jueves, 3 de mayo de 2012

Entre el hermoso cielo y el cruel infierno (3/7)

Aquí la conti~~ dios hoy me he enfado, pues decidí que apra no perderme yo misma en este fic hacer un resumen de que trataría cada capítulo... pero... cuando salí a ensayar una poesí y regresé noté que habían arrancado y deztrozado mi hoja donde staban mis apuntes del fic, me dio coraje~~

Sin embargo pude hacer bien este capítulo~+ disfruten~~



Capítulo 3: Huyendo

Tegoshi, ángel de viento.

Casi lo sentía en mí, al fin iba a saber que quería decir con eso de ‘Besar’, mi idea de lo que era al parecer no eran algo así como ‘asesinar’ ni mucho menos, tal vez fue por lo que vi en la tierra; una pareja, una mujer y un hombre estaban juntado sus labios mientras se abrazaban cariñosamente, sentí punzadas de celos, yo jamás había hecho eso.

Pero recordé eso de ‘Besar’, debe ser eso, así que si así lograba que Taka-san me abrazará cariñosamente… se lo pediría ¿No podía ser malo, o si?

De cualquier manera yo esperaba poder contar con él para ello, al llegar al lugar donde debiésemos separarnos se lo pedí y accedió, fue un gusto para mí. Se acercaba a mí, y ambos cerramos nuestros ojos, pero cuando casi experimentaba es de ‘besar’… Llegaron su líder y Keiichiro.

La voz autoritaria de Keiichiro me pone de los nervios, no suele usar ese tono de voz, al menos conmigo, pero… esta vez sí, parecía muy irritado, me dio hasta cierto punto miedo, en cambio el líder de Taka-san parecía más bien preocupado y desconcertado, pero nos separaron, nos obligaron a ir con ellos. Keiichiro no me dirigió palabra alguna de regreso al cielo. Me sentí mal… ¡Pero! Yo no lo había desobedecido. Me dijo que no fiara tan fácil de ellos, que tuviese cuidado… ¡Y lo tuve! ¡Taka-san no es peligroso!

Pero tal vez Keiichiro no se sentía de la misma manera. Recorrimos esa distancia muy pronto, cuando me di cuenta ya estábamos en el cielo. Fue hasta ahí cuando Keiichiro me miro y seguía molesto.  Me sentí mal… pero… ¿Qué le podía decir? Me habló, su tono de voz me asustaba.

-¿¡Qué pretendías hacer con ese maldito demonio!?

-¿Maldito? ¡Taka-san no es ningún maldito!

Me miró sorprendido ante mis respuesta que sinceramente no medí, mi voz era de un volumen alto... algo así como un grito... y la entonación fue más como una contradicción algo brusca, bajé mi mirada cuando sentí la de Keiichiro fijarse en mi, estaba muy enfadado.

-¡Todos los demonios están malditos! ¡No tienen sentimientos! ¡Sólo hacen lo que les plazca!

-Pero…

-¡CALLATE YUYA! –Se acercó a mí, y lo sé, poco falto para que me diese una bofetada… Me sentí maltratado y hasta algo abandonado aunque no sé porqué… ¡Pero Taka-san no era ningún demonio de ese tipo para nada!

-Es que… -Intenté decir algo más.

-Los demonios son seres que sólo piensan en ellos mismos, sólo sienten amor por sí mismos, A ellos no… -Me di cuenta ¿Estaba llorando? –A ellos no…

Se volteó para disimular coraje pero yo lo conocía, ¿Estabas llorando Keiichiro? ¿Es mi culpa? Lo siento, eso quería decir, pero no podía, yo no había dicho nada malo, ni había dicho algo que a mi juicio pareciese malo. No. Yo dije nada malo, tal vez Keiichiro tenía un serio prejuicio hacia los demonios en general. Sin embargo, esa información no era segura para mí.

-¿A ellos no… qué? –Insinúe, pero… no debí, lo sé.

