestaría pero podría contentarlo después, le dio una cachetada, no fuerte ni dolorosa pero sí para darle a entender que no haría más. Tegoshi entendió a la primera y río torpemente.

La canción continuó como si nada, al igual que el concierto. Era el último y debían de terminarlo bien, justo así fue. Se despidieron de las fans, agradecieron su apoyo, su asistencia y a la banda. De nuevo una gira acababa y ellos seguían igual.

El staff y el equipo de grabación estaban ahí grabando el backstage final, para lo que sería el documental, dieron sus pensamientos acerca esa gira y de la promesa de un siguiente  Tour y muchas ideas nuevas, así de cosas para su aniversario. Hubo agradecimientos a la banda de parte de ambos personalmente y ya sin cámaras después.

Los dos llegaron a sus vestidores, tenían que quitarse la camiseta del tour y abandonar después el lugar. La gira por fin había acabado, pero Massu al cerrar la puerta tras de él con seguro miró a su novio.

“Lo siento”.

Tegoshi no contestó y comenzó a buscar su mochila para cambiarse a su ropa normal.

“En verdad lo siento, yo…”

Se quedó sin habla, Tegoshi parecía ignorarlo. No era la primera vez que discutían, y sabía que era esa una forma de evadirle, pero no iba a caer.

“Respóndeme”

Pero no había respuesta alguna. Massu empezaba a desesperarse hasta que…

“Te amo, Taka”. Por primera vez en cinco años Tegoshi pronunciaba aquella frase. Al menos así de directa, miles de veces había dicho que lo amaba, pero solo muy pocas veces le había llamado por aquel diminutivo de su nombre. Usar ese diminutivo era demasiado especial.

“Yo sé que tu esperabas que… Espera ¿¡Qué?!”

“Perdóname tú a mi” Pronunció el menor.

“Explícame que quieres decir, Tegoshi”

Tegoshi sonrió, estaba a medio vestir pero le abrazó con cariño, acomodándose en su hombro como solía hacerlo cada vez que quería que el mayor le escuchase con mucha atención, este por su parte también le estrechó un poco contra él.

“Cantamos “Kiss~” Muchas veces antes, unas en un escenario como es común y muchas veces más en privado, sintiendo cada verso como ningún otro”. Massu solo asintió. “Pero, cuando la cantamos en privado, solo para nosotros en ese apartamento que es nuestro escondite, siento la canción tanto que quiero llorar de felicidad”. Massu de nuevo asintió, las primeras veces que se cantaron esa canción ambos habían llorado de felicidad, era un sentimiento tan puro el de ellos. “Te amo. Te amo muchísimo, y sé que lo sabes, sé también que el sentimiento es mutuo.”

Massu lo miró confundido y le beso su mejilla. Tegoshi solo continuó.

“Creía estar listo para que todo el mundo dejase de pensar en nosotros como una fantasía, quería confirmar ese secreto a voces que estoy seguro todo mundo conoce, incluso los miembros de NEWS, actuales y pasados, los miembros de la banda, los compañeros de la compañía, aquellas fans incluso… Quería gritar al mundo que te amo demasiado” Tegoshi siguió hablando. “Pero tú no me besaste, creí que sí lo harías, estaba feliz…  pero en ese momento  sentí pánico. Y me puse muy contento cuando te alejaste de mi”.

Massu le alejó un poco para verle bien ¿Ese era su Tegoshi? No estaba tan seguro, porque según él lo lógico era que su novio se pusiese casi verde de furia por haber echado a perder el plan, aún no entendía nada.

“Entendí que nuestra magia es el secreto”.

La cara de confusión del mayor le resultó muy divertida al rubio, y le miró sonriendo.

“Nosotros vivimos en un secreto Massu, nos amamos con locura ¿cierto?” Ambos asintieron medianamente sonrojados. “Tenemos nuestro propio mundo donde solo nosotros dos existimos, tenemos el privilegio de una vida amorosa privada, y me da igual si nos tenemos que disfrazar para ir a una cita, me da igual si tengo que decir que me muero por Keii-chan o si tú dices que Shige es mejor compañero que yo. Me da igual si medio mundo piensa que somos o no pareja, me da igual todo. Porque yo tengo mi mundo contigo.”

