martes, 20 de diciembre de 2011

¿Siempre será así? (19/23)

Bien este capi es largo (?)

Pero bueno los restantes -salvo el especial- serán de este largo, queda aún mucho por contar y lso capis se me acaban :3


Capítulo 19

Se me heló el cuerpo completamente, jamás pensé que esto llegase a suceder, jamás pensé que Tegoshi, mi Tegoshi sufriera de eso, y más aún en silencio, no podía huir, estaba prácticamente paralizado de pies a cabeza, no lo podía asimilar, no lo quería aceptar debo admitir que yo era demasiado cobarde como para hacerle frente a la situación, yo simplemente no podría lidiar con eso, no podía estar ahí, no me lo permitía, Tegoshi en ese estado no era bueno, esa enfermedad es contagios ¿La tendré yo?, no imposible, nunca hubo fuente de contagio… Por que Tegoshi lo evitó por todos los medios que se presentaron.

Cobraba todo sentido al analizarlo, sus repentinos cambios de actitud, seguro eran porque yo iba a hacer algo que me podría dañar, algo que posiblemente me lastimaría sin darme cuenta, lo más claro era lo de los caballos y su sangre, se alborotó mucho pues ese es una fuente de contagio, no me paso nada a mí, yo no tenía ninguna herida abierta, estaba bien, pero si Tegoshi se preocupó tanto por mantenerme a salvo… ¿Yo qué debería hacer?, el nunca me lo dijo, ¿No confiaba en mí?, tal vez sí pero tenía miedo también, como dijo la gente prejuiciosa esta en cualquier parte… ¿Yo era alguien prejuicioso?.

Por primera vez lo miré, estaba en una posición aparentemente normal, pero no lo estaba, se que esperaba una respuesta de mi parte, yo estaba siendo injusto, pero él también debía decírmelo, era un verdadero problema.

-Puedes irte, no espero en realidad que te quedes aquí a sufrir conmigo, ya te he hecho daño, aunque no quería, fui egoísta, puedes irte para no verme más…
Se le quebró la voz, no podía hacer ni decir nada, seguía paralizado, tenía que… no sé, debía decir algo…

-Anda no esperes más, ¡Vete!, tu presencia es un tormento ¿Sabes?, si sigues aquí sin decir nada… ¡Sólo nos harás más daño a los dos!
¿Qué debía decirle? era un asunto muy delicado, y él estaba cada vez más débil, lloraría de un momento a otro, bajé mi vista, mi cuerpo seguía sin quererse mover para nada, me podía ir y no verlo nunca más, alguien tan cobarde y tonto como yo no le serviría, pero ¿Qué sería de mí? Yo ¿Puedo sobrevivir sin él? ¿Puedo en realidad vivir sin quien me abrió los ojos y me hizo vivir?, Lo volví a ver, cómo predije estaba ya llorando, llorando infelizmente, yo de impotente, esa combinación no era para nada buena.

-Yo no me pienso ir a ningún lado si no es contigo.

Las palabras salieron solas de mi boca, pero era lo único que se ocurría en aquel momento, era lo único que podía decir y de lo que estaba completamente seguro, para mí él era ya algo vital en mi, mi mundo se había movido gracias a él, no por otra cosa, sólo era él, él era mi razón, él era mi motivo, él era para mí, él me pertenecía así como yo le pertenecía a él, se esforzó en cuidarme de él mismo, se esforzó en sonreír cuando seguramente sufría mucho más que cualquiera, el dio todo de sí sólo para que yo estuviese bien y no sospechase nada de él, yo me habría aprovechado de él sin que me diese cuenta de la realidad en la que vivíamos, aunque era justo, él tampoco sabía nada de mi soledad, de que no tengo familia, de que ahora yo sólo dependo de él, porque yo no quise aceptar a ningún otro antes, porque yo de cobarde me perdía entre la gente siendo uno más sólo por miedo, gracias a él puedo sobresalir en muchas cosas, por que él me dio ese valor, jamás podría irme si no es con Tegoshi, yo no podría vivir.

-Massu… ¿Estas hablando en serio?

-Si

Al fin pude moverme, lo que hice fue abrazarlo, decirle mil veces ‘No llores’ ‘Estaré contigo’, el sólo me correspondía con sollozos y poniendo su cabeza en mi pecho, secaba sus lagrimas con mi sudadera azul cielo que traía desde el día anterior, ignoro cuanto tiempo permanecimos así, yo sólo le quería hacer saber que lo adoraba, que estaría con él el tiempo que quisiese que permanezca a su lado, que no dejaría que algo tan tonto como una enfermedad nos separase, yo sólo quería que supiese ello, seguía sollozando y yo lo protegía con mis brazos, no le apretaba mucho por temor a hacerle daño, pero le besaba el cabello, le acariciaba la espalda, y tratada de demostrarle mi afecto hacia a él. Este se cansó del abrazo y levantó su cara, ya no lloraba, estaba son una débil pero sincera sonrisa, ya sabía lo que él anhelaba.