-¡A ellos no…! ¡No les importaría pisotear tu corazón hasta destruirlo si eso les hace felices!
Keiichiro estaba realmente molesto, casi rabiaba, parecía como si el supiese más de los demonios… cosas que yo no sé, pero me contuve de preguntarle… porque posiblemente, eso, le hubiera hecho rabiar de verdad. Para cuando me di cuenta y ya habíamos llegado a mí ‘hogar’ dentro del cielo, era una especie de casa de mediano tamaño, blanca, Keiichiro la mandó a hacer para mi… o eso me habían dicho…

-Nos vemos… -Me dijo al cerciorarse de que ya estaba en mi casa.

-¿Keiichiro? –Lo llamé, lo había notado más tranquilo.

-Dime pequeño… -Me alegre al saber que su tono de voz y manera de hablarme eran ya normales…
-¿Puedo ir a la siguiente junta?
Azotó la puerta… Y se fue, de nuevo, muy enfadado, ¿Yo? Bueno quise decir ‘Lo siento’ peor la verdad no me quería disculpar de verdad quería ir a la siguiente junta. La junta de verano. Tal vez la razón sea que lo quiero volver a ver cueste lo que me cueste. Si, era eso.

Pasó un mes, y poco a poco iba olvidando el tono de voz enojado de Keiichiro, volvía a su humor habitual pero cuando le preguntaba si podía ir a la siguiente junta… Me respondía con un muy grosero ‘NO’.

Para mi sorpresa nadie me preguntó acerca de la ‘misión’ que fui a hacer con Taka-san, ni Keiichiro mencionó algo. De hecho, él quería olvidar ese día no sólo de su memoria, si no de la memoria de todos. Sin embargo, yo no estaba dispuesto a olvidarlo. Quería ver a Taka-san de nuevo, quería verlo aunque sea una vez más.

Pasó otro mes… y me preocupaba que los recuerdos de Taka-san se empezaran a disolver, ya casi no recordaba bien su voz, y francamente me tenía mal eso.  Se lo comenté a un par de ángeles, los que eran guardia del arcángel Tatsuya y el arcángel Yuichi, siempre estaban juntos, parecían saber mucho del mundo humano ya que juraban que vivieron ahí un año entero.

-¿Extrañas su voz? –Dijo el que respondía al nombre de Taisuke.

-Se podría decir así

-¿También su presencia? –Dijo Yuta y miró a su compañero haciendo una mueca, no me gustó mucho eso…

-Creo que sí…

-¿Deberíamos decirle que sucede? –Dijo Taisuke con una sonrisa juguetona.

-Yo creo que será mejor que él mismo lo descubra… Aunque siendo él, el ángel más puro actualmente existente… dudo que pueda solo –Dijo ahora Yuta sonriéndole de manera muy particular, parecía que ahora me estaban ignorando.

-¿Entonces qué puedo hacer?- Les pregunté, de verdad quería saber que podía hacer… Ya sea para ver a Taka-san de nuevo o para olvidarlo… pero admito que quería más lo primero que lo segundo…

-Pues… Rogarle a Keiichiro-sama que te deje ir a la reunión de verano… ¿Cuánta falta, Yuta?

-Como un mes o menos… pero ¿Crees de verdad que Keiichiro-sama lo dejará ir? Ya sabes estaba muy molesto porque el demonio ese el líder escogió a Yuya-san, y ¿Recuerdas cómo estaba cuando regresó con Yuya esa noche?

Yo lo recordé, me estremecí de recordarlo. Yo no había sido el único en soportar a Keiichiro, algunos amigos me habían dicho que jamás lo habían visto tan enojado. Me ilusioné recordando que yo había estado ‘enamorado de él’ por pensar que yo le importaba tanto pero… creo que ese no era el caso ¿O sí?

Los chicos me miraron, y me dieron ánimo, me dijeron que seguramente a mí sí me dejaría ir de nuevo… Y así llegaron los últimos días de primavera… poco faltaba para la junta de verano Y yo iba  hacer todo lo posible porque me dejara ir.