“Yuya…”

Masuda lo besó tiernamente, porque cada palabra era cierta, no importaba si lo hacían público o no. Importaban sus sentimientos y llevaba sí, cinco largos años de relación con él, pero mucho tiempo más adorándolo y queriéndolo. Lo amaba y tenía razón, su secreto era su mundo. Su romance era un secreto a voces. Nadie lo podía confirmar, ni su familia o amigos cercanos. Era algo que todos sabían pero nadie lo confirmaba.

Huyeron esa noche a su apartamento lejos del centro de la ciudad.

“Nuestro eterno amor secreto” Murmuraron justo antes de entregarse a ese amor compartido.


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Hoy me fui de compras, tengo zapatos y tenis nuevos (?)
Pero durante toda mi travesía, no he parado de procesar esta idea que pedía a gritos ser fic xD
Espero les agrade ^^

domingo, 13 de abril de 2014

La cita de cada viernes



Título: La cita de cada viernes
Género: Romance
Advertencias: Mundo alternativo(¿?)
Parejas: Tegoshi Yuya x Masuda Takahisa [TegoMass]
Fandom: NEWS
Palabras: 1880
Tipo: One-shot
Resumen: Nunca trabajar en viernes por la noche. Esa es la regla de Tegoshi, y nadie cambiará eso, ni su propio jefe… Tenía siempre la necesidad de cumplir con su cita desde que no era más que un estudiante.

Estaba sirviendo un café de muy mal humor, se acomodó el moño de cabello antes de ir a dejarlo a la mesa dónde estaba ese cliente que se lo había pedido. Tomó una orden más y regresó a la ventanilla detrás del mostrador azul con decorados de un tono más claro de azul.

Se había peleado bruscamente con su jefe.

No mucho después fue a dejar la orden pedida e hizo pasar a un par más de clientes dirigiéndolos a una mesa y dándoles el menú: No había descanso, ese era el precio de tener un puesto en la cafetería más popular de toda la ciudad.

Paseó un mucho después por los vestidores y llamó por teléfono; por primera vez no llegaría temprano en viernes su casa y encargó a su mejor amigo que pasara de favor a darle de comer a su mascota.

Encontró a su jefe en la puerta de su vestidor y le miró con recelo, el otro le alcanzó a agarrar por la muñeca:

“Te dije ya como puedes salir temprano hoy” Murmuró en su oído.

“No me voy a rebajar a eso” Usó su voz normal, no esa melosa con la que atendía y servía a todos los clientes de la cafetería, su voz varonil que solo le conocían sus allegados y por desgracia su jefe.

“Tego-chan… Sabes que quieres salir temprano hoy. Y si cumples lo que digo… Te iras temprano si quieres todos los días.”

No pudo evitarlo y cacheteó a su jefe, le miró con un casi odio declarado yendo a trabajar de nuevo, no le iba a costar un despido, sabía que su jefe, Koyama estaba realmente encaprichado con él, lo supo desde que obtuvo el trabajo de mesera, sí de mesera. La cafetería había solicitado un mesero, él se presentó a por el trabajo y… Ahora era él era una mesera.

Koyama era el heredero del verdadero dueño de la cafetería, así que tomaba todas las decisiones del personal; y era un completo fetichista. No le importó que Tegoshi no tuviese experiencia alguna ni tampoco que había personas con mayor capacidad, le importó que ese chico que quería el trabajo de mesero tenía una cara demasiada linda como para no ponerle una peluca y un vestido.

¿Por qué aceptó Tegoshi? Porque era un trabajo bien pagado y tenía que pagar ya la inscripción al siguiente semestre de la Universidad. Además le encantó la promesa de que jamás iba a hacer el turno de viernes por la noche.

No, Tegoshi no tenía una novia. Tegoshi no tenía otro trabajo. Tegoshi no quedaba deshecho al fin de semana como para que le diesen esa noche libre. Tegoshi no hacía más que quedarse en casa esa noche, despierto ya hasta tarde ¿Por qué?

