miércoles, 2 de mayo de 2012

Entre el hermoso cielo y el cruel infierno (2/7)

Aquí traigo el capítulo dos que espero les guste mucho como a mí~~


Capítulo 2: Perdidos

Tegoshi, ángel de viento.

Me sentía avergonzado en ese momento, no sabía muy bien que debía hacer, ese demonio fue el primero que pude ver, y también el único que me interesó tanto como para centrar toda mi atención en él. Para ese momento yo no sabía si era normal o no. Sólo lo hice.
Para cuando me di cuenta Keiichiro se acercaba a mí, serio y hasta cierto punto… molesto, si esa era la palabra adecuada, porque jamás lo había visto con esa expresión, así que sólo esa idea podía tener. Cuando me habló su voz era clara y hasta áspera, sentí que había hecho algo mal.

-Ten cuidado, los demonios… -Se le fue la voz por un instante, ¿Tan molesto estaba? –No son de fiar, recuérdalo son nuestros contrarios, cualquier cosa que tu no harías… -Otra vez, pero ahora tomo aire –n sólo su respiración. No estoy aún muy seguro de porque era así. A este demonio también lEllos lo harán sin dudarlo.

Me costaba trabajo asimilar esas palabras… en especial porque el demonio al que había estado mirando con tanta atención no tenía esa pinta de ser malo o de ser cruel, o de hacer algo que yo jamás haría. Lo único que hizo Keiichiro fue poner su mano en mi hombro y desearme suerte, me dijo ‘Cuídate’ haciendo marcar su preocupación y me empujó ligeramente hacia el punto medio de donde se había llevado a cabo la reunión.

Me encaminé hacia el demonio tan hermoso que me esperaba, tenía cierto miedo…No, miedo no es la palabra, era algo así como ansiedad de conocerlo y de tratarlo, de verdad ansiaba escuchar ta
e mencionaron algunas cosas que supongo yo eran de importancia. Y llegó el momento de encontrarnos.

Pude observarlo mejor, era muy hermoso. No parecía en lo absoluto capaz de hacer alguna maldad y, los colores negro y rojo le iban demasiado bien. Tal vez demasiado bien. Hice que nos presentáramos el uno al otro. Los demás ya se habían ido.

-Takahisa Masuda… -Se me quedó grabado ese nombre, Takahisa… ¿Hermoso? Tal vez no pero yo jamás había oído ese nombre jamás, así que para mí era algo nuevo y en cierta manera bonito...

Tras decirle mi nombre, él se me quedó mirando, pensé que quizás tendría algo en mi rostro o yo no era tan bello como los demás. Pero al parecer no era eso. Fue cuando recordé ¿Qué se supone que debemos de hacer? Pero él tampoco sabía. ¡Valla, qué atención pusimos en esa junta!

Pero, ¿No podía ser tan malo, verdad?

-Eh…  Taka-san…

-¿Ah? –Se le notó una expresión un poco cómica… y su voz algo aturdida pero… me gustó.

-Si no sabemos qué debemos hacer, ni a dónde debemos ir, ni para qué debemos hacerlo… ¿qué se supone que hagamos?

-No es tan difícil, algo anda mal con el mundo de los humanos… Es por eso que los ángeles están preocupados y también porque a Mi Señor no le importa ni un poco.

-¿Cómo sabes eso? –No me lo creo… ¿Él si puso atención?

-Por lo que oí antes de que Mi Señor te escogiera para acompañarme…

-Ah… -Bueno, si puso más atención que yo, me tocaba decir o deducir algo –Así que debemos ir a el mundo de los humanos ¿No?

-Creo que sí… pero… yo –No quiso decir anda más hasta que me acerqué a él… lo admito, tal vez me acerqué demasiado… -¡¿Qué haces?!

-Ah… yo… nada –Se alejé tan sólo unos pocos centímetros, y él se volteó, tal vez fue mi ilusión pero vi sus mejillas coloreadas, he de admitir que me dio risa – ¡Así soy normalmente!

-¿Ah sí?, ¿Qué? ¿Acaso vas queriendo besar a todo aquel que se le va la idea o no quiere decir algo?

-¿Besar?... lo siento pero… ¿Qué es besar? –Y su cara fue francamente graciosa. Demasiado, parecía algo exasperado y al mismo tiempo asombrado de mi ignorancia, pero es que yo siempre me había acercado así a los demás ángeles, así podía ver bien sus ojos y saber si tamban algo en especial.

Taka-san sacudió su cabeza, y yo me reí y el me vio. Me perdí en sus ojos marrones como el chocolate que tanto les gusta a los humanos. Esta vez él se acercó a mí, de la misma manera en que yo me había acercado a él hacía tan sólo unos instantes. Pero me sentí extraño. Yo siempre hacía eso de acercarme pero nunca nadie se había acercado de esa manera a mí.

