¿Siempre será así? (8/23)

Hola mundo que visita mi blog, si, debo varias cosa ya, lo siento!, pero bueno hubo y pasaron cosas -el desfiel del 20 de noviembre trajo muchas cosas consigo xD-

Pero a tiempo para poner mi conti :3

Capítulo 8

No nos movimos, no había sonido alguno entre los dos, el parecía tranquilo hasta cierto punto sin contar que estábamos sin luz, y estaba aferrado a mi brazo, pero por mi marte, yo estaba hecho un lío.

¿Me quería?, no lo entendía, pues para empezar ¿Qué es ‘Querer’?, de sobra se que es un bonito sentimiento, pero ¿Cómo alguien como Tegoshi, podría desarrollar ese tipo de sentimientos hacia mi?, creo que a duras penas y sé ser amigo y humano, ¿Cómo puedo ser alguien que sea digno de ser ‘querido’?

Seguía a mi brazo, ¿Tenía miedo?, ¿Qué se supone que debo hacer?, no lo ´se, instintivamente paso mi brazo por sus hombros, ¿Nos estamos abrazando?, es muy extraño, sin embargo no hay sonido alguno, ya transcurrieron dos minutos así, los movimientos de Tegoshi se limitaban a los de su respiración y los míos también, ¿Qué rayos pensará?

La luz regresa, la noria siguió con su lento pero agradable paseo como si nada hubiese pasado, Tegoshi hasta que siente el movimiento recupera su postura, y me sonríe, le correspondo la sonrisa, y el ahora ve a por la ventanilla, observa todo el ya oscuro entorno, como si fuese un niño, luce tan inofensivo e inocente,  hasta que se aclara la voz para llamar mi atención:

-Massu

-¿Si?

-Era en serio

-¿Qué era en serio? –Creo que se a que se refiere pero prefiero que el sea quien lo diga, pues puede que me equivoque.

-Massu, mírame.

Obedecí, me veía directamente a los ojos, estaba serio y decidido, parecía que iba a decir algo importante, y por mi poca experiencia -sólo la vista en doramas de casualidad y unas novelas leídas por obligación del colegio- en lo que era eso del ‘querer’ podría considerarlo de esa manera.

-Te quiero

De nuevo lo dijo, iba a decir algo, pero se acabó el juego, me bajé antes que él, no podía verlo a los ojos, lo escuché que venía detrás de mí, ¿Corría?, me tomo por el brazo, y se quejó:

-¡No me dejes sólo!, caminas muy rápido..

Y empezó a toser como loco, me asusté y lo lleve a sentar a una banca del parque, ¿El propósito era hacerme sentir culpable?, no lo creo, se recuperó, y me sonrió, susurró algo que no entendí, debió notar mi cara de preocupación y empezó a reír.

Me alegré de verlo así, le sugerí regresar al dormitorio, no quiso.

-¿Por qué?

-No he jugado ningún juego de feria.

-Pero hemos subido a todos…

-No me refiero a eso, no he aventado dardos o competir por un peluche o algo así, quiero eso.

-Pareces una chica

-¿Si fuera así me querrías?

Mudo de nuevo, me volteé, y me dirigí hacia una atracción que consistía en lanzar dardos y ganabas ciertos premios en base a el color de globos que rompieses en tres tiros, al momento sentí sus pasos detrás de mí, le pregunté si ese juego le parecía apropiado, dijo que no.

Nos dirigimos hacia otro juego, este era de atinarle con una moneda a la boca de una botella, tampoco quiso ese.

Vimos un mini-juego de básquet y de fútbol, tampoco quiso alguno de esos, le dimos la vuelta al lugar en busca del juego de su agrado, estuvo de mi brazo todo el tiempo.

Llegamos a un último juego, este le gustó, consistía en atrapar un pez con una red de papel, el premio era el mismo pez más un regalo extra si atrapabas al pez más grande y colorido, lo intentó tres veces, no pudo.

-¡Massu!

-¿Quieres intentarlo de nuevo?

-No, quiero que tú lo ganes para mí.

Me miró con ojos de cachorro y no pude decirle que no, en verdad lo quería, y pues me vi en al necesidad de intentarlo de  menos, fallé al primer intentó, él me sonrió y me invitó a hacerlo de nuevo,  otra vez fallé.

Fallé cinco veces más, ¿Quién de verdad disfrutaba esto?, sin duda el dueño del juego, le estaba regalando muchos yenes, le dije a Tegoshi: ‘Una vez más, si no lo logro ya te compro otra cosa’, asintió un poco triste, y me contestó:

-No pensaré en otra cosa, porque se que lo conseguirás.

Me concentré más, ¿Qué tipo de amigo sería si no le doy un buen regalo?, el pez parecía mirarme burlón, tenía la red de papel en las manos, y el recipiente pequeño de agua para ponerlo, debía ser un movimiento rápido y decidido, de lo contrario no podría obtenerlo, pasó nadando lentamente, lo miraba en silencio, el dueño me miraba y Tegoshi también, respiré hondo y metí la red de papel al agua, y la saqué al instante en que sentí algo, cuando me di cuenta el pez ya lo tenía, Tegoshi sonreía feliz, el dueño no tanto.

Nos dieron al pez en una bolsa, y nos dieron el otro premio pro obtener el pez más grande, consistía en un par de entradas al cine y un peluche a escoger.

Le dejé a Tegoshi escoger el peluche, sin dudarlo escogió un cerdito muy bonito rosa, ese era su día y su regalo también, poco después decidimos ya regresar.

Regresamos entre algunas risas y comentarios al dormitorio, sonreía en verdad feliz, parece que nunca había celebrado un cumpleaños así, yo tampoco pero ambos la pasamos bien, llegamos y cada quien aún despiertos nos tiramos en nuestras camas.

 -Massu, gracias.

-Ya te dije que no fue nada.

-No, gracias por este cumpleaños, gracias por celebrarlo conmigo, gracias por los juegos, gracias por el karaoke, gracias por lo de la noria, gracias por el pez, gracias por el peluche, gracias por estar conmigo, gracias por recordarme de una manera feliz que lo logré.

-Yo también me divertí mucho, así que no me agradezcas nada, fue algo bueno y especial para mí también.

Quedamos en silencio, lo único que se oía era como Tegoshi jugaba animadamente con su peluche.

-Te gustó mucho eso ¿No?

-Si, este peluche será mi preferido, me recordará el día de hoy, de como hoy pude pasarla sin llorar todo el día aun sabiendo lo que ha pasado.

-¿De qué hablas?

-Olvídalo, cosa mía

-De todos modos me alegra lo del peluche.

-Si, gracias  ti Massu, Taka y yo estamos juntos.

-¿Taka?

-Así se llama mi cerdito.

-¿Por qué?

-Porque me lo has dado tú.

Asombrado, pero seguí preguntando.

-¿Y el pez?

-Él se llama Yutaka

-¿Y por qué?

-Por una fusión.

No pude decir nada más, pues el calló dormido y tras pensar mucho, yo también.