Porque cuando iba al instituto, un viernes en la noche escuchó de casualidad mientras terminaba una tarea, un programa muy peculiar de radio, no era de la música de rock que tanto adoraba, ni tampoco era una emisión radiofónica de algún partido de fútbol, mucho menos un reportaje de noticias deportivas; se traba de nada más y nada menos que un programa de radio que pasaba una que otra canción al tiempo en que el locutor contaba chistes, intentaba adivinar una que otra adivinanza mandada por algún radioescucha, daba consejos de moda y hasta de amor a otras tantas personas que le escribían contándole sus secretos anónimamente.

Y desde entonces canceló citas, salidas, películas y demás por escuchar siempre ese programa de radio; todos los viernes ya entrada la noche.

Pero ese día le habían dejado trabajar hasta muy tarde en la cafetería (que por cierto, era de 24 horas de servicio). No le molestaba realmente trabajar tan tarde, cualquier día estaba bien; salvo el viernes, su preciado viernes era intocable por las noches.

“Tengo una cita” Se dijo así mismo “Una cita cada viernes…”

Y como tonto; estaba enamorado de la voz de ese programa de radio. Y sabía perfectamente que trabajar ese viernes significaba perderse por primera vez esa emisión; faltar a su cita de cada viernes.

¿Era tonto? Por ese programa de radio había roto con una novia, también había dejado de lado a un par de amigos y ahora había cacheteado a su jefe (que merecido se lo tenía por asquerosas insinuaciones anteriores). Pero no podía evitarlo; “Master Hits” era su vida, y su locutor; “Masuda Takahisa” un amor platónico inexplicable.

Era increíble cómo se enamoró de una voz. No le importaba realmente la apariencia de ese chico, porque conocía según él; “su alma”. Su voz, sus pensamientos, hasta tenía idea de su sentido de la moda, creía conocer todo acerca de “Masuda Takahisa”, incluso su afición por la buena comida que en más de un programa se había dado a notar.

Y era celoso de ese amor platónico.

Si una chica de casualidad también escuchaba ese programa y le conocía se llegaba a armar una buena discusión de quién era más “fan” de Master Hits. Y era obvio; Tegoshi ganaba. Si alguien llegaba a decir algo en contra de su locutor favorito o de su programa favorito se volvía automáticamente un enemigo de Tegoshi.

No permitía que en su presencia alguien dijese algo como “Masuda-kun me encanta”, “¡Soy el/la más grande fan de Master Hits!” o “Masuda-kun es mi novio”… De todas las frases, la última era la peor, pues Tegoshi había llegado a un punto en que se creía la propia pareja de Masuda: La cita de cada viernes consistía en prender su radio y escuchar su voz a la misma hora, sonriendo, riendo y disfrutando por lo que decía el buen locutor. Llegaba al extremo de sonrojarse por cosas que “Masuda diría a su novia”.

Esa era también, una de las razones por las que aceptaba ponerse ese traje de servicio al estilo francés. Sí de una Maid, el uniforme de la cafetería. Quería ser “la pareja perfecta de Masuda”. Aún si eso implicaba usar un vestido, recibir miradas tanto de clientes como de su jefe nada cómodas o cosas de ese estilo;  “Practico para ser la mejor pareja de Masuda”. Ese siempre fue su pensamiento.


La noche llegó y los clientes disminuyeron, Tegoshi era la única “mesera” en turno, no era necesaria otra más. Y eso le enojaba más.

Y se le ocurrió… Fue al estéreo que ambientaba la cafetería con música clásica y no le importó. Rápidamente buscó esa estación que miles de veces había escuchado, la estación que conocía tan bien como la palma de su mano; aquella que en su casa siempre estaba sintonizada; Y la voz de Masuda lo maravilló a él, y extrañó al par de clientes del lugar.

De nuevo fue al mostrador, sonrío tomando asiento; nadie requería de sus servicios en ese momento y se dedicó a disfrutar; No era nada raro viéndolo desde el punto de vista de un cliente, pues no aparentaba nada más que una jovencita que ponía cara risueña al escuchar la bonita voz que ahora inundaba la cafetería.

Y es que su cara al escuchar a Masuda, se transformaba a una completamente enamorada.

Fue mágico ese tiempo en que Tegoshi escuchaba el programa, embelesado, y totalmente absorto en ese mundo; en esa cita donde solo hablaba Masuda… Cuando acabó; Tegoshi estaba tan feliz que con una sonrisa de oreja a oreja dio la cuenta a los últimos clientes aparentes de esa noche.