Sentí que cara ardía, me sentí apenado y cerré mis ojos, él se acercaba cada vez más con los ojos cerrados y no mostraba intenciones de detenerse… No sé qué pretendía ¿Besar era sinónimo de matar? ¿Era mi fin? Apreté más mis ojos  y me esperé lo que venía, hasta comencé a pensar que el no haberse enamorado nunca era una verdadera pena. Pero cuando estaba a unos ya milímetros cerca de mí sentí que se detenía.

-¿Te emocionaste? –Me dijo y luego echo a reír.

-¡Taka-san! ¿Qué ha sido eso? –Seguía muy cerca de mí, yo abrí mis ojos, pero él no se movió ni para acercarse ni para alejarse.

-Casi… Tan sólo casi… conoces lo que es ‘besar’… Más bien ser besado. –Soltó una risita. Por alguna razón me sentí algo contrariado y tuve calor en mis mejillas. Keiichiro tenía razón los demonios no son de confiar.

Me dirigí a caminar a no sé dónde, me molestó un poco lo que intentó hacer ‘Taka-san’, pero me detuve tras haber caminado unos siete metros ¿Dónde está el mundo humano?, no lo sabía, pues yo jamás había salido de que se llama cielo. Al parecer Taka-san se dio cuenta de mi ignorancia y soltó otra risa… Yo no pude más que voltear a verlo… No podía evitarlo siempre que lo miraba se me cruzaban mis ideas… Pero pude conseguir decir algo coherente sin que lo notase... creo.

-Taka-san –Dije de manera cordial. Me miró y puso una sonrisa que me estaba gustando  y me daba un poco de inquietud...

-¿Qué sucede?

-Am bueno… ¿Tú sabes cómo se llega al mundo de los humanos?

Puso los ojos en blanco. “Estamos en el mundo de los humanos”, dijo, y recordé que Keiichiro me dijo que el punto medio era el monte Fuji, lugar que se encontraba en el mundo de los humanos. Me sentí francamente tonto.

-¿Y bien?

Suspiró y se acercó a mí a paso ligero, se quedó a unos cuantos pasos de mí…

-Por el momento no lo sé, se me ocurre bajar un rato allá con los humanos, fingir que somos de su raza y… pues analizar la situación ahí, no sé qué tenemos que hacer pero con supervisar 
estar bien ¿No te parece?

-Bien.

Le seguí la corriente y comenzamos a descender el monte en silencio, me sentí extraño, pronto estuvimos abajo, luego señaló un poblado… habló de ir ahí, y de ser posible a una ciudad cercana lo que me hizo pensar ¿Este sabe o que hace?, pensé que sí, pero a decir verdad no estaba seguro.

Para cuando llegamos a ese pueblo nos topamos con la sorpresa de ser recibidos por medio poblado o más, todos nos hacían preguntas y yo no sabía que contestar, y al parecer Taka-san tampoco. “Jovencito… ¿Qué hace usted aquí?” me decía una anciana mientras que a Taka-san le decían:”¡Que guapo!, ¿Por qué no te quedas tú y tu amigo en mi casa”. Pero el las ignoraba.

Nos asediaron de preguntas, nos rodearon, todos querían saber de dónde veníamos y yo les iba a decir pero Taka-san puso su mano en  mi boca, impidiéndome decir algo. Me puso sus brazos alrededor mío y siguió caminado, lo seguí por impulso…

-Son de ‘esos’, ¡Que desperdicio! –Dijeron las chicas que nos rodeaban, poco a poco se iba disipando el camino, para al fin poder pasar de ese poblado, seguimos caminando.

-Tal vez llamamos mucho la atención… -Dijo en un susurro que apenas y oí pero no se paró ni nada, me empecé a cansar de la caminata, cuando aminoré mi paso él se percató de mí, y me sonrió “¿Descansamos?”, me dijo aunque estoy seguro que no estaba cansado, o al menos esa impresión me dio. Pero puso una cara tan amable y linda que no pude evitar sonreír para él, cosa que hizo que se voltease a otro lado, nos acomodamos en unas piedras que se encontraban en el camino.

Estuvimos sentados un rato, vimos ya cercana una ciudad, era algo grande, bueno al menos para mí, que nunca había visto antes una. Se veía extraña, muy distinta al cielo. Pero la verdad… no me disgustaba para nada.