Lo besé en los labios tímidamente, aún yo era inexperto en eso, pero aún así era agradable sentirlo, estaba cálido, nuestros labios parecían estar hechos el uno para el otro, los dos disfrutábamos mucho de esa situación, agradecía la habitación privada de este lugar, nadie era capaz de vernos y mucho menos de interrumpirnos, el beso se intensificó, ahora le besaba pero con un jugueteo de lenguas que poco a poco se conocían y gustaban, amaba en realidad la situación así, el me acariciaba la espalda y lo jugaba con su cabello, nos necesitábamos, en cierto modo a pesar de lo recién descubierto éramos felices de tenernos el uno al otro.

Pero nada es perfecto, nos separamos porque él me separó antes de que empezase a toser como desesperado. Pasó su tos, lo miré con una nota de tristeza, ‘Estoy bien’ fue lo que dijo, obviamente no lo estaba. Algo no estaba bien, él no había nacido con el problema, lo había adquirido, alguien lo había contagiado… pero ¿Cómo?

-Nee –Le dije – ¿Estas bien?

-Sólo es tos, no te preocupes.

-Me preocupo porque fue una tos lo que nos trajo aquí.

-Tienes razón, tranquilo, estoy bien sólo es la garganta, estará bien, ya me ha pasado antes, es cuestión de tiempo que ya no tosa con frecuencia.

Quedamos en silencio, yo estaba parado a lado de su cama como tonto, no sabía que se supone debía hacer ¿Llamar a los médicos?, ¿Abrazarlo y continuar nuestro beso, del cual disfrutaba como nadie?, o quizás debía solucionar la duda de cómo el se contagio, no dejaba de intrigarme, que alguien hubiese tocado a mi novio me aterraba…

-Dime una cosa –Le dije con expresión seria –Prométeme que me dirás todo los detalles

-¿Qué sucede?

-¿Cómo te sucedió esto? Tu te contagiaste ¿No es así? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién?

-Tienes razón, me contagié.

-Entonces…

-Creo que por ser Massu debes saberlo todo, a fin de cuentas, actualmente eres a quien más quiero y quién más merece saberlo.

-Así que…

-Massu, siéntate porque te contaré una historia muy larga- Me senté en esa silla que yo mismo había dejado ahí y en la que pase l noche en vela esperando su despertar-, y puede que te impresiones mucho, pues yo no soy, o bueno no siempre he sido como actualmente soy, y bueno, esta historia por algo no te la había querido contar.

“Cuando yo tenía 13 años cursaba el primer año de la escuela media, era alguien ¿Cómo decirlo?, popular yo creo que es la palabra correcta, yo tenía una buena apariencia y bastantes amigos, mucha gente me rodeaba y me quería, de alguna manera a eso yo le llamaba ‘Felicidad’, obvio no lo era, sólo tenía todo materialmente, ya que nunca mi padre estaba en casa y mi madre se la vivía con sus amigas.

“Desde pequeño me gustó mucho el futbol, amaba y actualmente amo ese deporte, yo me autonombré el líder del equipo de la escuela, aunque había gente que lo merecía más que yo, pero supongo que por mi influencia en la escuela yo disponía de bastantes privilegios que no me costa presumir ante nadie, era alguien muy frívolo.

“Cómo mis padres nunca estaban en casa ya sea por trabajo o por diversión yo pasaba mucho tiempo sólo o en casa de mis ‘amigos’, salíamos a jugar muy seguido a los parques y canchas de futbol públicas, todo con el fin de mi sana diversión, nunca me preocupaba en realidad por mi tarea, o donde andarían mis padres, o que debía hacer.

“Vivía muy a mi gusto, me creía el rey del mundo, todo lo que quería lo obtenía al instante, jamás pensé que me arrepentiría de esas palabras, vivía en un mundo muy materialista.

“Ese día en que sucedió, un amigo mayor que yo al que nunca le gustó mi forma de vida llamado Keiichiro me invitó a su casa a comer para luego ir a jugar a la cancha de futbol que estaba muy cerca de su casa, acepté la invitación y le mandé un mensaje a mi madre vía celular avisándole del asunto, ella sólo puso su ya muy usual ‘OK’, a veces me frustraba que sólo diera esa respuesta, nunca hasta entonces había podido poner un ‘Cuídate’, o ‘Regresa temprano’, nada, sólo me daba permiso con ese ‘OK’, pero yo era feliz, así hacía lo que me diera la gana.

“Recuerdo que comimos una muy rica sopa de miso para iniciar –Keiichiro decía que su madre hacía a diario esa sopa, y de plato fuerte era un verdadero manjar, había muchos platillos, como si fuese de un bufete, acordarme de todo sería imposible, pero había arroz, Yakisoba, Ramen y otras cosas, fue verdaderamente exquisito, me sentí frustrado ya que mi madre nunca me cocinaba así, sólo me dejaba notas con ‘Calienta esto en el horno’ o me ordenaba comida rápida.

“Al terminar le dimos las gracias a su amable madre, esta le dijo a Keiichiro que no tardáramos mucho pues podría ser peligroso, le dio una bufanda pues era invierno y le beso la frente, era una madre muy amorosa, sentí celos, mi madre jamás era así conmigo.