Así pasó; hasta llegar ya al sábado, Tegoshi se aseguró de que nadie revelase de su travesura para no “faltar a su cita” y se disponía ya a irse; le quedaba una hora más de turno, es decir atender a los que fueran a por su café matutino.

Atendió un par de mesas y una compañera llegó a ayudarle. Y atendió un par más, ya faltaban dos minutos para el término de su turno y… El alma se le calló a los pies. Literalmente; tiró la charola que llevaba la taza vacía de café...

La voz que pedía el menú a su compañera no era otra más que la que conocía mejor que la propia…

Volteó sin poder dar crédito: era mejor que en sus sueños: Masuda Takahisa era perfecto. Nunca pensó realmente que un hombre le atraería tanto algún día, pero… Masuda Takahisa con su voz le conquistó y alguna vez pensó que realmente no le importaría su físico… Pero de haber sabido que estaba tan bien físicamente… Quizás habría reconocido antes que se había enamorado de él.

Cuando su compañera fue hacia el mostrador en espera de la decisión de Masuda Takahisa; Tegoshi no tardó en rogarle que le dejara atenderle, le prometió la propia de toda su noche y la que Masuda le diese… Cualquier cosa para poder estar cerca de ese amor platónico. Y para su suerte; esa compañera accedió.

“Soy Yuuko, ¿Qué le voy a servir, amo?” De esa frase dicha, solo le agregó el nombre como de costumbre; era parte del servicio dirigirse al cliente como “Amo”. Pero es cierto que usó un tono de voz que incluso practicó antes, un tono especial para ese locutor que le tenía medio loco.

Masuda pidió con una deslumbrante sonrisa un café con una orden de galletas.

Y Tegoshi no tardó en traer su orden. Masuda se maravilló con el servicio, y cuando “Yuuko” dijo: “Vuelva pronto, amo”, el locutor no dudó en responder:

“Por supuesto”.

Y a partir de entonces, Tegoshi siempre pidió el turno de viernes por la noche para poder atender a Masuda cada sábado por la mañana antes de irse a su casa, así pudo tratar aunque sea un poco a su amado locutor…

“Tegoshi”

“Dígame, Koyama-san”

“Estás despedido”

La razón fue  que después de un par de meses el traicionero cocinero de la cafetería contó su travesura de cambiar la música de la cafetería para poder oír a su locutor. Tegoshi se enfadó como nunca primero; porque ya no podía tratar a su amor platónico, no podía más ser esa adorable mesera que le llevaba sin demora su café con galletas o pastel o cualquier cosa que pidiese... Y segundo: porque Koyama tuvo el descaro de pedirle un “favor sexual” a cambio del empleo.

Enfadado y triste iba pateando una lata camino a su casa; era miércoles y suspiró pesado… No se había despedido de su locutor…

La lata se detuvo golpeando a alguien: Tegoshi volvió a sentir que el alma se le caía; golpeó a no otro que Masuda Takahisa, se puso rojo, no solo por encontrarlo así, o por haberle pegado, sino porque estaba vestido de chico,  y era la primera vez que lo veía estando vestido como un chico normal.

“Lo siento”.

“¿Te han despedido, Yuuko?” Preguntó Masuda con un tono de voz tranquilo.

“Eh… Sí, me despidieron de la cafetería…” Contestó distraído, cayendo en cuenta; Sabía Masuda que Yuuko era un chico.

“Eso es bueno, ahora no me sentiré incómodo de pedirte que vayamos a comer algo” Masuda le sonrió. Era como que magia y no muchas palabras fueron de explicación, ahora Tegoshi tenía no solo un amor platónico. Tenía un novio con un programa de radio… Y no solo una cita cada viernes con la radio… Si no también una cada miércoles por la noche con ese locutor que tanto tiempo lo tuvo loco.




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En fin, un nuevo one-shot.¿Inspiración? Que Yuuko salió a comprar goods en el concierto de Hiroshima (???????) xD Eso y que yo soy adicta al Masterhits :P
Disfrutenlo y dejen comentarios(?)