Pronto seguimos con la travesía y estábamos tan enterados de que debíamos de hacer como en un principio y si en algún momento me molestó no saber nada y venir a una misión con un desconocido… Ahora no era el caso. Taka-san era muy bueno y amable a su manera… sí lo sé es un demonio ¿Y? Con esa cara no puede pasar por alguien malo.

Al llegar a la ciudad causamos más alboroto que en el pequeño pueblo… No me importó la cálida mano de Taka-san me sostenía. Me sentía seguro de mí mismo, no importaba vagar con él o sí nos regañarían luego… Creo que me empezaba a gustar demasiado su compañía aunque recién lo conocía y esa sensación en mi cuerpo tan cálida y nunca antes sentida… se hacía cada vez más fuerte. ¿Qué me pasaba?

No lo sé pero… si se siente tan bien no puede ser malo ¿Verdad?

Masuda, demonio oscuro.                                             

Caminamos en silencio y mi cabeza era un nido de alborotos y dilemas que jamás había tenido, seguía regañándome a mí mismo por casi quitarle su primer beso a este inocente ángel ¡Valla para compañero que me tocó! Pero no puedo evitar pensar que si no me obligo a detenerme sí que lo hubiese besado. No es nada bueno que se vea tan inocente ese chico.

Sin embargo tras ser acosados por muchos humanos ignorantes sentí la fuerte necesidad de protegerlo, él era muy bello y pos consiguiente aún más inocente e influenciable que yo… Si, admito que yo no sé mucho pero estoy cien por ciento seguro que, sé más de esto del acoso y este tipo de comentarios que este pobre ángel que parece haber nacido ayer.

Pronto legamos a una ciudad y nos acosaron aún más, pero ya fue más fácil esconderse. Tenía su mano con la mía, temía por alguna razón perderlo de vista, necesitaba sentirlo. Nos detuvimos en algún callejón vacío, nada parecía extraño… bueno sí todo parecía extraño, pero era obvio ¿No? Al parecer ninguno de los dos jamás había estado por ahí antes. Sin embargo no daba la sensación de que algo andaba ‘mal’.

-Es un mundo extraño… este el de los humanos… -Dijo el pequeño ángel.

-Tal vez tengas razón pero para ellos sería extraño tu o mi mundo.

-Es verdad, tienes razón –Me dijo sonriendo, seguía tomando mi mano.

-Taka-san… ¿Deberíamos disfrutar esta visita?

-¿Eh?

-Digo… es muy probable que no regresemos a este mundo en mucho tiempo si no es que nunca… Tal vez … deberíamos aprovechar esta oportunidad y conocer este lugar…. –Se le notaba la ilusión tanto en a expresión de su rostro como en la nota de su melodiosa y delicada voz, además sus ojos mostraban un brillo de curiosidad que no dejaría pasar.

-Tal vez tengas razón… -No pude decir más, yo también sentía curiosidad por ese mundo tan lleno de colores, y de luz… aunque el cielo debía de tener mucha luz.

A tener los dos un acuerdo de curiosidad nos dimos a la tarea de recorrer la ciudad, tras unos momentos cada quien veía las cosas de su interés, no sentí el momento en que dejé de sentir su mano, me culpo por ser descuidado.

-Yuya… ¿Ya viste…? –Mi voz se cortó, no estaba ni atrás mío, ni a lado, me di una vuelta para ver si no me estaba jugando alguna broma… Pero era evidente que a mi lado no estaba. Y sentí por alguna razón… Miedo. Tal vez no del mismo tipo del que siento cuando he hecho algo mal y Mi Señor me quiera castigar o cuando no hago lo que debiese hacer y me vallan a reprender, un miedo distinto… Y hasta más intenso.

-¡Yuya! –Grité, y nadie me respondió.

Unas chicas se acercaron. La verdad no quería hablar con nadie, me estaba angustiando de manera extraña el no ver a ni tener cerca ese ángel que hacía unas horas no conocía.

-¿Buscas a alguien? –Dijeron, puse los ojos en blanco ¿Era obvio no?, ¡chicas tontas! Lo que me faltaba… bueno tal vez estaba un poco enfadado. Me sentía impotente pero si lo analizaba ¿A mí en que me afecta que se pierda un ángel? No lo sé… pero… No quería averiguarlo.

-Ah… si… a Yuya –Grandísimo idiota de mí ¿Cómo sabrían ellas quién es Yuya? –Ah, un ángel…  -¡Estúpido! ¡No pueden saber de la existencia de nosotros! –Un chico que parece ángel... esta vestido de color blanco…

Las chicas rieron, de verdad me fastidió ¿cómo reír en un momento así? ¡Creo que he perdido a un ángel! Pero no tardaron en contestar que habían visto a alguien ‘Vestido de blanco’ en una tienda de instrumentos musicales… no me paré a preguntar ni que era ‘Tienda’ ni ‘Instrumentos musicales’. Pero me fui… esas chicas no me daban confianza.