Me pasé una semana y media antes pegado a Keiichiro siendo de lo más atento y adulador en mi vida, creo que se dio cuenta de mi intención pero igual se dejó, tal vez si pensaba dejarme ir, pero por mi insistencia ahora no lo sé. Faltaban ya tres días y yo no había comentado con él nada de mis intenciones… Pero no podía esperar más. Aproveché entonces, que él había saco el tema de las estaciones del año…

-¿Falta poco para el verano, verdad?

-Si es verdad, una linda estación ¿No lo crees, Yuya?

-Si… aunque todas son realmente lindas…

-Todo lo vez de color de rosa… -Me dijo entre risas.

-¡No es cierto!

-Tal vez te debería de llevar conmigo a la junta para que veas que no todo es color bueno, rosa y amarillo.

-¿Rosa y amarillo?

-Los colores más felices, según me dijeron….

-¿Quién?

No debí decir nada miró hacia el vacío e ignoró mi pregunta, su expresión era de tristeza… Yo sabía que Keiichiro había vivido más tiempo que yo… pero ¿Qué habría acontecido en su vida para que dijera cosas así?

-Entonces… ¿Me vas a dejar ir contigo a la junta? –Le pregunté temeroso.

-Bueno… Te has portado bien y cada día aprendes más… tal vez y ano seas un ingenuo… ¿Me obedecerás en lo que te diga?

Dudé un poco, desde aquella ocasión las indicaciones de Keiichiro eran más rígidas para conmigo… pero si me negaba no me iba a dejar ir… Estaba mal... pero tenía que mentirle

-Créeme, prometo obedecerte.

-En ese caso... ¡Claro que iras! –Me sonrió y yo a él. Vería a Taka-san… De nuevo… la pregunta era… ¿El me recordaría? O ¿Me quiere volver a ver? Ahora tenía miedo ¿Sólo soy yo quien quería que nos volviéramos a ver?


Masuda, demonio oscuro.

Yo había visto al ángel ese muy enojado pero fue una sorpresa ver a Mi Señor preocupado y no enfadado como el otro ser. Nos fuimos en silencio de camino al infierno, reamente estaba confundido, por poco besaba a un ángel tan inocente que nunca había escuchado el término de ‘besar’.

Fue hasta que llegamos a lo que llamamos ‘El palacio’ porque... eso parecía y pues ahí vía Mi Señor… y bueno yo también desde hacía un par de años. Fue ahí en una sala principal que ordenó que se desalojara de todo ser que no seamos el o yo. Ahí comenzó su regaño… o algo similar a eso.

-Taka, mi precioso Taka… No tenías que hacerle caso a los tarados de Jin y Koki.

-¿Eh?

-Por querer demostrar lo que era un demonio... tú casi te aprovechas de ese ángel ¿No es así?

-Ni que fuera tú.

-¡Hey! Más respeto a tu superior.

No lo miré directamente pero seguí con la conversación.

-No lo hice por aprovecharme de él…

-¿Ah, no?

-No…. El me pidió que lo besara porque no sabía que era ‘besar’

Se quedó en silencio, si se hubiese echado a reír… lo hubiese comprendido, pero también me hubiera molestado… para ese ángel debe ser especial eso del beso. Y a mí eso no me parecía gracioso. Pero lo único que hizo fue suspirar.

Caminó pensativo, daba vueltas a la habitación, sólo se oían nuestras respiraciones y el sonido de sus zapatos al chocar con el piso, era un sonido rítmico… hasta que paró con un gran remate con la planta del pie derecho, se acercó a mí con velocidad, me esperaba un regaño. Pero sólo me vio con sus fríos ojos negros... directamente, me sentí atrapado.
 
-¿Te gusta?

-¿Ah?

-¡Qué si te gusta ese ángel!

-¿Y a quién no le gustaría? ¡Claro que me gusta!

-No me refiero a eso… pero al verte lo comprendo… Taka, mi adorado Taka me temo que jamás volverás a ir a esas juntas… Lo siento.