“Ahora que lo pienso tal vez, Keiichiro quería mostrarme lo que era una familia.

“Encontramos a otros chicos de la escuela camino a la cancha, así que los invitamos a jugar, en total éramos 8, nos dividimos en dos equipos, Keiichiro estaba en mi equipo, fue un juego muy entretenido y divertido, muy emociónate que hasta olvidé los celos que le empecé a tener a Keiichiro,  no me di cuenta de que oscureció muy rápido, un celular sonó justo antes de que yo pateara el balón para lograr un gol… recuerdo que me enojé.

“Era la madre de Keiichiro que ya estaba preocupada, le exigió que ya regresáramos, yo no quería irme todavía, estábamos en empate, pero como los demás ya estaban cansados y Keiichiro quería obedecer, recogieron sus chaquetas el balón, yo estaba molesto, nunca me ha gustado perder y menos por una llamada telefónica.

“Ellos se adelantaron, iban riendo y también preocupados por no haber hecho la tarea de matemáticas, pero a fin de cuentas, cuando ya casi llegábamos a una banqueta había un grupo de mujeres a las cuales no reconocí, pero los demás sí, eran siete mujeres en total, eran las madres de mis amigos que habían ido a buscarlos, pues estaba preocupadas, nuevamente me decepcioné al no ver a mi madre ahí.

“Me despedí de ellos con una sonrisa, yo tenía mis propios asuntos y tenía mejores cosa que una madre amorosa, o bueno eso pensaba en ese momento, no sabía lo que decía, ya había anochecido.

“En la escuela todo mundo me conocía, sabía que mi padre era dueño de un banco, que yo era alguien poderoso, quizás por eso yo fui su blanco, pero pienso ahora que nada más fue una coincidencia, si querían dinero pudo solo haberme secuestrado, él quería hacerme daño o entretenerse, no sé si era envidia o algo similar.

“Recuerdo bien su rostro y su nombre, creo que salió de prisión hace unos dos años, sus ojos nunca los olvidaré, y creo que el me recuerda perfectamente, era alguien de buen físico, con cara de ‘Yo no rompo ni un plato’, que parecía ser amable, era mayor que yo, él era ya de instituto, nunca me había dirigido la palabra antes

“-Te-go-shi-kun –Dijo siniestro.

“Yo volteé, en ese momento para mi no era ningún peligro.

“Se acercó a mí, era más algo que yo…

"-¿Taguchi-senpai?

“Estaba oscuro y creo que me golpeó hasta que yo quedase medio inconsciente, tenía frío, tenía miedo, llamé a mi madre muchas veces hasta que él me puso algo en la boca que no supe identificar, me besaba las espalda, me sujetaba con fuerza. No me di cuenta de que ya estaba sin mi pantalón y próximamente sin mi ropa interior.

“Cuando menos lo pensé sentí u fuerte dolor, no podía gritar, estaba débil y asustado y tenía la cosa esa inidentificable en mi boca, no podía hacer nada más que desear por que ya parara ese dolor.

“No recuerdo que pasó después, perdí el conocimiento, desperté en una cama de hospital, tenía golpes por todo el cuerpo y el trasero me dolía, recordé todo lo pasado, me puse a llorar.
Escuché todo con atención, no sabía quien era ese Taguchi-senpai pero ya lo odiaba.

-Poco después tras unos análisis se confirmó que yo tenía ya SIDA…
Todo lo que me contó fue tranquilo, supongo que lo aceptó hace mucho, pero a mí me enfureció.

-Esto tiene su lado bueno, mi madre y mi familia se volvió muy unida, ya me ponían más atención, de alguna manera mejoró mi vida…

Yo no quise aceptar eso, pero sí el lo veía así estaba bien… El calló dormido poco después, lo consideré normal y me quedé a su lado, pero me asusté, su presión bajaba terriblemente, llamé alarmado a una enfermera y esta posteriormente llamaba a un doctor

-Tegoshi…


5 comentarios:

  1. si ya no me caia bien Junno creo que ahora es peor xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ay mi pobre tegoshi ;O; que le den a Junno! >3<!!!!!!!!!!!!!!!
    que bueno que Massu supo aceptarlo ;__;

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  2. Taguchi!!! cómo pudiste grrrrrrr...!!!! No puede ser es increíble lo de Tegoshi, nunca me lo hubiese imaginado u_u, sigue Yuzu quiero saber cómo terminará .-.

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  3. Buahhhhhh!!! no sé que decir... lloré en todo el maldito capítulo... no puede ser que mi Tego este sufriendo de esta forma!! ;AAAA;!!! horrible enfermedad... horrible Taguchi, cómo te atreves?!?! asdasd Massu cuida de él, sé que lo harás... él necesita todo tu apoyo ><!!

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  4. matas a mi tego y yo te mato! se donde vives e.é, sí es a ti yuzu!!

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  5. ay Dios, qué fuerte...no puedo imaginar a Taguchi como una persona malita

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