Trate de buscar su aura, pero el lugar era muy concurrido… ¡No debí haberlo soltado!... Eso pensaba cuando alguien me tomo del brazo mientras iba corriendo…

-¿Eres un demonio verdad? –Era una voz masculina, extrañamente familiar, pero no recordaba donde la había oído. No estaba seguro si decirle la verdad. –Anda ¿Lo eres?, no puedes mentirme… -Y tal como me dijo lo vi a los ojos, sentí fuego pasar por sus ojos…

-Lo soy… y ¿Tú? ¿Cómo lo has sabido?

-Se nota a leguas en tu ropa… y en tu aura… además yo también lo soy. –Me miro… sus ojos eran casi del rojo vivo pero seguramente para los humanos normales… sus ojos eran castaños con tendencia rojiza.

-¿Y bien? ¿Qué quieres? –Sin embargo no me daba confianza.

-Tranquilo, ¿Buscas al ángel verdad? Está en la tienda cercana de aquí… a media cuadra

-¿Puedo confiar en ti?

-¿Por qué no habrías de confiar? –Me sonrió… me era muy familiar, su voz… él era muy peculiar… estaba seguro de no olvidar a alguien como el… Pero ahora no recordaba a nadie.

-Bien… ¡Gracias! ¿Tu nombre?

-No hace falta… pero aquí en la tierra me han dicho YamaPi… No digas que me has encontrado, sería un problema, sólo aprovecha que te he ayudado.

Le hice caso y me despedí con la mano… YamaPi… Seguí su dirección y ahí viendo un artefacto extraño, pero que tomaba con entusiasmo, los demás lo miraban como si fuese un extraño de otro mundo… Al entrar me dijo;

-¡Taka-san mira! Me han dicho que se llama ‘Guitarra’ ¿Verdad que es un nombre extraño? ¡Pero suena genial!

-Así que no mentía… ¡Me alegro de que estés bien! –Y sin pensarlo mucho me acerqué a abrazarlo, me sentía francamente aliviado, no lo había perdido… para mí no hubiese valido nada perderlo pero siento ahora mismo que tal vez hubiera sufrido mucho si de verdad lo perdía.

Para mi sorpresa correspondió mi abrazo… se sentía aún más cálido. Ya no lo sentía normal.

Yuya siguió un rato con la guitarra pero luego le miré y supo que había que irnos… No sabíamos que habíamos ido a hacer… y aunque no lo pareciese llevábamos ahí ya casi un día… el sol ya se ocultaba.

-Deberíamos regresar ya… -Dijimos juntos.

Salimos de la ciudad, como ya era oscuro cada uno desplegó sus alas, no entendía como él podía  ser tan hermoso. Atravesamos el cielo hasta el monte y cuando estuvimos ahí descendimos…

-Creo que ya es hora de irnos a nuestro hogar… -dijo.

-Si es verdad… ¡Yuya!

-¿Si, Taka-san?

-¿Nos veremos de nuevo? –Me sentí tonto pero necesitaba saber si podría volver a ver su rostro aunque sea una vez más…

-¿Con seguridad?... No lo sé

No pude evitar bajar mi mirada… Pero lo sentí cerca de mí… recuerdo mi enfado de cuando se acercó antes así a mí… pero ahora no me molestó.

-Taka-san… ¿Recuerdas lo de ‘besar’? 

-Ah... sí –dije dudoso.

-¿Podrías enseñarme? Digo.. Eso de ‘Besar’. Al parecer tú sabes de eso…

-¿De verdad quieres que yo te enseñe?

-¡Claro! Sólo tú podrías…

Me acerqué ahora yo a él, iba directo a sus labios… Se e antojaban… Tenía el permiso de él. Cerré mis ojos y creo que él también…

-¿Qué crees que haces , mi pequeño Taka?       

-¡Aléjate de ese demonio, Yuya!

Dos voces, una conocida para él y una para mí, eran el arcángel y Mi Señor Ryo. ¿Qué se suponía debíamos hacer?

Nos separamos antes de tocarnos siquiera, no sentí su respiración como la vez pasada… Pero me obligaron a irme y a él también, el arcángel se veía molesto y Mi Señor se veía francamente preocupado.

¿Qué tenía de malo querer besar a un ángel?


1 comentario:

  1. ame el capi~ *O*!
    se ven tan lindos esos dos~
    awww~ ya quiero lemon(?) ok nu
    conti~~!!
    Shinku~

    ResponderEliminar