Fue lo último que me dijo antes de irse, me frustré demasiado… Me salí de esa sala, furioso ¿quién era él para prohibirme ver a alguien que quiero? Bien lo sé, es Mi Señor, un superior a mí al que debo obedecer pero me cabrea demasiado que me impida verlo… Yuya…

Pasan dos meses volando de primavera… a Mi señor Ryo se le ha ido el enojo, me trata de nuevo bien y hasta me mima de vez en cuando, quiere que sea suyo... pero ¡Valla novedad! Nunca lo consigue.

Mis amigos me han preguntado porque no me eché al ángel, yo me pongo colorado y no les respondo, ¡Ni que yo fuese como ellos!, Pero me alegra que de menos se preocupen por mí. ¿La misión? Cuando le dije a Mi Señor Ryo acerca dijo que a él no le importaba, era cosa que preocupaba a los ángeles y no a él, así que no quería saber nada de ella. Mejor para mí porque sólo fui a perder tiempo ahí.

El tiempo transcurre y yo sé que ya falta muy poco para la reunión tan esperada por mí. Quería que me dejase ir, quería que cambiara de opinión y a fin de cuentas me dejase  ir con él aunque como su guardaespaldas, quería de verdad ir. Lo que me aconsejó Kazuya fue que anduviese como chicle con él, dejándolo hacer lo que quería conmigo y accedería.

Y lo intenté, pero como ya dije algo siempre interrumpía ‘Ese’ momento. Sin embargo ese ‘esfuerzo’ dio un resultado; dos días antes de la junta de verano me habló y me dijo; ‘Irás conmigo a la junta ¿Verdad?’, no pude decir otra cosa más que gracias.

Fue genial volver a recorrer esa distancia y oír los comentarios de Jin y Koki por levantarse temprano, ahora agregaron que ojalá los ángeles no se les hiciera tarde… Yo estaba preocupado ¿Qué tal si mi anhelado ángel no iba?

Pero esta vez llegamos nosotros después, no perdí tiempo y lo busqué con la mirada… ahí estaba, lo observé hasta que me vio a mí, y ambos sonreímos, al mismo tiempo, francamente me sentí aliviado al verlo.

Ahora me hice el propósito de poner atención y lo primero que se escuchó fue de Mi Señor…

-Keii-chan

-Soy Keiichiro-san para ti, Ryo-san –Respondió molesto ese arcángel.

-¡Vamos! Llevamos cientos de años conociéndonos… Deberíamos tenernos más confianza…
 
-Yo te di mi confianza una vez…

-Y ya me disculpé por aquello.

Se vieron el uno al otro, Mi señor lo miraba algo burlón y el arcángel mandaba miradas con cierta superioridad. El ambiente era tenso… pero casi no lo sentía, seguía sonriéndole al angelito que estaba ahí que me miraba encantadoramente.

-Tal vez esta reunión debiera ser entre tú y yo. Sólo por esta vez ¿No te parece, Keii-chan? –Dijo Mi Señor haciendo hincapié en la última palabra, evidentemente le daba un toque de gracia que hacía que aparecieran sonrisas burlonas entre mis amigos demonios y un par de ángeles.

-Tal vez… pero… ¿Por qué?

-Asuntos personales e importantes… Serios también –Dijo cambiando completamente su expresión de burla a una seria.

-¿Cómo sé que no es una trampa?

-Porque nunca soy serio

Y con eso bastó, el arcángel dio la orden de dispersarse por el lugar, Mi Señor también y me advirtió. ‘Cuidado con tus acciones’. Cada quién se fue a lo suyo quedando en el centro de la reunión aquellos poderosos seres. Yo me fui hacia un árbol y mi ángel observado no tardó en ir conmigo.

-Hola… Taka-san

-¡Qué frío suena eso de Taka-san! Pero hola, Yuya.

-Lo siento, pero se me hace raro decirte por decir ‘Taka’ o ‘Taka-chan’…

-Sería más cómodo para mí…

-¿De verdad? ¡Entonces te diré Taka!

-Bien…

Comenzamos a platicar muy animadamente, le pregunté si lo habían regañado y me contó con lujo de detalle que le pasó, me disculpé… pero él dijo que así estaba bien, yo también le conté como me fue y su comentario fue:’ ¡Me hubiera gustado que así me hubiese ido!’.

Hablamos de muchas cosas ahora, colores y cosas favoritas que hacer, nuestros amigos y las coas que hicimos en la primavera… Era increíble... sentía que lo conocía de toda mi vida.

No faltó mucho para que nos diéramos cuenta de que estábamos muy felices el uno con el otro, por mi parte sólo podía sentir una cálida sensación, me sentía capaz de todo, y sentía que podía ser yo mismo… Confianza, creo que eso era… Y si mi análisis no fallaba, para él era algo muy similar. No tardó mucho tiempo en que nuestra agradable conversación llegase al punto en el que nos quedamos aquella vez.

-¿Y por qué estuviste con tu arcángel como perrito faldero?

-¿Perrito faldero?

-Ya sabes... como adulador… pegado a él en este tiempo.

-¡Ah! Eso es fácil, porque quería… no más bien deseaba poder verte de nuevo –Me sentí muy feliz al saber tal maravilla.

-¿Ah, sí? Y ¿Puedo saber por qué querías verme? –Estaba de curioso lo admito.

-Sencillo… quería hablarte, quería estar contigo, quería sentirte... tocó mi mano y se acercó a mí… quería experimentar eso de ‘besar’ pero quería que fuese contigo.
Sentía que mi cara ardía al escucharlo… podía decir eso con tal naturalidad… que me asustaba pero al mismo tiempo me hacía realmente feliz. Le sonreí…y le pregunté que si todavía quería saber acerca de esa acción y me contestó que sí…

-¡Bien! Pues vámonos… -Le tomé de la mano y lo ‘obligué’ a caminar conmigo. ‘¿A dónde?’, me dijo… a lo cual sólo le contesté… “A un lugar donde no nos interrumpan... hay quienes nos vigilan ¿Sabes?”

Asintió con la cabeza y nos fuimos, no mentía Kazuya y uno de los ángeles son nos dejaban de ver, así que en un momento de distracción de ambos tomé a Yuya y nos fuimos corriendo, teníamos que llegar pronto al poblado de la vez pasada, así los demás no podían intervenir por miedo a ser descubiertos.

Y así fue, pronto ya estábamos en ese poblado, otra vez nos asediaron de preguntas que por su puesto ignoramos… Llegamos a estar solos…

-¡Taka! ¡Espera! ¿Qué no parece que estamos huyendo?

-Exactamente Yuya, no es seguro para nosotros, ¿Me quieres, no? Y yo a ti. Los demás… la verdad no creo que lo comprendan… Será un problema a largo plazo… Así que ¡Vámonos! Te prometo estar contigo

-¡Espera Taka! No debemos…

-¿No quieres?

-No es eso…

-¡Vamos! ¿O me vas a decir que crees que tus amigos lo aceptarán? ¿Crees que comprendan que me quieres? Porque es así ¿No? En especial ese arcángel…

Él se quedó en silencio…

-Me duele admitir que tienes razón… pero… ¿A dónde iremos?

-Encontraremos un buen lugar... además te cuidaré… No nos encontrarán… o sí lo hacen no vendrán por nosotros… no se atreverían.

Sólo asintió, la sensación de calidez en mi ser era aún mayor, me sentí fuerte, capaz de todo, ¿Por qué dejaba todo lo que tenía? No lo sé. ¿Por qué me iba con Yuya si sólo me gustaba? No lo sé. Pero en ese instante era lo que quería.


2 comentarios:

  1. ya quiero ver donde se llevara Massu a Tego!!! y quien fue el gran amor de Keii YamaPi o Ryo :O!!!??? quiero leer la conti x3

    ResponderEliminar
  2. algo paso entre Kei y Ryo~ verdad *O*??
    waa~!! que emocion~ *OOOOO*!!
    Shinku

    ResponderEliminar